Los poderes o facultades espirituales
Se relacionan con un control extraordinario sobre el cuerpo físico y sobre la mente.
En los textos sagrados y en la vida y discursos de los yoguis, hay ciertos hechos extraordinarios que se enmarcan como poderes o facultades para el común de la gente, pero para los yoguis o maestros no son tanto así, son más bien un logro como consecuencia de la práctica espiritual o de la obra correcta.
Estos podres son denominados “Sidis” en sánscrito y un ‘Shida’ es un personaje que ha desarrollado esos poderes, los yoguis se concentran en pequeños objetivos y en puntos de luz y logran desarrollar esas facultades, porque logran romper la mentira de la desunión y logran unificarse en el Darma, entonces ven a distancia, intuyen, se comunican telepáticamente, suceden cosas extrañas con el cuerpo, como flotar, como transportarse fácilmente, porque logran romper esa barrera de desunión. Hay sutras especiales que hablan de estas facultades, libros sagrados que las mencionan, que son investigados por expertos como John Black que nos habla de estos “Shidas”.
Los antiguos Siddhars y sus increíbles poderes
Los Siddhars eran un tipo de santo de la India de quienes se decía que poseían grandes poderes y habían alcanzado un estado ‘divino’ a través de específicas prácticas secretas, que solamente ellos conocían. Estos poderes abarcaban el control del tiempo y del espacio, transformar el cuerpo, manipular la materia a nivel molecular y lograr la inmortalidad.
Los Siddhars eran seguidores del Dios Shiva y según diferentes textos eran 18. Sus enseñanzas y su doctrina fueron escritas bajo la forma de poemas en lengua Tamil, una lengua hablada principalmente en el sur de la India y algunas partes de Sri Lanka. Los poemas son muy difíciles de interpretar y fueron escritos de forma codificada para que sólo unos pocos pudieran entender.
Aún hoy continúa debatiéndose sobre la identidad del primer Siddhar. Algunas leyendas hablan de Sri Pathanjali, considerado como una encarnación de Adiseshan, la serpiente celestial con cinco cabezas, asociada con el dios Vishnu. Pero la tradición dominante se refiere a Agasthya (o Agasthyar) como el primer Siddhar: uno de los siete sabios (o Saptarshis) mencionados en los textos Védicos, hijo del dios Brahma en la mitología creación hindú. Agasthya, quien se supone que vivió a lo largo del siglo VII a. C., está considerado como el autor de gran parte de los más antiguos textos sobre los Siddhars y de hecho se le atribuyen unos 96 libros incluyendo obras sobre alquimia, medicina y espiritualidad.
Los poderes que poseían los Siddhars fueron catalogados en categorías. La categoría principal incluye 8 poderes llamados ashta siddhis:
1. Volverse diminuto como el átomo dentro del átomo (Anima)
2. Volverse grande en proporciones inquebrantables (Mahima)
3. Volverse tan ligero como el vapor en levitación (Laghima)
4. Volverse tan pesado como la montaña (Garima)
5. Entrar en otros cuerpos en la transmigración (Prapti)
6. Estar en todas las cosas, ser multipenetrante (Prakamya)
7. Ser señor de toda la creación en omnipotencia (Isatvam)
8. Estar en todas partes en omnipresencia (Vasitvam)
Como si esto no fuera suficiente, hay siddhis secundarios, como se describe en el Bhagavata-Purana, que incluyen lo siguiente:
1. No ser perturbado por el hambre, la sed y otros apetitos corporales
2. Escuchar cosas lejanas
3. Ver cosas muy lejanas
4. Trasladarse allí donde lleve el pensamiento (teletransporte / proyección astral)
5. Asumir cualquier forma deseada
6. Entrar en la memoria de la naturaleza
7. Morir cuando uno desea
8. Presenciar y participar en los tiempos pasados
9. Perfecta realización de la propia determinación
10. Órdenes o comandos de ser sin impedimentos
Tan increíbles como parecen, estas habilidades, según se dice, podrían ser alcanzadas con la ayuda de simples herramientas como controlar la respiración, concentrando la mente y elevando el poder del Kundalini, que está relacionado con la energía sexual.
