Lemuria
El misterioso, desconocido y voluntariamente ignorado te ma de Lemuria
Hay un lugar, y una época y un pasado iluminado en donde nacieron las artes marciales, la alquimia, la anatomía mística, el arte de encantar la naturaleza y secreto de la energía del cuerpo, este lugar es Lemuria, un continente perdido, que se inundó como la Atlántida hace millones de años, un lugar del que nadie habla, porque las evidencias se han diluido en el tiempo, una humanidad distinta, energética, con sus sentidos despiertos, con el poder de la conciencia.
Es la tierra que narra el génesis en sus primeros capítulos y que menciona como el edén, no nombra un sitio en particular, habla de la Tierra, del planeta Tierra en ese momento, en esa época, ese edén es el planeta nuestro en el tiempo en el que todo estaba verde y florecido con el vapor que emanaba de la tierra.
Es la misma Lemuria que se comenta en el Ramayana, uno de los libros importantes de la literatura de India.
El lugar corresponde a lo que hoy ocupa el Océano Pacífico sur y el Océano Índico, todas las islas de la Polinesia, Australia, Nueva Zelanda y Antártida pertenecían a Lemuria, en una época en que las aguas estaban “más bajas” y la distribución de la “tierra seca” era distinta.
Este continente existió en tiempos remotos, en tiempos anteriores a la Atlántida, muy anteriores.
Mucho se ha encontrado con relación a Lemuria, en Yonaguni al frente del Japón, hundido en las aguas, en Camboya en el templo de Angkor Wat, vamos a hablar de este tema y del tema de las grandes humanidades que han existido en nuestro planeta y de la diferencia que hay entre humanidad, civilización y raza.
LA LEMURIA
Y LAS HUMANIDADES RAÍCES
No es posible hablar de Lemuria sin referirse a otras humanidades. Muy pocos autores o investigadores han hablado de las humanidades porque hay una confusión muy grande y es muy delicada y por eso han surgido problemas grandes y graves en la humanidad. Son tres nombres con tres líos, que han dado para formar tendencias y problemas en el arte, la ciencia, la política, en todos los aspectos; y esas tres palabras son: humanidad, civilización, raza.
Dado que Helena Blavatsky metió la pata hablando de las cinco razas raíces y así lo mencionó ella, pero se refería verdaderamente a humanidades no a las razas, y a esa metida de pata le sigue una sub-metida de pata, denominando a la quinta humanidad como Aria, pero no con mala intención, ella simplemente leía las traducciones de los textos sagrados escritos en Tamil ledú o nadú, también en idiomas antiguos sánscritos védicos y drávidas de origen Lemur y Atlante.
Ella leía esos textos en Devanagari y en Tamil y hablaba de cosas enormes en medio de una encarnación muy dura, a ella le correspondió una época muy difícil, hablaba no sólo de lo que traducía (lo que sería absurdo), sino también de lo que leía y entendía. Pero no sólo ella, otros traductores y en libros sagrados de los celtas, Las sagas, también estos tres nombres se confunden y se han prestado para tan malas interpretaciones y para malentendidos complicados en la historia.
Esas palabras, humanidad, civilización y raza, en muchos casos se han confundido, veamos cómo; cuando se habla de civilización se piensa en humanidad, cuando se habla de humanidad se piensa raza, cuando se piensa raza se piensa humanidad o en civilización; estos términos son inexactos, es claro que aquí en este caso Blavatsky metió la pata con el término de raza y también metió la pata con el término de raza aria, esto de raza aria en las tradiciones del Norte se ha prestado para toda una carrera discriminativa muy asociada con el color de la piel.
Y la metida de pata de la que yo hablo en este momento, consiste en que cada una de esas humanidades tenía muchas razas, muchos colores de piel, cada una de esas humanidades tenía muchas tendencias y tenía muchas circunstancias, estamos hablando que cada una de esas humanidades, tenía un foco de desarrollo o un punto geográfico en el que se concentraba en este mismo planeta.
