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Las vestiduras espirituales · El vestido interno

Publicado en26/04/2024 Por

Todo lo nuestro es una manifestación superior

Todo lo nuestro es una manifestación superior, todo en nuestra vida, las acciones, las costumbres son fuerzas superiores interpretadas, adaptadas de otras realidades trascendentales, aún los errores, son caricaturas deformes de las estancias más elevadas del Ser interior, esas manifestaciones en ciertos casos son inexpresadas, son tácitas y en otras son materializadas, de tal forma que se pueden ver, oír y sentir.

Cuando nosotros hablamos de los elementales por ejemplo, y revisamos lo que se ha escrito de ellos, tenemos que regresar al tiempo de Paracelso en donde escribía, en la Suiza vieja, las formas en las que las ninfas se vestían, con las hojas y con las campanas de flores y con los estambres, igual los gnomos se vestían con las texturas de las cortezas y con las líneas y las hadas se adornaban con las hifas y los velos de tallo de los hongos, también tenemos que ver los escritos de Franz Hartmann, discípulo de Helena Blavatsky en lo que contaba de los elementales, de sus vestiduras, en un lenguaje un poco contaminado de pensamiento humano pero con pistas bellísimas, de esos personajes de la dimensión de enseguida y así como suele suceder con los elementos, sucede con nosotros, con nuestra “apariencia interna”, ¿qué apariencia tenemos en esas dimensione superiores?, ¿cómo estamos ataviados en astral o en el estado mental?, es una pregunta que causa curiosidad; generalmente lucimos igual que aquí porque la mente proyecta en el astral imágenes cotidianas mezcladas con otras situaciones “más de allá”, pero en estados elevados, en estados distintos a los comunes, nosotros tenemos ciertos atavíos especiales que son modalidades de luz, vestiduras en capas y en túnicas que resaltan en luz los centros o puntos iluminados de nuestra estructura y hay colores recurrentes como el púrpura, el rojo y el blanco, pero en formas muy vivas, como el púrpura de Tiro que es muy especial y que de alguna manera se imita en el plano físico, y hay algo curioso que nos dice la escritora Kerry Sullivan sobre el Púrpura de Tiro:

La púrpura de Tiro: el color de la aristocracia romana prohibido al pueblo común

A lo largo de la historia, los ricos y poderosos siempre han procurado controlar el acceso de los artículos considerados símbolos de poder o sencillamente de lujo. A día de hoy esto se consigue mediante las técnicas de mercado y el establecimiento de los precios (un buen ejemplo de ello es el estricto control del número de diamantes a los que se permite entrar en el mercado global). En épocas anteriores, sin embargo, el consumo podía regularse directamente por medio de la aplicación de leyes suntuarias. Estas leyes prohibían a los ciudadanos comunes obtener determinados alimentos, ropas o mercancías de un material concreto a fin de fortalecer la jerarquía social. Las leyes suntuarias eran asimismo aplicadas por las instituciones religiosas para prevenir las tentaciones y garantizar un comportamiento ético. Las leyes reguladoras del consumo han seguido existiendo a lo largo de toda la historia de la humanidad hasta nuestros días (incluso en los Estados Unidos).

La ley de la púrpura tiria

Un clásico ejemplo de ley suntuaria es la prohibición en la antigua Roma de llevar ropas teñidas con púrpura de Tiro. Este vivo color solo podía obtenerse gracias a un tinte que se extraía de un molusco marino y era increíblemente difícil de manufacturar. El tinte de la púrpura tiria (de Tiro) era un producto de origen fenicio, comercializado más tarde por Cartago. Los dos moluscos de los que se obtenía este color (el Purpura pelagia o Murex trunculus y Murex brandaris, y el Purpura lapillus o Buccinum lapillus) eran nativos de las costas del imperio fenicio en el Mediterráneo oriental, lo que hoy es el Líbano. Las especies del género Buccinum vivían en las rocas de aguas relativamente poco profundas, mientras que el Murex, de mayor tamaño, vivía en alta mar y debía extraerse desde profundidades de hasta 25 brazas (unos 45 metros). Era necesario pescar grandes cantidades de este molusco: “De doce mil caracolas de Murex brandaris no se obtenían más que 1,4 gramos de tinte puro, suficiente para teñir únicamente los bordes de una sola prenda de vestir”. De todos modos, el esfuerzo merecía la pena. El tinte producía un color imponente, que variaba desde un lujoso púrpura hasta un vivo carmesí, y no se desteñía con la luz del sol. Cabe destacar que el valor en peso de la púrpura era mayor que el del propio oro.

