El ser humano del futuro

Sabemos que la humanidad está en crisis espiritual, el ser humano está dando tumbos en su desarrollo interno porque en el alma se despierta la inquietud de cambiar, el ser humano da tumbos cambiando de religión, defendiendo ideas que no comprende y llegando al fanatismo en su ansiedad de encontrar la verdad, esto es normal, es propio del camino de lo que vendrá, simplemente ocurre porque la humanidad está avanzando a pasos agigantados, no lo vemos, porque estamos metidos en la ilusión de la materia, pero es algo que nos rodea y que está en nuestra vida, es un cambio inminente que no vemos, porque vive con nosotros en el día a día, es como algo que está siempre al frente de nuestros ojos y “no le ponemos atención, porque estamos acostumbrados a verlo”, así somos nosotros con este gran cambio que se avecina y así somos nosotros con las otras dimensiones, están allí, pero no fijamos nuestra atención en su existencia porque estamos absortos en la materia; el ejemplo de los peces del océano es el más exacto y el más representativo, ustedes se han preguntado ¿Qué piensa un pez del océano de la tierra seca y de las ciudades? La respuesta es simple: no piensa nada, porque aunque vive en nuestro mundo, nunca sale a la tierra y no conoce las ciudades, vive en su mundo de agua, vive absorto en el agua del océano; así somos nosotros, estamos todo el día en estas actividades materiales y apenas cuando dormimos o en momentos de gran sensibilidad, percibimos algo de otras dimensiones, pero muy poco, somos como los peces del océano.

Así somos también con el cambio que se avecina, estamos emparejados con la velocidad del tiempo, con el paso de los siglos somos más veloces en el pensamiento, nuestra esperanza de vida aumenta, vivimos más, ya no morimos de 40 o 45 años como ocurría hace siglos, podemos llegar a edad avanzada en buenas condiciones, no solo ha aumentado la esperanza de vida, ha aumentado la esperanza de vida con buena calidad, hoy la gente de 60 años aún es joven y perfectamente funcional.

Seguimos evolucionando y aunque las noticias todos los días nos hablen tantas barbaridades, aunque el ser humano siga siendo primario y bárbaro, también tenemos que admitir que avanza en tecnología y en espiritualidad, la parte intelectual es más refinada, más sofisticada, no somos los mismos simples mortales de hace 300 años, nuestro cerebro ha entrado en una nueva sintonía energética, la vibración es alta y va creciendo.

Las profecías de la antigüedad tienen puntos en común en todas las latitudes de la tierra, en esas predicciones, los mayas de Yucatán, los egipcios de África, los vedas de India y los druidas de Inglaterra dicen lo mismo, las células o las unidades vivas fundamentales entrarán en mutación acelerada, el despertar inteligente de la tierra será una realidad, humano y vegetal reestablecerán la comunicación, el espiral de la memoria será recuperado, el ser humano despertará del sueño, la sabiduría del ser renacerá del desorden, muchas cosas están cambiando en la conciencia de los seres humanos y esto será acelerado, el centro corazón es la clave, en el centro corazón está la síntesis de esa gran mutación y de ese cambio. 

