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La telepatía es tan normal como pensar

Publicado en29/05/2024 Por

Hacia la conexión entre cerebros

¿Cuántas veces nos ha ocurrido que pensamos en una persona y suena el teléfono y es esa persona?, inclusive, ¿cuántas veces nos ha ocurrido que ponemos la mano sobre el teléfono para llamar a esa persona y timbra el aparato y es esa persona? Y como ese ejemplo tenemos muchos casos de Telepatía normal que ocurren en nuestra vida, como por ejemplo: contestar una pregunta que otra persona solo ha pensado y que no ha pasado a palabras o seguir una charla que sostenemos en la mente y con las palabras, es claro que no nos ocurre con todo el mundo, esto ocurre principalmente con quienes tenemos mucha afinidad. 

Pues esta noticia que les comento de la Telepatía, muy nueva y misteriosa para la ciencia, ha sido ya muy difundida en Internet, ha salido hoy en RCN, en la Nación, en las agencias de noticias de BBC y las demás, y han comunicado más detalles de cómo se realizó ese experimento del mensaje telepático: 

“Hola”, el primer saludo mediante ‘telepatía’ a miles de kilómetros de distancia. 

“Hola” y “ciao” se convirtieron en las primeras palabras transmitidas directamente de una mente a otra de forma consciente, entre una persona en la India y otra en Francia. 

El pasado 28 de Marzo se produjo uno de los saludos más peculiares de la historia, en la impronunciable ciudad india de Thiruvananthapuram alguien pensó “hola” y este pensamiento llegó directamente al cerebro de otra persona sentada en un laboratorio de Estrasburgo, a unos 7700 kilómetros de distancia. Más tarde, probó a decirle “ciao” con idéntico resultado: por primera vez, dos cerebros se saludaban directamente y de forma consciente, gracias a las nuevas tecnologías de interacción con el cerebro humano. “Tan solo es un humilde primer intento de comunicación entre cerebros”, admite el barcelonés Giulio Ruffini, líder del experimento que ha permitido probar, aunque todavía de forma rudimentaria, que la tecnología ya permite la comunicación telepática. 

Los pensamientos del sujeto emisor que estaba en la India, leídos como pulsos eléctricos, se codificaron para transmitirse por Internet hasta un aparato que vuelve a convertir esa señal en pulsos que producen una descarga electromagnética sobre la corteza cerebral del receptor, ubicado en Estrasburgo. Como reconoce Ruffini, estos primeros pasos son todavía muy tímidos y necesitaron de varios elementos intermedios para establecer esa comunicación entre cerebros. El sujeto emisor lo que hizo realmente fue pensar “hola” en lenguaje binario, esas ristras de unos y ceros que, en función de su orden y longitud, sirven para representar cualquier información. 

Así, el hombre que pensó “hola”, en realidad saludó a su interlocutor pensando uno a uno los impulsos que se corresponden con los 1 y 0 que se necesitan para componer esa palabra en binario: 01101000 01101111 01101100 01100001. Al enviar un 1 al cerebro del receptor (que tiene los ojos vendados), el aparato provoca que sus neuronas le hagan ver un flash, una mancha luminosa llamada fosfeno, provocada por la descarga en su corteza. 

Según explica Ruffini, este instrumento colocado en la parte posterior de la cabeza, crea un campo eléctrico, un pulso en el córtex que hace que “las neuronas se disparen, una especie de reflejo como cuando te dan un golpecito en la rodilla”. Si no se produce ese reflejo visual, se cuenta un 0, y la operación se repite hasta completar todos los elementos de cada palabra. Desde que el emisor envía su pensamiento hasta que el receptor lo percibe, transcurren unos 30 segundos. 

Hacia la conexión entre cerebros.