En los textos de los vedas, también en los textos de los drávidas y en los del Tao de la China antigua, existía una historia y una predicción al mismo tiempo, de ahí se sacaron las predicciones antiguas de los teósofos, por ejemplo, se decía que la tierra es una escuela azul en donde deben venir siete ciclos de humanidad, siete humanidades, entonces nos preguntamos ¿cómo así que siete ciclos si estamos supuestamente en la quinta humanidad? pues sí, ésta es la quinta humanidad, pero, ¿hacen falta entonces dos? Increíblemente los textos antiguos hablan de una sexta y séptima humanidad en tiempos venideros, dicen que la séptima humanidad en el futuro no solamente será terrestre, los textos viejos dicen que la humanidad migrará hacia uno de los planetas solares y resulta que no se refieren a Marte, imagínense ustedes, los textos se refieren a Mercurio!
¿Cómo así que mercurio con esa temperatura va a albergar alguna vida? esa es la pregunta que muchos se hacen cuando ven las predicciones; y resulta que con todas las simbologías y con todo 1o que se habla alrededor de los planetas, cosa que los antiguos ya conocían, no se tiene ninguna duda, estaban hablando de Mercurio, con nombre propio, y hay dos posibilidades en esa situación: una es que nosotros vamos hacer una humanidad muy espiritual dentro de millones de años, porque cada humanidad se refiere a millones de
años, entonces, es probable que ya no tengamos cuerpo físico y la otra posibilidad, es que en medio de la evolución de las esferas, concretamente del sistema solar, que es en el que nosotros vivimos, Mercurio esté en el futuro un poco más alejado del Sol y esto lo haga increíblemente más habitable. Esto haría que Mercurio fuera una tierra prometida panamás adelante. Son especulaciones, no se sabe cómo es el asunto, sin embargo, esa es una predicción que está escrita en los libros sagrados de India.
Pero, concentrémonos en esas cinco primeras humanidades; la primera humanidad está escrita en los textos sagrados con diferentes nombres y la verdad, desde las primeras traducciones de los textos sagrados, se dice que es la raza polar, pero esto es inexacto, ese es un nombre, estamos hablando de un ejército de traductores qué no han pasado a la historia porque no han desatado
la polémica que desató Blavatsky, esa dichosa raza “polar”, no tiene ese nombre en la historia sagrada de oriente, como en tantos otros casos, resulta que en los libros sagrados de India la raza polar está nombrada como Merumi. Es una raza venida del espacio exterior, pero cuando nosotros hablamos más correctamente, decimos que es una oleada de almas, que es una siembra o que es una humanidad venida del espacio exterior en estados sofisticadísimos de las otras dimensiones; en donde prácticamente el cuerpo físico no existía, era una humanidad hecha de tiempo, del material propio del astral o de la dimensión del tiempo, aquí vemos que el concepto de raza del que nosotros sabemos perfectamente el significado, no existe y no debe existir, y ahora entendemos por qué esa metida de pata se ha prestado para tantas equivocaciones sociales, hasta el punto de hacer creer que la raza blanca es superior, por el hecho de pensar sin fundamento que fue la primera siembra cuando nada de esto es así. En la época de la humanidad polar o merumi no había cuerpo material y por tanto, no había raza.
De esa raza polar que está llamada en los libros antiguos, Merumi, prácticamente no hay datos, porque es una humanidad muy vieja, de eso no hay ni siquiera polémicas, de eso no hay ni siquiera contradictores, porque nadie sabe sobre esa raza Merumi, lo único que dicen los textos sagrados y que se puede establecer en las traducciones como una cuestión muy fiable, es que en aquella época la tierra tenía una fractura central y al mismo tiempo, una elevación montañosa central que iba de polo a polo, eso marcaba un eje exterior y otro eje interior de la tierra, que nosotros actualmente no entenderíamos, a ese sistema de ejes, parecido a una cordillera se le denominaba Merú, de ahí el nombre. Pero más allá de eso, no hay ningún reporte real, no hay ninguna nota y de esta humanidad, en los libros sagrados, simplemente se dice que en aquella época las almas se confundían con los cuerpos de tiempo o astrales, el cuerpo físico no existía y por tanto, se decía en esos textos sagrados, que la gente de aquella humanidad era elástica, maleable; recuerdo que eso lo decía mi abuelo, inclusive lo escribió alrededor de esas lecturas a las que tenía acceso en Alemania, acerca de las historias de las razas viejas.
