Semana Santa: tiempo de reorganizar la energía
Cuando pensamos en Semana Santa, lo primero que se nos viene a la mente son paseos, viajes, vacaciones y diversas celebraciones, pensamientos típicos de los afanes del ser humano del mundo moderno.
Sin embargo, no podemos condenar del todo estos pensamientos, ya que esa extrema velocidad de la vida actual lleva a personas que trabajan o estudian demasiado a ver la Semana Santa como un momento de descanso y desconexión.
Sin importar lo anterior, Semana Santa es, hoy y siempre, la semana de Jesús, una semana en la que se recuerda su grandiosa misión. Su misión de amor, enseñanza y corrección. Una misión que podemos ver en los escritos sagrados, incluso, después de tantas modificaciones que han tenido durante los últimos milenios.
El solo hecho de pensar en esa misión, en todo lo que Jesús nos enseñó, nos produce un sentimiento de regocijo, que nos une en el corazón con el Adorable Salvador del mundo y nos invita a reflexionar sobre nuestra vida.
Por esto mismo, Semana Santa es la oportunidad ideal para hacer un balance y para reorganizar nuestras energías síquica, física y áurica.
Recordemos que cada uno de nosotros tiene un aura, que, aunque no la podamos percibir, está ahí, y su equilibrio influye directamente en nuestra salud y estado de ánimo. Es indispensable limpiarla y vivificar su energía, con meditación y con los recursos que nos entrega la naturaleza.
El aura se limpia con semillas aromáticas, algo que han sabido los grandes sabios a lo largo de nuestra historia, como las «fumigaciones de silvestres nacidos», del maestro Paracelso. Recordemos que él denominaba silvestres a los elementales y que las semillas eran para él silvestres nacidos, es decir, fuerzas elementales en proceso de crecimiento. Eso es exactamente una semilla: la fuerza encapsulada del elemental.
Las especias del Baño de Semillas son del grupo de las «fuertes», de aromas intensos, de gran concentración de aceites esenciales. Son increíbles el efecto que tiene este baño y la diferencia que se siente después: la sensación es despejada, iluminada, liviana.
Verdaderamente, actúa en el aura y es fácil hacerlo. Es como un agua aromática grande.