“Es un primer intento en la dirección de unir cerebros telepáticamente, por decirlo así”, resume Ruffini, líder del experimento y responsable de la empresa Starlab, una de las tres que han participado en este trabajo junto a investigadores de las universidades de Barcelona y Harvard. Para realizar este trabajo, que se ha dado a conocer en PLOS ONE, se han usado tecnologías como un casco transmisor de actividad cerebral por Bluetooth, que registraba en electrodos los pensamientos del emisor: si pensaba en mover las manos leía un 1 y si pensaba en mover los pies entendía un 0, y enviaba esa señal. “Es la prueba de que es posible”, explica el investigador barcelonés, “ahora toca ir descubriendo maneras más elegantes de realizar la comunicación”. 

El experimento actual es más tosco al realizarse de forma no invasiva, es decir, sin intervenir directamente en los cerebros que hablan entre sí: con implantes todo es más sofisticado y efectivo (pero también más arriesgado) como se ha comprobado al conseguir que un macaco moviera las extremidades de otro al conectar sus cerebros. El año pasado, científicos de la Universidad de Washington enviaron señales de movimiento de un cerebro a otro usando un sistema similar al que se usó entre Thiruvananthapuram y Estrasburgo, logrando que un sujeto activara el dedo de otro. 

Para el equipo de Ruffini la comunicación directa entre cerebros y entre el cerebro humano y las computadoras, se producirá  en “un futuro no tan lejano”. “En una reunión, se produce una comunicación entre cerebros a través de elementos periféricos como las palabras, los gestos, los sonidos. Es una red de trabajo muy pobre e ineficiente: al conectar directamente los cerebros crecerá exponencialmente el grado de comunicación”, asegura el investigador, quien sugiere que uno de los siguientes pasos en los que experimentar, podría ser la transmisión directa de emociones. “Suena a ciencia-ficción, pero es posible y vale la pena seguir intentándolo”. 

Como vemos, estos intentos son a la escala de los primeros ensayos y en nada se relacionan con el poder y la sofisticación de la mente humana, sin embargo, estos ensayos de los últimos años son importantísimos, principalmente para el gran cambio de actitud de la ciencia frente a lo desconocido y la telepatía es un tema excelente, porque siempre se había creído que estaba en el mismo nivel del mito o de los “fenómenos extrasensoriales sospechosos” y siempre ha estado a escala de experiencias y comentarios no reproducibles y no comprobables. 

En la gran ignorancia de estos temas, se ha confundido la telepatía, en muchas ocasiones, con la clarividencia o con el presentimiento o la intuición, esto es equivocado, son poderes o facultades distintas, ¿entonces, por qué la confusión? La confusión se produce simplemente porque los poderes trabajan siempre en sinergia o en combinación y esto hace que una facultad de estas no solo sea la llana percepción o visión de tal o cual cosa en otros planos, esto significa que los poderes son complejos, esto quiere decir que yo por ejemplo, puedo ver más allá o con videncia o clarividencia, pero mezclado con intuición, entonces mis visiones pueden tener el componente de distintos tiempos y por ejemplo puedo presentir una situación y a la vez transmitirla telepáticamente a un receptor afín y apto para recibir la información. 

Estas combinaciones increíbles, tan conocidas desde hace milenios en el mundo espiritual son inconcebibles para la ciencia y aunque ya la física y las matemáticas hablan de otras dimensiones y de universos cuánticos, siguen pensando que de presentarse la telepatía, tendría que ocurrir por interacciones, ya sea de tipo electromagnético o gravitatorio. Pero el verdadero impedimento de la ciencia no es esa falta de apertura en cuanto a lo desconocido, la gran barrera está en la altísima tecnología del sistema nervioso, frente al que la ciencia está en pañales, cada neurona es un complejo computador que mide solo milésimas de milímetro y cada uno de nosotros tenemos 86 mil millones de neuronas, es decir 86 mil millones de computadores, ¿cuándo igualaremos eso o entenderemos eso con nuestra tecnología? Esa es la verdadera barrera que solo será superada cuando descubramos otras fuerzas y cuando ampliemos nuestro conocimiento en el mundo de la célula, el átomo y la molécula.  

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