El origen de la Biblia

Antes de un libro sagrado existe otro más antiguo y, antes de este, otro aún más viejo, y antes, una leyenda antiquísima y otra leyenda y otra, hasta el punto de que se pierde el hilo de dónde se generó el conocimiento.

Los cristianos y hebreos suelen decir que la Biblia es el original de los textos sagrados, pero, si examinamos cada libro y cada historia, vemos que hay otros anteriores que transmitieron el mismo mensaje y hasta con los mismos nombres. Esto no quiere decir que sea una copia, simplemente, son versiones «hermanas» de la misma historia.

Todo viene de las estrellas, y de las estrellas a los polos de la Tierra, extendiéndose desde allí hasta regiones más ecuatoriales. Este es el caso de la historia y la memoria humana; el mensaje migró. Los seres humanos, que perdieron la memoria, tienen hilos distintos, narraciones similares con mensajes antiquísimos que representan la misma historia.

Por ejemplo, la historia de Adán y Eva viene de una de los hebreos, que a la vez viene de los persas y de Ahura Mazda, que se menciona bajo el nombre de Ormuz, cuando creó al mundo, de la luz y de la nada, en una sola semana, observando lo que había hecho al séptimo día, y creó a un hombre llamado Adama y a una mujer llamada Evaha. Estas leyendas persas, muy anteriores al Génesis hebreo, son conocidas por los expertos en el tema.

En conclusión, los hebreos son hermanos de los persas, hindúes, lapones, griegos, anatoleces, gitanos originales y de los íberos de origen celta. Si nosotros continuamos la historia, vamos a entender que la manzana del Edén es la misma historia sumeria de Gilgamesh, en la que llega un hombre del Cielo con cierto conocimiento y una mujer que le ofrece una comida que lo obliga a salir del Paraíso. La historia de Gilgamesh es sumeria, muy anterior al Génesis.

Si seguimos con otra historia, como la del gran diluvio y el arca de Noé, vamos a encontrar muchísimos textos con esta misma historia: un barco de madera, construido por un héroe, y las mismas aves enviadas para ver si la inundación había terminado. Donde se encuentra particularmente casi que exacto es en los escritos de Gilgamesh, donde encontramos una mezcla del Génesis y la Atlántida, y también mucho parecido con los vedas.

Curiosamente, encontramos otras similitudes en el texto egipcio ‘El libro de los muertos’, y en muros a lo largo del Nilo evidenciamos leyendas del Paraíso, o el misterio de la Trinidad en los templos de los faraones.

Hay tantas similitudes, que es simplemente asombroso. Pero recordemos que nada es copia de lo anterior, simplemente, son versiones de la misma historia, contada por distintos hijos de la misma casa.

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