El Sello Celta es una tablilla inscrita en sus dos caras con mantras y runas de poder, vitalidad y abundancia, formando un signo de atracción de energía positiva y prosperidad. Los trazos rectos de las runas son equivalentes al vigor y a la fuerza de la emanación energética. Los mantras inscritos en caracteres Devanagari resumen una frase o palabra de poder positivo. En el Sello Celta los mantras crísticos son elevados y concentrados por el efecto fuerza de las runas Hagal y Fa.
Es un dije grabado con mantras; un elemento de atracción energética que, desde el mimo momento de “iniciarlo”, se une al aura de quien lo porta y a su poder mental, para realzar la energía positiva del cuerpo y de la mente y, de esta forma, generar prosperidad, estabilidad y dar un cambio a la vida.
Estos sellos son considerados desde épocas remotas como signo de buen augurio. No es tan simple decir buena suerte y buen augurio; el significado de estos términos es profundo y tiene una base real, tanto en los signos sagrados como en él encause mental que se pueda adicionar a este objeto.
Es una placa de bronce puro con doble baño de oro de 18 kilates y un recubrimiento de protección, en la que se encuentra, un mantra en Devanagari y una runa de poder. Un signo de estabilidad, prosperidad y buen augurio, para realzar la vibración y la energía positiva del cuerpo y a mente.
En el Sello Celta, los mantras crísticos CRSHN y RAM son concentrados por el efecto de las runas HAGAL y FA, bases de vibración positiva armónica, estable y abundante, y sus trazos rectos, interesantemente, son símbolos tradicionales de vigor y proyección de fuerza y energía.
La meditación es un proceso “natural” del ser humano, similar a comer o dormir, es una metodología que se encuentra escrita en la memoria milenaria y celular de cada persona y de la humanidad entera. Es equivalente a pensar, pero de manera ordenada y concentrada.
Una orden mental es poderosa, un mantra sagrado es poderoso, una runa es fuerza misma plasmada en inscripción, este signo y esta meditación, son poderosos, cuando tenemos la voluntad y el firme propósito, logramos hacer maravillas, cuando nos proponemos algo y tenemos los elementos exactos, logramos hacer realidad cualquier cosa.
Límpielo en seco con una tela muy suave de algodón (no la lave con agua y jabón), no aplique perfumes, cremas o alcohol sobre el objeto y prefiera llevarlo sobre la ropa, es decir, protegiéndolo del sudor y la secreción grasa de la piel (el humor) que pueda dañar el baño de oro.
Los mantras, generalmente, están inscritos en gráficas Devanagari y este alfabeto es exacto, las letras no se pueden hacer alargadas o expandidas, pues tienen una proporción establecida de la misma forma desde hace miles de años.
Los mantras combinados con algunas runas son el sustrato ideal de nuestro poder mental, es una ciencia energética y mágica, estudiada desde hace miles de años por seres espirituales que tienen la clarividencia de los objetos.
En el momento de imaginar todo solucionado y de verse lleno de prosperidad, este signo sagrado será el puente que comunica los propósitos con el hecho de hacerlos realidad, los cristaliza en el plano material.
Un mantra es como una fórmula perfecta de muchos elementos, debe tener un centro, también denominado raíz o semilla, y el resto de la pronunciación deberá tener profunda consonancia con este centro, su resultado debe ser ascendente.
Cuando se toma en las manos y se activa en la meditación, se está pegando a él la “luz áurica”, se está impregnando de fuerza y se genera una comunicación entre la voluntad superior, el sello y la fuerza que se produce.
Se puede hacer varias veces, tomando el sello de nuevo en la mano y repitiéndola, luego poniéndolo de nuevo; es formidable, es afianzar el propósito, asegurar lo que se quiere lograr y garantizar el bienestar y la tranquilidad.
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