Genios modernos y teorías de inteligencias extraterrestres
Hace varias décadas, dos científicos de la Universidad de Chicago hicieron algunos ensayos en laboratorio tratando de simular las condiciones planetarias antes del inicio de la vida y ver qué resultaba. El experimento fue fallido, ya que nunca alcanzaron los resultados esperados, solo aminoácidos en poco porcentaje, pero nunca se formó una sola proteína. En su momento, el experimento fue muy elogiado, pero, con el pasar de los años, se catalogó como una de las “cortinas de humo” más grandes de la ciencia.
Hace varias décadas, dos científicos de la Universidad de Chicago hicieron algunos ensayos en laboratorio tratando de simular las condiciones planetarias antes del inicio de la vida y ver qué resultaba. El experimento fue fallido, ya que nunca alcanzaron los resultados esperados, solo aminoácidos en poco porcentaje, pero nunca se formó una sola proteína. En su momento, el experimento fue muy elogiado, pero, con el pasar de los años, se catalogó como una de las “cortinas de humo” más grandes de la ciencia.
Esto llevó a la caída de otro mito científico y, en los tiempos modernos, ha dado cabida a teorías más revolucionarias que antes hubieran sido ampliamente criticadas, pero que ya no suenan tan absurdas.
Una de estas teorías es la del gran matemático inglés Roger Penrose, un sabio revolucionario, nacido en el año 31, que ha planteado todo tipo de hipótesis maravillosas. Se atrevió a decir que el ADN es artificial, que fue creado y que funciona como el programa de computador más tecnológico y sofisticado. En uno de sus libros, dice: “Imaginemos que nos encontramos con un programa superavanzado de computador y que resultó por casualidad, sin que nadie lo inventara. Entonces, pensamos que está allí por adaptaciones milenarias de la naturaleza o por selección natural. Sería absurdo, ¿verdad? Sería insólito. Y una total falta de inteligencia”.
El estudioso ha trabajado con los más grandes científicos de la actualidad y sus contribuciones han sido tan importantes y tan numerosas, que son imposibles de calcular. Ha contribuido en trascendentales campos de la ciencia: física, matemáticas, química, astrofísica, química de cristales, química y física atómica, y en todas las áreas de la biología. Sus teorías son tan revolucionarlas, que han sido ampliamente criticadas.
Penrose dice: “Si nosotros consideramos la perfección del ADN y luego pensamos en casualidad o en evolución plana, no estamos pensando con objetividad”. Y también: “Un programa está diseñado por una inteligencia, o está diseñado por otro programa que diseñó una inteligencia”. Él considera que la capacidad de dirección que tiene el ADN para fabricar y replicar la vida es tan perfecta, que nunca pudo ser producto de la casualidad.
Otra de sus grandes teorías es la de los ciclos del cosmos, en la que afirma que el dichoso Big Bang es apenas un evento del universo, que es parte de uno de muchos ciclos conocidos como “eones”. La Teoría de los Eones de Penrose dice que después de muchos ‘big bangs’ existen eones, ciclos cósmicos increíblemente largos. Observando esta teoría, nos damos cuenta de lo parecida que es a lo que dicen los mayas y los vedas.
Nos preguntamos si Penrose habría leído los textos védicos y si habría sido influenciado por otros libros sagrados, como les ha ocurrido a muchas de las grandes mentes de nuestra historia.
Y es que, si los grandes científicos de hoy se ponen a pensar en las grandes incógnitas, dejando de lado sectas, religiones, ideas preconcebidas y el miedo a la crítica, entonces, las cosas cambian. Esto le ocurrió a Michael Behe, doctor de bioquímica y profundo conocedor de la vida desde las células y las moléculas. Él es uno de los creadores y expositores del “diseño inteligente” y de la Teoría de la Complejidad Irreducible, que podría resumirse en una frase: “La vida es un proceso complejo que pareciera tener un diseño programado por una inteligencia superior y está concebida de tal forma, que si faltara alguna parte de sus constituyentes perfectos y necesarios, dejaría de funcionar, de forma tal, que no encaja dentro del esquema de las evoluciones simples propuestas y de las selecciones naturales en las que ya se tiene creencia como en una religión”.
Esta teoría claramente no excluye la posibilidad de adaptaciones y modificaciones por entorno, pero si va en contra de la teoría de que el ADN es producto de una corta evolución o de la teoría de antaño que dice que “de repente” pasamos de ser micos a humanos.
Michael Behe llegó a sus teorías observando con detenimiento las células y filamentos de ciertas células, y concluyó que son producto de un diseño molecular o de ingeniería molecular, una máquina perfecta. Entonces, pensamos en las teorías extraterrestres de Francis Crick, o las de Richard Dawkins, o en algunas más modernas que mencionan otras dimensiones, otros universos, y hasta teorías de inteligencias generando otra y otra, y así sucesivamente.