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Protocolo de Protección Antiviral

Publicado en21/12/2020 Por

Primera Parte: Estrategia y vulnerabilidades

En HILDA STRAUSS® hemos diseñado un protocolo completo de optimización inmunológica para contribuir a hacerle frente al desafío actual de salud.
Este protocolo ofrece consejos y recomendaciones que incluyen aspectos de nutrición y de estilo de vida, con el propósito de mejorar la salud y, eventualmente, ayudar a contrarrestar vulnerabilidades, promoviendo un sistema inmune bien nutrido, fortalecido y con el factor inflamatorio controlado.
Aunque el presente documento está fundamentado en los estudios científicos más recientes, debemos precisar que todas nuestras recomendaciones deben ser siempre consultadas con su médico tratante antes de ser implementadas.


Como toda estrategia, lo primero es definir los objetivos

Objetivo 1: No debemos bajar la guardia hasta que llegue una solución real. Mientras tanto, nos enfocaremos en mejorar la salud y, específicamente, en fortalecer sanamente nuestro sistema de defensas por medio de una nutrición inteligente que promueva equilibrio, balance y ajustes positivos a nuestro estilo de vida.

Objetivo 2: Interdependencia y trabajo en equipo. Debemos alcanzar un círculo virtuoso responsable: los demás ponen su salud en nuestras manos y nosotros en las de ellos.

Objetivo 3: Pensamiento positivo. Debemos estudiar y aprender acerca de este desafío y enfrentarlo con la mejor energía, porque, «así como el pensamiento negativo enferma, el pensamiento positivo, sana».


¿Por qué hay asintomáticos y otros, presentan síntomas muy graves?

Esta es la pregunta del millón. Por una parte, es un hecho comprobado que algunos contagiados solo presentan síntomas muy leves, similares a un resfriado común, y, en contraste, es posible que otros presenten fiebre, tos y fatiga durante cinco o diez días, incluso más. Pero también hay otro grupo de contagiados que pueden terminar en el hospital con los pulmones tan congestionados, que deben ser conectados a un respirador artificial, con una hiperreacción inmunológica llamada «tormenta de citoquinas» que, literalmente, arrasa con el organismo.
El mundo científico está muy enfocado en evitar que los pacientes enfrenten la situación descrita y, afortunadamente, se ha avanzado bastante y ya se pueden enumerar algunos factores de vulnerabilidad, que deben ser proactivamente administrados y que explican por qué algunas personas se enferman tan gravemente.

Quiénes son los más vulnerables

El conocimiento científico ha logrado identificar factores clave de vulnerabilidad a la infección que vale la pena conocer y que nos permitirán desarrollar un plan para proteger a los más vulnerables y también mitigar en nosotros mismos ciertos factores de riesgo. Así, debemos enfocarnos en lo que sí podemos controlar: nuestra nutrición y nuestro estilo de vida.


Factores de riesgo y vulnerabilidad

    •    La edad y la inmunosenescencia. Por todos es sabido que las personas mayores son las más vulnerables a esta enfermedad, pero también está el fenómeno de la inmunosenescencia, que puede obedecer o no al impacto del paso de los años.
Desde una perspectiva biológica, inmunosenescencia es, literalmente, el envejecimiento del sistema inmunológico y la pérdida de recursos de defensa, exponiendo especialmente al organismo a nuevos desafíos inmunológicos, como brotes de influenza o al novel (nuevo) coronavirus y la enfermedad que produce: la COVID-19.

    •    Factores de género. Está científicamente comprobado que los hombres son más susceptibles que las mujeres a desarrollar complicaciones a causa de esta enfermedad. Entre otros factores, esto se explica por el perfil endocrino de abundancia de estrógenos de las mujeres que potencian el sistema inmune. Por otra parte, la dominancia androgénica de los hombres tiende a suprimirlo.

    •    Factores genéticos y tipos de sangre. La respuesta inmune está altamente influenciada por factores genéticos, incluso, se ha evidenciado que ciertos tipos de sangre son más vulnerables que otros y se ha comprobado estadísticamente que el grupo de sangre menos vulnerable es del tipo O, mientras que los grupos A y AB son los más susceptibles.

    •    Comorbilidades. Específicamente, comorbilidad se refiere a personas con enfermedades crónicas subyacentes, lo que las hace particularmente vulnerables a desarrollar complicaciones. Esto se explica parcialmente porque estas personas comparten en la mayoría de los casos un estado de inflamación crónica de bajo grado que compromete el funcionamiento y la efectividad del sistema inmunológico.
Las comorbilidades más comunes con factores de vulnerabilidad mayor incluyen a las cardiovasculares (32%), diabetes (30%), enfermedad pulmonar crónica (18%), y otras dolencias (20%). Es muy importante recalcar que una condición común a la mayoría de estas comorbilidades es el sobrepeso y la obesidad.

    •    Factores sociales y económicos. Los epidemiólogos no pueden descartar la cuestión social y han descubierto que una alimentación deficiente, alta en azúcares (proinflamatoria) pero baja en nutrientes, y por los niveles de estrés siempre elevados en este grupo, las personas de recursos limitados tienden a presentar un desgaste inmunológico acelerado, exponiéndolos a un recrudecimiento de la enfermedad.

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