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El cosmos

Publicado en17/05/2024 Por

Hablar del Cosmos es hablar del cuerpo de Dios

Este sí es un tema difícil, hablar del Cosmos es hablar del cuerpo de Dios, jamás el ser humano podrá comprender esa maravilla, nunca podrá abarcar con su mente pequeña y condicionada el cosmos insondable.

Muchas son las preguntas que nos hacemos ¿cuál es la edad del Cosmos? Algunos científicos tratan de dar cifras en miles o millones de millones de años, inclusive, hace algún tiempo en un libro de astronomía vi una esfera ideada por un computador que daba la idea de una hipótesis antes de la gran explosión, con años y todo, me pareció absurdo, simplemente porque surgen otras preguntas ¿y antes de la esfera qué había? ¿Hace cuánto? ¿Qué comenzó con la gran explosión o big bang? ¿Todo o solo una diminuta parte del infinito que podemos ver de alguna manera? Es verdaderamente infantil hablar de la “Edad del universo” da risa, por más que se tengan cálculos matemáticos derivados de las investigaciones del sabio Huble y desde la edad, decir que antes existía una temperatura y ahora otra y pretender que eso se cumple para todo, es absurdo. Los científicos hablan de una temperatura inicial del universo de más de un billón de grados, luego supuestamente sucedió la gran explosión y poco a poco se ha ido enfriando y se ha ido expandiendo, bajando su densidad, supuestamente los objetos se están alejando. Cuando examinamos los vedas, nos encontramos con relatos sumamente interesantes, nos encontramos con las respiraciones de Brahma, y esas respiraciones se miden en Pralayas y en Mahavantaras, los cálculos en millones de años coinciden con el big bang, pero, los hindúes son más profundos, ellos hablan de la respiración próxima de Brahma, es decir, de este  pequeño sector del universo y al mismo tiempo nos hablan de cosas sobrecogedoras, nos hablan que los “seres de las naves garudas vienen migrando desde espacios recónditos en los que sucede otra respiración de Brahma, ellos son de superioridad infinita, han perdido la memoria y la han recuperado nuevamente cientos de veces” y al mismo tiempo dicen la base de la emanación: “Brahma es una manifestación divina que  pertenece a un poro diminuto de un Brahma más grande, en el cosmos ese Brahma gigante forma parte de un poro del gran cuerpo de Narada y la totalidad de Narada  es un solo poro de la imagen sideral de Vishnu que tiene en su dedo índice derecho un disco que contiene todos los planetas celestiales, este disco es el Sudar San Chakra, Vishnu flota  en el espacio, comunicado en el corazón con cada partícula de polvo, tal es su poder y existen tantas imágenes de Vishnu en los distintos planos de conciencia, que ni la misma mente de los budas pueden medir, sus réplicas y sus manifestaciones son infinitas” y les comento algo, el big bang de los científicos apenas coincide con la respiración del primer Brahma.

Pero cuando nosotros miramos el universo y sus dimensiones, quedamos anonadados, no comprendemos las distancias y confundimos todo, los mismos astrónomos a veces ven imágenes superpuestas y se imaginan que son otra cosa.

Cuando veo por ejemplo, la imagen de la Galaxia del Sombrero, que está a 30 millones de años luz de nosotros, recuerdo el relato de los vedas, es una galaxia en forma de disco que tiene un agujero negro en el centro, uno de los más grandes captados hasta ahora, recuerdo a los vedas porque tiene relación con el Sudar San Chakra de Vishnu, pero luego recobro el juicio y pienso que esa galaxia es un objeto diminuto frente a las dimensiones del cosmos; También es fácil que a uno se le despierte la imaginación cuando ve la Galaxia de la Roseta o la Nebulosa del Rosetón, que parece una pupila, es bellísima, parece el centro de un ojo, es una cuna de estrellas que tiene un diámetro tan grande, que no se puede calcular en kilómetros, tiene exactamente un diámetro de 130 años luz y se encuentra a una distancia de nosotros  de 3.000 años luz.