A causa de su elevado coste y producción intensiva, Roma decretó una ley suntuaria por la que solo se permitía a la aristocracia del Imperio Romano llevar prendas de tan espléndido color. De hecho, el símbolo de algunos cargos del estado era una prenda de púrpura tiria bordada con hilo de oro. A los ilustres senadores romanos se les permitía lucir una franja de púrpura tiria sobre su toga. Pero la moda de la púrpura tiria acabó bruscamente con el saqueo de Constantinopla en 1204. Como explica David Jacoby, “ningún emperador bizantino ni gobernador latino de territorios anteriormente bizantinos podía reunir los recursos financieros necesarios para mantener la producción de púrpura de murex”.

Existen muchos otros ejemplos de leyes suntuarias en la historia. Por ejemplo, las enseñanzas islámicas del Corán y el Hadiz prohíben a los hombres llevar ropas de seda y joyas de oro, ya que esto sería un signo de vanidad y orgullo excesivo (obsérvese que estas normas no se aplicaban a las mujeres). Por razones similares, los puritanos de Massachusetts Bay Colony decretaron que solo los individuos con un cierto poder adquisitivo (al menos 200 libras) podían llevar prendas con hilo de oro, plata o encaje, y bordados en ropas, capas y volantes.

En la Inglaterra medieval se decretaron leyes estrictas a fin de controlar la “escandalosa y excesiva cantidad de carnes y platos que los grandes hombres del reino consumían, y consumen aún, en sus castillos”. La ley exigía que caballeros y mercaderes comieran únicamente un plato de pescado o carne al día. En Escocia, estas regulaciones fueron aún más lejos, estipulando el tipo y la cantidad de carne que se podía incluir en un pastel de carne para aquellos con título de barón o superior (presumiblemente porque los que no alcanzaban el rango de barón no podían permitirse consumir tanta carne de todas formas).

El auge de la manufactura en fábricas y la generalización de las políticas liberales ayudaron a abolir la mayor parte de las leyes suntuarias. Sin embargo, aún existen algunas de ellas en las sociedades occidentales. En los Estados Unidos de América hay diversas leyes que regulan el tipo y la calidad de la ropa que se puede lucir en público. Muchas de ellas tienen que ver con la decencia pública, como la obligación de cubrir ciertas partes del cuerpo o de no exhibir un lenguaje vulgar. También está prohibido vestir de oficial de policía o de uniforme militar si no se forma parte de dichas instituciones. Muchos estados norteamericanos también prohíben el uso de grandes caperuzas blancas (reminiscencia del Ku Klux Klan). Aunque la comida y la ropa son las formas más habituales de leyes suntuarias, cualquier tipo de consumo puede ser considerado como suntuario. Esto incluye restricciones al consumo de tabaco, alcohol, drogas y ciertos espectáculos, como peleas de gallos o de perros.

Estas costumbres asociadas a determinados vestidos, vienen desde la antigüedad y cambian con las costumbres, anteriormente era restringido el uso de ciertos materiales por el costo, en tiempos modernos el asunto va más por el lado de los diseñadores y de las marcas, esto tiende a hacer una separación de clases y esto también es imitación de las dimensiones superiores, porque las vestiduras sagradas revelan el adelanto, la jerarquía y el trabajo espiritual del alma, por esto se llaman las VESTIDURAS DEL ALMA, nosotros en esto somos como los elementales, nos vestimos de color cristalino del Manipura chakra del plexo solar, del Blanco del Ajna del entrecejo, del Verde del Anahat en el centro del eje, o nos vestimos del Filo de luz que forma la cisura que separa los hemisferios cerebrales o también nos vestimos con ciertos accesorios que salen de la forma especial que adquiere la luz en ciertos centros, por ejemplo, aquí vamos a citar el púrpura y el Rojo de Tiro, que producen los moluscos fenicios citados por Kerry Sullivan, que dan una gama de colores impresionantes, que van desde el púrpura, en realidad un morado que no se ve mucho en el plano físico, hasta un rojo también muy especial. Pues en ciertas personas con rangos espirituales elevados, el chakra de la tiroides prolonga una luz bellísima de color rojo cereza sobre los hombros, es como si fuera un rubí o una piedra de cinabrio de color súper intenso que se pega a las clavículas y desde esas prolongaciones rojas que son similares a cristales de luz se ve una túnica de color púrpura claro pero muy vivo, muy especial, parecidísimo al púrpura de Tiro, pero todas estas son prolongaciones de luz, todas estas son modalidades propias de luz, muy nuestras que se presentan en las dimensiones elevadas, en las que todo cambia, todo es distinto, las apariencias, la luminosidad de las vestiduras, los detalles, lo que parece que fuera tela, pero es luz y lo que se ve en esas dimensiones, y lo que la mente subconsciente imita.

