Los peligros de la tabla Ouija

Este es un tema complicado del que nos preguntan mucho en el programa de radio. Hoy intentaremos hablar con sencillez y claridad.

La tabla Ouija tiene su origen hace más de 2.600 años, con un diseño que tradicionalmente constaba de péndulos, pero que en el siglo XIX fue rediseñada a la estructura que ahora conocemos por Elijah Jefferson Bond. Él, junto a un distribuidor, patentaron el diseño y le dieron su particular nombre.

El diseño de la tabla Ouija varía según la región, son muy distintas las de Estados Unidos a las de Europa, donde los materiales son muy pulidos, de madera de arce o nogal. El tablero, que normalmente consta de tres apoyos, tiene las letras del alfabeto en dos curvas, los números del 0 al 9 y las palabras “Sí” y “No”; algunos más sofisticados tienen también las palabras “Hola” y “Adiós”. Además de lo anterior, encontramos la pequeña plancha de tres patas de fieltro para que quien invoca pueda deslizarla con facilidad.

En Colombia, por lo general, las tablas Ouija no tienen estos diseños o materiales tan elaborados y finos, inclusive, se encuentran algunas de plástico.

Conociendo su diseño, hablemos de las verdades acerca de la tabla Ouija:

1. El 99,99% de lo que dice la Ouija es mentira. La gente que utiliza la tabla manipula las respuestas, y de esto no hay duda. Las personas que son genuinamente telépatas y que tienen la energía para desarrollar este tipo de actividades son muy escasas. Existen algunos pocos casos en los que la plancha o vaso se ha movido sin la intervención de los dedos, pero estos casos son contados.
2. Desde que comenzó el escándalo de la Ouija se han planteado todo tipo de preguntas, y nosotros debemos ser objetivos y centrados, poner todo en duda para no caer en los engaños de cualquier embaucador que se nos aparezca.
3. Hay un pequeño porcentaje de verdad en la tabla Ouija. Existe un peligro real para quienes hacen estas prácticas, y es precisamente ese enorme poder que tiene el ser humano para comunicarse con otros planos, para crear puertas dimensionales o mover energías de manera consciente o inconsciente.
4. ¿Cómo puede saber un adolescente que está en posibilidad de mover energías o convocar entidades de manera real? Es muy difícil saberlo. En la evolución espiritual de cada uno, tenemos facultades que desconocemos y posibilidades que no sabemos direccionar.
5. Cuando nos encontramos frente a una tabla Ouija, abrimos la posibilidad a una comunicación que muy seguramente no sabremos manejar. Manipular la tabla Ouija es abrir la posibilidad de llamar entidades que están en espacios interdimensionales.
6. En este sentido, en ninguna circunstancia recomendamos el uso de la tabla Ouija, pues, recordemos que en los mundos espirituales no hay términos medios; hay seres equilibrados y seres desequilibrados en la tendencia de la energía.

Los adolescentes suelen ser las primeras víctimas de la tabla Ouija, y esto se debe a que suelen sentirse atraídos por lo prohibido y porque en nuestra juventud siempre creemos que somos invulnerables, que nunca nos pasará nada. Además, está la moda entre los jóvenes de tener una apariencia de “malosos”, en la ropa, en el pelo, en la forma de actuar y de seguir a ciertos líderes, que no necesariamente son los mejores. Por esto, vemos cómo los jóvenes pueden ser susceptibles a cometer el error de manipular la tabla Ouija.

Al abrir estos puntos de comunicación interdimensional se pueden filtrar entidades de otros planos que pueden llegar a interferir, en niveles muy finos, nuestra mente. La comunicación con fuerzas negativas es similar a un virus, pero en lo mental, que puede atacar y desarrollarse en cualquier momento.

Ahora bien, como lo dijimos, muy pocos tienen desarrolladas estas habilidades, por lo tanto, el peligro real se encuentra en la sugestión y manipulación que ejercen los que utilizan la Ouija sobre los participantes asustadizos e incrédulos; participantes que terminan obedeciendo la voluntad del oportunista que dirige la reunión.

La práctica de la tabla Ouija es siempre negativa, desde el punto de vista que sea; es inseguro, y puede afectar su vida y la de aquellos que lo rodean.

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