Muerte: Cerebro y neuronas
Qué le pasa a nuestro cerebro y neuronas al morir
Cuando morimos, comenzamos instantáneamente el proceso de desencarnación, cuando nuestro cerebro deja de funcionar y nuestro espíritu pasa al proceso del bardo.
Si lo vemos desde una perspectiva absolutamente física, es difícil entender por qué de un momento a otro nuestro cerebro deja de funcionar si no tiene un daño aparente. Bueno, en esos momentos nos tenemos que remontar a otra dimensión y comenzar a pensar que lo que anima esa materia es algo que no podemos explicar con una simple observación física.
Lo anterior nos conduce necesariamente a buscar una respuesta espiritual y entender que es un proceso complejo y bellísimo:
- Todos nuestros movimientos voluntarios e involuntarios están regidos por una orden nerviosa que desencadena la formación y división de millones de millones de microsustancias químicas en todo el cuerpo.
- Las órdenes nerviosas son producidas y transportadas por muchas neuronas que están en todo nuestro cuerpo y que se acumulan, concentran y especializan en el cerebro y la médula.
- Las neuronas funcionan gracias a un sistema complejo de nadis astrales que las impulsan desde la dimensión del tiempo.
- Esta energía de los nadis nace en el mundo mental, cuando el poder mental crístico desencadena su energía infinita para que se manifieste hasta que sea materia.
- Ese poder mental nace de la luz áurica que produce el espíritu en dimensiones tan altas, que jamás podríamos entender con una imagen, un sonido o una palabra.
Cuando morimos, el espíritu, simplemente, inhabilita esa luz sobre la mente superior y esto hace que se suspenda momentáneamente el fluido de luz astral de los nadis, lo que, a su vez, inactiva las neuronas, haciendo que también se suspenda el movimiento voluntario e involuntario. Es entonces cuando el cuerpo queda en el mundo físico como un cascarón, pues, simplemente, ha dejado de ser influenciado por su parte espiritual.