Hay algo de lo que no se habla nunca y que es muy importante, algo que siempre pasan por alto, siempre que se habla de traducciones y siempre que se habla de la historia mística de la humanidad y es, que cada una de las humanidades tiene millones de años, y cada una de las humanidades toma en recuperarse mucho tiempo, cada una de esas humanidades secuenciales se formó a través de un remanente de la otra humanidad y de la otra humanidad y de la otra humanidad, es decir, la humanidad pasada dio origen a esta y al mismo tiempo, la humanidad antepasada dio origen a la humanidad pasada, esto es una secuencia, pero esa secuencia es de millones de años.
La primera humanidad, la llamada polar, que por convención así la denominan los traductores de los textos sagrados viejísimos, llegó del espacio cuando aún la tierra no tenía las condiciones para albergar cuerpos físicos y la humanidad era prácticamente astral, esto de astral también es un nombre, la humanidad era prácticamente hecha en cuerpo de tiempo, es decir, de la cuarta dimensión en adelante.
Mucho tiempo después, cuando la tierra estaba más adaptada, cuando las algas traídas de otro espacio proliferaron y la biosfera estaba mucho más adaptada, nació una segunda humanidad que ya empezó a tener algo muy parecido a un cuerpo físico y era la humanidad Hiperbórea, la misma que mencionan como raza Hiperbórea, y esto también es un nombre, en los textos sagrados muy viejos, es decir, en los vedas, en la sagas y en ciertas inscripciones egipcias, no encontramos ese nombre, por lo que entendemos que el nombre 'hiperbórea” es nuevo adjudicado por convención de los traductores e investigadores místicos, esa humanidad se desarrolló en la tierra que hoy conocemos nosotros como el círculo polar ártico, esto comprende todas las tierras de Canadá, Groenlandia, el norte de Europa, Rusia, los países escandinavos (Suecia, Noruega, Finlandia), también en Islandia y la parte norte del Reino Unido, en toda esa área se desarrolló lo que nosotros hoy conocemos como la humanidad Hiperbórea pero este nombre es moderno, el nombre antiguo, el místico en los textos sagrados era Plakshi, y entonces de donde salió el término Hiperbórea?, salió simplemente de una palabra compuesta que significaba más allá del Bóreas, es decir, más allá de los vientos, es una forma muy complicada de señalar el polo norte.
Pasaron muchísimos años, y muchos es muchos millones, después de que se terminó Hiperbórea, se concentró en la parte sur del planeta, en la región que hoy corresponde a Antártida, Australia, Nueva Zelanda, Polinesia y el Pacífico Sur, en una porción de tierra que ya no existe, una humanidad a la que han llamado Lemuria, pero en los textos antiguos tampoco ese era el nombre, el nombre místico de Lemuria es Shalmal. Pero ¿de dónde vienen estos nombres místicos, de dónde vienen estos nombres ocultos o estos nombres originales con los que se nombra a estas humanidades? Esos nombres están generalmente escritos en idiomas védicos antiguos, así figuran en los libros viejos como los Puranas, están escritos en Devanagari arcaico y lo único que yo hago aquí es decir la transliteración española, es decir, como se oyen en pronunciación, de una manera aproximada a la que nosotros estamos acostumbrados.
Luego, después de muchos millones de años, con un remanente de los Lemures, apareció la raza Atlante, dicho más correctamente la humanidad Atlante y hago este juego de palabras intencionalmente, para que nosotros nos demos cuenta cuál es la confusión que ha existido entre humanidad, raza y civilización, términos que no son equivalentes, porque en este lenguaje místico, entenderíamos que civilización es el remanente de una humanidad, por eso es que, por ejemplo, cuando examinamos el pasado, decimos que los celtas, los vikingos, los persas, los griegos, los hindúes, todos ellos son remanentes de los Atlantes y esos remanentes fueron los que formaron la humanidad actual, y a su vez son conocidos por nosotros como civilizaciones antiguas.