También se han preguntado ¿Cuánto pesa el universo? Y ustedes pueden creer que la ciencia ha cometido la tremenda equivocación de dar un número descomunal, pero por más grande que sea es imposible pesar el infinito, o establecer el tiempo de la eternidad, son “misiones imposibles”, existen algunas imágenes, de las últimas que mandó el Telescopio Hubble antes del arreglo, antes de la “operación de presbicia”, estas imágenes son las conocidas como: Cúmulo de Galaxias ACO-3627, la Lente Gravitatoria 0024 y el Cúmulo de Galaxias Abell, nada más en esas 3 imágenes es imposible contar las Galaxias, Galaxias grandes y pequeñas, algunas tan fabulosamente gigantes que la nuestra es enanita y la vía láctea tiene dimensiones respetables, su diámetro es de 100 mil años luz y la cantidad aproximada de estrellas que contiene es de 200 mil millones, ese es el enano mundo en el que vivimos, pero la vía láctea como les explicaba en otro programa, son dos galaxias pegadas, como un par de platos, algunos astrónomos dicen que como dos huevos fritos, en donde las yemas son el centro y las claras son el disco, pues nosotros nos encontramos en el borde extremo de las claras, nuestra vía láctea tiene sus pequeñas galaxias satélites y dos nubes grandes que la acompañan, las nubes de Magallanes, en el extremo se encuentra un halo, como un anillo bellísimo que nadie ha podido explicar y que se relaciona con la “materia negra” o con la “materia oscura”, el aspecto estelar más estudiado por la ciencia en épocas actuales.

Relativamente cerca de la vía láctea, se encuentra una nebulosa verdaderamente espectacular, no es tan grande, pero está citada por los Egipcios en la isla elefantina y por los Mayas en Yucatán, exactamente en Chichén Itzá, es la nebulosa de la Hélice, que tiene un diámetro de 1,5 años luz y está a 450 años luz de nosotros, este cuerpo cósmico tiene una particularidad increíble tiene un hueco enorme en el centro, un agujero bellísimo parecido a una pupila, en elefantina en el Nilo en Egipto, se dice, obviamente con otro nombre, que esta es una gran puerta para acceder a otros mundos y los Mayas hablan de la entrada de los Maestros de la civilización por el túnel Magenta del cielo, en ambos casos se habla de la evolución de la luz para que se diera la entrada, “Un mundo tenía que ser sacrificado para que se manifestara la entrada a los cielos”, ese relato bellísimo coincide con lo que ahora se sabe de la nebulosa de la hélice, las observaciones que han realizado los telescopios Hubble y Spitzer, concluyen que el hueco fue producto del estallido de una estrella enorme y que lo visible no se sabe si es un gas incandescente o un agujero de características no establecidas hasta ahora. En los códices, piedras e inscripciones antiguas, las que más aparecen son la Hélice, obviamente Orión, que tiene un diámetro de 15 años luz es un conjunto de estrellas jóvenes NO dispuestas en orden, es una nebulosa caótica, en las pirámides se dice que los discos de los dioses, proceden de la línea oscura de Orión, conocida hoy por los astrónomos como la “Gran Muralla”, también en los códices y piedras figuran las pequeñas galaxias que acompañan a Andrómeda, como satélites, son dos galaxias que giran alrededor de Andrómeda como dos lunas, están a una distancia de nosotros de 2,9 millones de años luz, es la hermana grande de la vía láctea (es 2 veces la vía láctea) y en el templo de Dendera, hablan las estelas de que de una de las pequeñas galaxias satélites pequeñas vienen las naves que llegaron a las entradas de la tierra ¿pensaríamos que son los polos?, el universo es increíblemente majestuoso, no podemos saber cuánto mide, cuánto pesa, qué edad tiene, porque siempre habrá un antes y un después, un más allá de lo que se especula, el universo está vivo, activo, en la línea del tiempo las estrellas, las nebulosas y las galaxias nacen y mueren, es la actividad de un cuerpo, que es el cuerpo de Dios del que no conocemos sino un minúsculo fragmento y un estado o una dimensión, porque más allá de la famosa “pared de Galaxias” que tomó el Hubble en 1995, está el Cosmos infinito, no existe orilla, no existe límite y la mente solo puede decir incoherencias alrededor de una verdad que resuena más allá del tiempo, del espacio y más allá de las religiones y de la ciencia, estamos hechos de polvo de estrellas, somos del espacio infinito y eterno y nuestro corazón está unido al de las galaxias, las estrellas y los mundos, al de las  plantas, las células y los átomos y al de ese ser que flota en un espacio que es él mismo, con un disco de luz, girando en el índice de su mano derecha.

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