Francis Crick y el ADN
Francis Crick, uno de los descubridores del ADN y Premio Nobel de Filosofía y Medicina, postuló teorías que aún hoy son consideradas polémicas.
Francis Crick, uno de los descubridores del ADN y Premio Nobel de Filosofía y Medicina, postuló teorías que aún hoy son consideradas polémicas.
El profesor Crick fue realmente un genio, un físico y biólogo molecular inglés, educado en la Universidad de Cambridge y hasta sus últimos momentos se mantuvo firme en su afirmación, sin importarle la crítica ni la polémica que esto generó.
Él afirmaba que “observando la estructura del ADN y de cómo está construido, es muy probable que seres muy avanzados, venidos de otro lugar del universo, organizaron la vida de este planeta, inclusive, la misma existencia del hombre, y lo hicieron como muy probablemente lo hagamos nosotros, cuando dentro de mil años seamos muy avanzados”.
Esta afirmación no salió del aire, Francis Crick fue un gran científico, conocedor y analista, que investigó a profundidad las circunstancias en las que apareció la vida, cuáles fueron las primeras células y las primeras adaptaciones, y los saltos de evolución que nos han querido implantar en la mente como normales. Saltos en los que, supuestamente, pasamos de simples micos a seres evolucionados en un cortísimo tiempo, hecho que él afirmaba como imposible y que, afortunadamente, hoy ya nadie cree probable.
La mente de Crick era superior: podía concebir procesos y verdades de gran profundidad y volumen. Era distinto, tal como lo fueron en su momento Tesla y Leonardo Da Vinci. Conocía los textos del Popol Vuh de los quichés de Guatemala, el texto misterioso de los mayas que habla de los rectores que organizaron la vida en la Tierra, la existencia de los tassili en África, y le parecía que en la historia había serios indicios que sustentaban las teorías de presencias inteligentes en la adaptación de la vida en el planeta.
Siendo uno de los profesores más prestigiosos de la Universidad de San Diego, postuló su teoría y, sin importarle las críticas, comentó: “Las evidencias son aplastantes y están por todas partes”.