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La Vejez

Publicado en24/05/2023 Por

Nuestros mayores son nuestra responsabilidad moral, ellos son la memoria de nuestra casa y de nuestras células, sus ojos, oídos y sensaciones son la memoria testigo del arte que el tiempo dibujó en el espacio.

Recordemos que la mente es la “FÁBRICA” humana, de allí nace todo cuanto existe, incluido el universo que primero ha estado en la mente de Dios. La vejez también es mental, el estado de “viejos” es una costumbre establecida en la mente con el paso de los años, es el deterioro del cuerpo por INCONSCIENCIA y de la mente por ley de “ARRASTRE”.

La vejez es un conjunto de costumbres, deterioros autodestructivos y mantras negativos que conducen la mente a un estado de postración que poco a poco apaga el fuego de la vida como una llama que se extingue: 

. ¿Cuáles son las costumbres? Esa es la ley de arrastre que acaba con la esperanza, seguir las pautas erróneas de quienes “envejecen”, hacer las mismas cosas, “quedarse quietos”, “olvidarse de la autoestima”, “descuidar el cuerpo”, “no pensar a mediano y a largo plazo”, “deprimirse” porque una de las “elegantes” características de estar viejos es tener sus buenas depresiones, “dejar de actuar y de producir ideas”, “dejar de crear”, “adoptar siempre una pose crítica y vigilante” “porque ya es costumbre que los viejos” “no aportan”, “no tienen ideas”, “no crean”, su posición solo debe ser fiscalizadora (lo normal es que así sea), es increíble pero cierto:  Es difícil encontrar una persona entrada en años que tenga mentalidad práctica, ágil y desprovista de prevenciones y miedos, es triste, el miedo es algo que está prácticamente escriturado a los viejos, ser anciano es sinónimo de tener miedo, en parte mental, por inseguridad y en parte real y justificado, por el olvido injusto de los jóvenes de su gente querida, de su historia más próxima. 

  • ¿Cuáles son los deterioros autodestructivos?, Son todas esas disciplinas horribles que conducen a la enfermedad y a la locura, las dietas absurdas, la inconsciencia en el cuidado general de la máquina humana, la falta de entrenamiento o mejor, la finalización de las actividades intelectuales y de la memoria, el olvido total del esparcimiento y la diversión, el escapismo de la razón y de la lógica aún en las actividades devocionales, al ser humano le es NECESARIO e INDISPENSABLE la meditación, no solo repetir frases sin saber su significado, no solo con el rezo angustioso porque ya se acerca la hora de cambiar de vestido o por el estado de los que se quedan. Toda esta actitud es autodestructiva, triste y deprimente. Es muy urgente cambiar esa mentalidad, cuidar el cuerpo que es el sagrario del Cristo interno, el cuerpo es el carro donde se mueve la maravilla humana, es necesario retomar nuestras viejas inquietudes, ¿Qué es balanceado?, ¿Cuáles son los antioxidantes?, ¿Cuáles son alimentos anticancerígenos?, ¿Cómo rejuvenecer?, ¿Qué ejercicios nos mantienen elásticos y tonificados?

  • ¿Cuáles son los mantras negativos? “Yo ya no sirvo para nada”, “yo ya no cuento para nada”, “me he vuelto lento”, “soy un estorbo”, “es mejor estarme quieto”, “ya la cabeza no me funciona”.  Son algunos ejemplos de los cientos de miles de mantras que son pronunciados a diario por quienes piensan que ha llegado el momento horrible de la vejez, son frases negativas llenas de AUTOCOMPASIÓN, que inactivan la mente en lo positivo y la hacen trabajar a toda marcha para la autodestrucción y el deterioro. 

La raza humana NO está DISEÑADA para durar INFELICES 100 AÑOS, la verdadera esperanza de vida de nuestra civilización aumentará en el futuro hasta lograr el equilibrio verdadero de la época antigua, hace 70 mil años, nuestro segmento de vida original 700 o 750 años terrestres, desaparecer de 100 años es prematuro, ahora es una locura decir tal cosa, pero en el futuro será preocupación de primer orden, el tiempo es relativo, estoy segura que en algunas civilizaciones extraterrestres, los cuerpos son sometidos a tantos cambios dimensionales, que pueden prolongar la vida de forma indefinida, en India, China y Nepal,  se sabe que algunos seres de enorme desarrollo interno tienen su cuerpo desde hace miles de años, esto obviamente es cuasi-secreto.

De cualquier forma, nuestros mayores son nuestra responsabilidad moral, ellos son la memoria de nuestra casa y de nuestras células, sus ojos, oídos y sensaciones son la memoria testigo del arte que el tiempo dibujó en el espacio, son los mayores nuestra historia, los protagonistas amorosos del esfuerzo y el sacrificio necesarios para que fuera posible nuestra existencia, la de nuestros padres y abuelos, ellos son la página anterior de la delicada obra que Dios ha escrito para nosotros, son la biblioteca maravillosa en la que podemos consultar, en la paz filtrada de su sabia parsimonia, en la inteligencia garantizada de su seguro discurrir, libre de afanes, ansiedades y ataques de jóvenes.

Nuestros mayores son nuestros niños sabios, llenos de arrugas y manchitas, son nuestros ancianos con mirada y miedo de niños, son la representación física del anciano del tiempo y de los días que vive en nuestro corazón, ese padre navidad de cabellos y barbas blancas, por esto los ancianos son sagrados en las civilizaciones antiguas.  Tienen defectos, claro que tienen defectos, muchos, pero . . . quién se acuerda de eso, ellos son nuestro examen, la posibilidad que nos brinda el cielo para que aprendamos a amar sin esperar retribución, para experimentar la ternura que se encuentra en la gratitud, para vivir el recuerdo respetuoso, en nuestros actos, de su amor por nosotros. 

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