Signos sagrados y su exposición a otras personas
Los símbolos sagrados crean una energía especial a su alrededor y hay quienes piensan que deben ocultarlos a la vista de los demás para que no pierdan su efecto.
La verdad es que no hay problema alguno en que las demás personas vean los símbolos sagrados que llevamos. Antiguamente, los símbolos sí se ocultaban a los ojos de la mayoría, pero esto se debía al desconocimiento y al fanatismo que imperaba en la edad oscura. Los tiempos han cambiado y los nombres sagrados, llevados con reverencia, pueden ser vistos por todos.
Si nos apropiamos de su significado y energía, si meditamos sobre ello, el efecto de energía positiva se multiplica.
Hay quienes también se preguntan qué sucede si alguien diferente no solo ve lo símbolos, sino que llega a tocarlos. Esto tampoco es problema, ya que nuestra energía limpia y purifica constantemente estos objetos. Ahora bien, lo que no debemos hacer es prestarlos. Los signos personales se programan y vibran con nuestra energía y, al prestarlos, la energía de la otra persona se impone y cambia la vibración.
Finalmente, no recomendamos que, si llevamos varios signos con nosotros, los llevemos todos juntos, en una misma cadena, por ejemplo. Esto, más allá de modificar su energía u objetivo, genera un roce entre los objetos, lo que los va desgastando lentamente.
En conclusión, los signos sagrados personales podemos llevarlos sobre la ropa, la gente puede verlos, hasta tocarlos, pero no debemos ni prestarlos ni llevar varios al tiempo, generando roces, pues esto sí puede cambiar su efecto positivo o dañar su integridad.