Estas profecías que están en toda clase de lenguajes cifrados, es decir, las profecías no dicen la palabra “célula”, es posible que por ejemplo digan, “las unidades o las celdas de la existencia”, o las más “pequeñas fracciones de Brahma”, todo en ese lenguaje, porque adicionalmente todo, hace cientos de años, tenía otros nombres, aunque debemos admitir que ciertas escrituras son asombrosamente exactas hasta en los nombres, por ejemplo, los vedas dicen “esferas” en el espacio, los vedas dicen, las esferas que dentro de otras esferas componen todo, y los “paquetes de esas esferas”, casi que dicen los términos de ahora, no dicen átomos, moléculas y planetas, pero lo definen idéntico y casi que dicen el nombre, de cualquier forma esos términos y este lenguaje se han prestado para malas o equivocadas interpretaciones, algunos místicos han tomado las palabras de las sagradas escrituras y las han leído “literalmente” lo que se conoce popularmente como “a letra muerta” y han creído que las profecías, cuando se refieren al corazón, hablan de la víscera, piensan que el asunto se refiere a las aurículas, los ventrículos y las válvulas cardiacas, no, esto es equivocado, de nuevo surge la equivocación de lo “literal” de lo leído “sin sentido”, cuando las escrituras ancestrales o las memorias sagradas hablan del “centro corazón”, o del “sagrado corazón” se refieren al “eje cerebro espinal”, es decir, se refieren al cerebro y a la médula espinal, esto tiene una clara indicación del sistema nervioso, porque en ese sistema nervioso están los puntos de unión, entre el desarrollo espiritual y las estructuras fundamentales de la vida inteligente en este planeta y ese desarrollo, hasta en la misma biología se mide en la complejidad del sistema nervioso de los seres vivos, es así de claro, de manera que, cuando los textos sagrados dicen “corazón” o “centro corazón”, están en realidad hablando del “eje cerebro espinal”.

Y las profecías hablan del gran cambio que exactamente se está dando en estos momentos. En libros sagrados como el de Enoch y en el Antiguo Testamento, podemos recoger las bases del principio de la humanidad, allí hablan de los 200 ángeles del cielo que se unieron a las hijas de los hombres, pero el asunto no es tan simple, es un hecho que explica la intervención extranjera en el diseño de la memoria biológica y hay cosas tan avanzadas en esas memorias, que aún no las comprendemos y que a menudo hemos tomado a la ligera, por ejemplo, el término “Eloh” es sumerio y el término Elohim es arameo hebreo y cuando las escrituras dicen “los Eloh” o “los Elohim” se refieren claramente a los seres de otro mundo que califican como brillantes, resplandecientes, angélicos, iluminados, gigantes, fuertes y “flotantes” definitivamente superiores, ese es el conjunto de características de los que son mencionados como los creadores del hombre nuevo.

Pero hay más detalles, si nosotros estudiamos más esas memorias, las de los sumerios, vemos en las tablillas las predicciones de Enlil, es decir, las visiones para el futuro “desde el ser” y vemos que allí se habla de una humanidad que cambia y permanece en estado de quietud durante milenios, pero que llega una época dorada (es decir los tiempos actuales) en los que Enlil retorna en una nave blanca y concluye su tarea del gran cambio, esa misma circunstancia es la que se habla en los Puranas Secretos de la llegada de Krishua en el cambio del Yuga, llega volando escoltado por vimanas y en el ave garuda, renovada y blanca y es lo que ve Juan en el Apocalipsis en el capítulo 19 cuando dice “Y vi el cielo abierto y he aquí un caballo blanco, el que lo montaba se llama fiel y verdadero (es decir, el cristo) y con justicia juzga y hace la guerra, sus ojos son una llama de fuego y sobre su cabeza hay muchas diademas y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él”, es increíble el parecido de los textos, en Sumeria Enlil es varias veces coronado y en los Puranas Krishna tiene en su cabeza todas las coronas de la luz, estos signos son claramente crísticos y se refieren a los muchos puntos de luz o chakras que hay en el cerebro.

En esas escrituras, en esas memorias, en ese pasado en el que están nuestras claves, en esa sabiduría ancestral, vemos la llegada de una humanidad superior, pero no en raza, no, esa es una equivocación monstruosa, una humanidad superior en inteligencia y espiritualidad, ya lo estamos viendo, en el recuerdo y en el redescubrimiento de las bases de la creación, en la aceleración de la vibración, en el diseño genético pasado por parte de seres superiores, en los misterios de una evolución combinada de semillas provenientes del espacio y adaptaciones planetarias en el perfecto entendimiento del centro corazón, en la información que tenemos todos guardada en nuestro ADN y en nuestros cuerpos superiores de dimensiones elevadas y en los distintos caminos que debemos recorrer para recuperarnos.