Hay en esto de las vestiduras espirituales un detalle que ha sido pasado por alto, un detalle que ha prevalecido en los evangelios, a pesar de 2 mil años de transformaciones, en el Evangelio de Juan, Capítulo 19, versos 23 y 24, dice sobre la apariencia de la túnica de Jesús: “No partieron la túnica, la rifaron entre ellos, porque era de una sola pieza, no tenía costuras, decían las escrituras que eran de un solo tejido de arriba abajo” como todo lo de Jesús, no era de este mundo, las vestiduras sagradas del Cristo son una prolongación de luz.

En escrituras apócrifas, se habla mucho del Lino que es tan citado en toda la biblia, el proceso del Lino es más difícil que el del algodón, porque el lino exige separación de las fibras y un paso especial de degradación con bacterias, luego se procede al enriado, a la separación de las fibras, entonces los viejos esenios y arameos dicen que las vestiduras sobrenaturales del Cristo solo son comparables con los linos más finos de Anatolia o de Egipto, pero con la aclaración de que nunca lucen arrugados porque son de pura luz, así aparecen en los comentarios del códice de la Pistis Sophía del siglo II cuando se habla de la transfiguración de Jesús, los ropajes emiten luz, son trascendentales, son detalles que se pueden ver en estos escritos de Nag Hammadi, que han sido corroborados y han sido catalogados como súper originales, pero mirados con el “rabillo del ojo” por parte de la ortodoxia, por ser considerados heréticos y aquí el término herético se refiere a que dicen la verdad pero de forma no oficial, rebelde, contestataria y descuidada.

Las vestiduras espirituales suelen ser blancas, en otras ocasiones el registro es beige perla; los puntos que más se destacan son el Chakra Manipura, el que está a la altura del ombligo, el Anahat que es el del corazón y el que está a la altura de la tiroides, esos puntos se revelan en las vestiduras. Cuando Pablo de Tarso escribe la epístola a la iglesia de Éfeso, habla de las vestiduras del poder y habla del yelmo, ese yelmo es lo que corresponde a los chakras superiores, el yelmo de la salvación de Efesios 6, 17 es la luz subida, el juego de luces de la cabeza, todo esto se dice por algo y el mensaje original de Jesús es sumamente profundo, “estaba guardado en una cajita durante 2000 años” pero ahora retorna con fuerza y retorna desde ver las aclaraciones de los apócrifos originales, que por más que digan que son heréticos, son más originales que los reglamentarios porque NO han sido transformados, en esta epístola de los Efesios se habla sobre la armadura de Dios, los escudos, los vestidos de coraza de luz, los calzados. Todo para leer entre líneas, y en los vedas y en los persas, inclusive en las sagas de los Druidas se pueden ver las coronas del cerebro, los rayos de luz del chakra pineal, las dos iluminaciones de luz del chakra de la hipófisis, la burbuja de luz del tálamo, la armadura que forma la columna y el cerebelo, vemos las alas de luz del chakra en lámina que se forma desde el diafragma, porque en esta ciencia de luz, el Tao se confunde con los mayas y con la sabiduría de los hindúes, aquí todo se amalgama, en una sola serie de conocimientos, en los vestidos del Cinabrio, o los vestidos de Kriya – Shakti, también representados en el ropaje simple con el que aparece de vez en cuando el Mahavatar Babaji, una manta de yoga y otra que le cubre un hombro, siempre aparece con la apariencia de un muchacho de 20 años, con su pelo largo y una luz en la frente, o con las vestiduras de Buda blanco, rojo cereza y amarillo cúrcuma, con una luz, como una joya en la coronilla de la cabeza, son muchas las formas de vestiduras y este tema hasta ahora comienza, es un hermoso tema impopular, del que nadie habla, nadie menciona estos símbolos, pero son profundos, son del alma, están citados desde la antigüedad, nada que ver con alcurnias ni títulos, dineros o apellidos, esto es la Jerarquía del alma en las dimensiones superiores, algo de lo que tampoco nos debemos enorgullecer, es algo con lo que tampoco nos debemos identificar, así es de estricto el trabajo con el desapego.

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