Además, el sistema de curación que poseían los Siddhars supuestamente les había sido dado por Murugan, hijo de Shiva.
Otro famoso Siddhar fue Tirumular, un místico Tamil y escritor del siglo VI a. C., que fue también uno de los 18 Siddhars según la tradición Tamil Siddha. Su obra principal se llama “Tirumantiram”: un texto de 3.000 versos que constituye el fundamento de la Southern Saiva Siddharta School de filosofía.
Otro Siddhar, Bhogar (Bhoganathar), que vivió entre el siglo III y el siglo V a. C., supuestamente habría descubierto el elixir de la inmortalidad: uno de sus principales trabajos era, precisamente, la Farmacognosia.
Muchos de los textos más antiguos son manuscritos de hoja de palma y no todos están traducidos. Transmitidos y copiados una y otra vez, de generación en generación, probablemente muchos de los originales hayan sido alterados y su significado pueda haber cambiado. Por lo tanto lo que hoy conocemos como textos Siddhars quizá no tengan nada que ver con los textos originales, y eso puede explicar por qué la tradición Tamil no acepta los poemas Siddha en su tradicional doctrina.
Por supuesto en los últimos siglos, especialmente después del siglo XV, han aparecido más y más “Siddhars” componiendo poemas, realizando “actos” para entretener a la gente con historias interesantes, actuando como ‘Maestros’ y reuniendo seguidores alrededor de ellos, pero todo eso no tiene nada que ver con la tradición original de los Siddhars. Por desgracia, la tradición Siddhar original hoy está ‘contaminada’ por muchas interpretaciones, por los Siddhars modernos y por la imaginación de la gente. Algunas viejas escrituras Siddhars se conservan en los museos y en colecciones privadas en Tamil Nadhu.
Debido a la naturaleza de los registros Siddhar, el conocimiento ancestral de este enigmático grupo de santos ha permanecido en secreto. La pregunta sigue siendo si sus poderes eran reales y, en caso afirmativo, cómo consiguieron alcanzarlos. Manipular el espacio, el tiempo y la materia requiere un conocimiento muy superior al actual.
Cuando nosotros hablamos de las facultades y hablamos de los 12 puntos de luz y los 22 caminos, vemos que esos poderes o facultades se relacionan con un control extraordinario sobre el cuerpo físico y sobre la mente, oír más allá, ver más allá, presentir, comunicarse más allá y la fabulosa capacidad del poder mental y espiritual para influir sobre la materia y sobre los elementos.
En los yoga-sutras del increíble maestro Patanyali que nació en la Cachemira de India hace 2.300 años, encontramos los poderes humanos del ser humano superior desarrollados, cuando sus cuerpos entran en “ensamble o conjunción” en los sutras se habla de las facultades de los conocimientos:
Conocimientos del presente, pasado y futuro, de los sonidos del cosmos, de la memoria de las encarnaciones, de la mente de los otros, de los nacimientos y muertes, conocimiento del poder de la bondad, del universo, incluida la tierra, de la energía, del origen de todo, de la existencia del Ser, conocimiento de la recuperación de la memoria.
Y están los poderes, como la fuerza descomunal en un momento dado, ser muy pesados o muy livianos, el conocimiento a distancia, no necesitar nada del mundo físico, visión de seres y dimensiones superiores, transmitir sanación y energía espiritual, emitir luz de transformación, libertad sobre los apegos y otros poderes que se mencionan, pero que son un tanto difíciles de entender.
Una de las metas del yoga es lograr esto, no como vanidad ni como exhibición, sino para alcanzar estados elevados rápidamente, esto agrandaría el ego y sería perjudicial, muchos yoguis han alcanzado estas maravillas y maestros del tao como Lao o como Lien Tzí, y algunos druidas viejos o como los que alcanzan los chamanes secretos de la selva y ocasionalmente, uno que otro ser, en nuestras ciudades, esto por ahora, porque en el futuro la luz de la conciencia será creciente y se desarrollará conciencia en muchos puntos. Esto de las facultades es lindo y es curioso, como memoria del efecto del trabajo, pero repito, no como causa de vanidad.