Causas frecuentes de depresión
Sin importar si estamos o no sufriendo de depresión, es importante que todos entendamos la procedencia de esta afectación.
Sin importar si estamos o no sufriendo de depresión, es importante que todos entendamos la procedencia de esta afectación. Primero, porque debemos saber dónde se puede originar este padecimiento, y segundo, para identificar otras situaciones que puedan llevarnos, o a nuestros seres queridos, a padecer una enfermedad tan incapacitante. De esta manera, podremos evitar que ciertas situaciones se agraven o, simplemente, prever circunstancias que puedan llevarnos a una neurosis.
La lista es extensa, pero, por lo mismo, da más espectros para quien esté interesado en el tema:
- Un pobre concepto de sí mismo, baja autoestima.
- Sentimientos de culpabilidad provenientes del pasado, o del presente.
- Dependencias afectivas conflictivas, como cuando piensa que no es posible vivir sin la compañía o aprobación de cierta persona.
- Percepciones distorsionadas de la realidad.
- Incapacidad para adaptarse a situaciones nuevas.
- Dificultad para comunicarse eficazmente con los demás.
- Fallos importantes en la educación que ha recibido, especialmente en el hogar.
- Haber quebrantado valores morales que lo ponen en conflicto con su conciencia.
- Miedo impulsivo a las enfermedades (hipocondría).
- Miedo insuperable a la muerte.
- El fallecimiento de una persona muy querida y que lo ha afectado mucho.
- Terror a que alguien amado pueda morir.
- Tensiones graves dentro del hogar.
- Conflictos insuperables o muy difíciles de solucionar.
- Sentirse víctima de una injusticia, de una calumnia.
- Sentirse aislado socialmente.
- Una vida pobre en compensaciones y en estímulos.
- Falta de valor para enfrentar la vida, carácter pusilánime.
- Vacuidad, falta de sentido, vacío existencial.
- Frustraciones.
- Defectos físicos congénitos o adquiridos posteriormente.
- Situaciones económicas críticas; deudas que no se han podido pagar.
- Descenso en el nivel social.
- Creencias como el espiritismo, la teosofía, la brujería, el ocultismo en sus muchas formas que hacen caer a la persona en el desequilibrio mental y hasta en la locura.
- Aceptar creencias que anuncian catástrofes, cataclismos, que el mundo se va a acabar, profecías de desastres, etc. Las religiones que hablan de esto fabrican hombres y mujeres con depresiones y los empujan, a veces, al suicidio.
- Creer ingenuamente en religiones que afirman que el diablo interviene caprichosamente en nuestras vidas, que se posesiona de la persona y la hace actuar de acuerdo con sus dictados; algo que es completamente falso e imposible de que ocurra desde el momento en que toda la conducta humana está determinada por los procesos mentales del cerebro y cada persona es responsable de cuanto le sucede, excepto cuando se producen en las realidades del medio social en el cual vive.
- También son causa frecuente de muchas depresiones ciertas religiones que afirman que la naturaleza humana es pecaminosa y de índole perversa, lo cual es completamente incierto y contrario a la dulzura predicada por Jesús, que nos habló de un Dios de amor, que nos considera sus hijos. La Biblia dice que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, así es que nuestra naturaleza es de origen divino, muy superior y capaz de elevarse a niveles extraordinarios.
- Prohibiciones religiosas que consideran que bañarse en las playas, bailar, ir al cine, usar joyas, maquillarse, etc., son pecado. Todo lo cual es contraproducente y contrario a la naturaleza humana que necesita de todas estas situaciones, mientras estén dentro de la decencia.
- Convivir con una persona de carácter variable, irascible, violenta o abusiva, también es fuente de estados depresivos.
- Vivir sin amor. Amar y no ser correspondido.
- Sufrir desilusiones, deslealtades, decepciones.
- Problemas sexuales que se piensa que son difíciles de resolver, como sucedía con la impotencia, que ahora se cura con implantes.
- Poseer un carácter melancólico.
- Pensamientos de persecución, de que alguien está vigilando y quiere hacer daño.
- Falta de apoyo frente a un problema.
- Carencia de empleo y dificultad para encontrarlo.
- Carácter aburrido; no encontrar nada que hacer, sobre todo, los fines de semana (neurosis dominicales o de fines de semana).
- Temor a enfrentarse con un juez, con un agente de policía, con alguna autoridad.
- Sentir la soledad como algo adverso.
- Preocupaciones prolongadas relacionadas con los hijos u otros familiares.
- Temor a persecuciones políticas en personas que residen en países gobernados por dictaduras.
- Grave preocupación por no haber podido cumplir una promesa o un compromiso.
- Temor a que alguien que conoce un secreto íntimo pueda chantajearlo o denunciarlo.
- Insatisfacción con el cuerpo o con el rostro, pensando que se carece de hermosura.
- Preocupaciones y traumas aparejados al divorcio o a la viudez.
- No saber qué hacer con la vida.
- Estados prolongados de incertidumbre.
Estas son apenas algunas causas para la depresión, existen muchas más. Considere las que se han enumerado, léalas con calma y piense cuidadosamente en cada una de ellas. Identifique si presenta depresión por una o muchas de las anteriores razones y comprenda que cada una exigirá un enfrentamiento positivo de manera que no desestabilice su sistema nervioso.