Cómo se relaciona la reencarnación con el karma
Hemos hablado en varias ocasiones de que el karma es una balanza perfecta, donde toda acción tiene una reacción y cada causa tiene un efecto.
Bueno, si hablamos de acciones violentas, por ejemplo, vemos que el karma tiene su forma perfecta de balancear esas acciones: en su vida siguiente, el perpetuador de tales acciones sufre los mismos hechos violentos, generando una cadena de eventos repetitivos hasta que alguna de las partes en conflicto despierta conciencia y transciende esas leyes fatales que rigen estos procesos.
Solo cuando se despierta conciencia, una de las partes puede «canjear» el pago de sus hechos con sufrimiento, por el mismo pago de la deuda, pero con amor. Ese amor se ve en cómo ayudamos a los demás a encontrar el camino de la evolución.
Es una realidad que hay cosas que debemos vivir, hechos que tenemos que sufrir para equilibrar ciertos actos desequilibrados que cometimos en esta u otras vidas.
Pero si estamos alerta y conscientes permanentemente, podremos sobrepasar estos hechos y estaremos menos expuestos a las leyes de causa y efecto. A través de nuestras encarnaciones pagamos karma, pero, si despertamos conciencia, podemos cambiar el sufrimiento por trabajo y amor.