Práctica de la leche con ruda
Si usted sospecha o sabe con seguridad que le han dado de beber o comer alguna sustancia para hacerle daño u obligarlo a hacer algo que no puede o no quiere hacer, proceda de la siguiente forma:
Tómese el día sábado, en las horas de la mañana, una cucharada grande (de las de sopa) de aceite de ricino. A la hora, prepare una taza de leche hirviendo con azúcar y agregue unas pocas ramitas de ruda, pero en el momento que se agrega a la leche debe hacer a la planta la siguiente operación:
Debe tomar en sus manos las plantas y suplicar a su ser interno que está en el corazón, diciendo: Padre Nuestro que estás en los cielos (los cielos son los mundos internos, las dimensiones superiores), dígnate ordenar a las fuerzas elementales de estas plantas, cerrar con su poder estas fuerzas dañinas.
Antes de beber esto dese una bendición de la siguiente forma:
Mano derecha, llévese los dedos corazón, índice y pulgar a la frente y diga: “en el nombre del Padre” (encogiendo los dedos anular y meñique), luego lleve la mano en la misma posición a la región del ombligo y diga “En el nombre del Hijo” y luego a los hombros primero el izquierdo y luego el derecho diciendo: “En el nombre del Espíritu Santo, amén”. Cierre sus ojos y vea encerrada en un círculo de luz, la cruz que acaba de hacer. Tómese la infusión de leche con ruda y santígüese de nuevo de la forma anteriormente indicada. Haga esto tres sábados seguidos.
Durante estos 3 sábados y los días siguientes suspenda las carnes rojas.