Atlante o Atlántida es un nombre nada más, en los idiomas atlantes muy parecidos a lo que hoy en día conocemos como sánscrito y otros como el arameo o el islandés antiguo, se menciona a la Atlántida como “la gente kushe”, como les decía, estos nombres están escritos en los textos sagrados védicos muy viejos como los puranas los Samitas o los Upanishads.
Y por último, con el remanente de los Atlantes es que se forma nuestra humanidad actual, mal llamada o mal conocida por los traductores como Aria pero que en los textos sagrados se conoce como krauni, pero esta es una humanidad con muchos colores, que van desde la raza negra de África hasta las razas muy blancas noruegas, desde las razas amarillas de China hasta las razas rojas de algunos aborígenes de Norteamérica y en el resultado de la mezcla vemos una raza compuesta, de composición mixta, muy similar a la raza latina, que elimina el mito de la raza pura que no existe, todos los colores de piel tenemos la misma capacidad cerebral en gramos, por lo tanto todos somos iguales, en realidad hoy en día no existen razas puras, no existen razas con una sola composición, así tenía que ser, pero aún existen muchos que no entienden esto, por esto ocurren guerras y separaciones sociales.
Las predicciones de las razas del futuro son muy ambiguas, los textos viejos contienen elementos que no entendemos, por los nombres, por las simbologías, por las señales, aun sabiendo del gran conocimiento de los vedas del tiempo y del espacio. Lo que se muestra para el futuro dentro de muchos años, los remanentes de la humanidad actual se concentrarán en lo que hoy conocemos como Japón y California, y ellos formarían la humanidad entrante. Hay que hacer claridad en una tendencia que tenemos los seres humanos de hacer o a establecer plantillas de tiempo para todo, esto no existe, no existen los plazos y segmentos de tiempo fijos para todo lo que conocemos. Estamos acostumbrados a pensar que los bardos, o que la vida o que los estados intermedios, o que el tiempo entre cada encarnación entre todos los seres humanos “es más o menos igual”, esto NO es cierto, para cada caso en particular es distinto, así ocurre con las civilizaciones y así ocurre con las humanidades, no todas tienen la misma duración, no todas tardan lo mismo en decaer o en desarrollarse, los tiempos son diferentes, alguna habrá sido larguísima Y otra realmente corta.
Pero concentrémonos ahora en Lemuria o también se le conoce como “la tierra de Mú” ese nombre tan extraño puesto para la humanidad de Shalmal viene de algo absurdo, de la franca influencia de las migraciones de ciertos monos llamados lemures a diferentes lugares, está inspirado en sus patrones de migración esto genera una confusión muy grande, por qué piensa que esa vieja humanidad proviene de los monos llamados lemures o que ellos son una parte fallida de nuestra evolución, en estas menciones con nombres equivocados con aspectos no relacionados con la verdad, se ha desviado la atención y esto ha contribuido para que la humanidad desconozca su Historia remota, habría sido preferible que desde el principio, esa humanidad fuese llamada como lo indicaban los antiguos: Shalmal.
De Lemuria proviene la civilización china y parte de la civilización japonesa, de Lemuria viene el Tao, enseñanza que siempre ha sido un misterio porque siempre se ha pensado que nace en el tiempo de Lao Tsé y de Chuangzí, pero el Tao es muy viejo, se pierde en los milenios, en las decenas de miles de años, del Tao nacen las artes marciales, la medicina tradicional china, del Tao nace el Taichí, en el Tao está el secreto de la disciplina y la inteligencia de los pueblos del lejano oriente y el TAO es absolutamente Lemur.
Los Lemures están descritos en muchos libros inéditos antiquísimos de China e India, por ejemplo, se encuentran en códices secretos tibetanos de Kiu Té, y su historia está en herméticas simbologías del Tao de China milenaria, desaparecido en su esencia por tantas complicaciones y cambios políticos de China, los textos de India son más explícitos, en la india tibetana encontramos qué los Lemures eran altos, y de varios colores de piel, podían ser blancos
amarillosos o podían ser negros azulados, tenían todos sus sentidos despiertos, eran clarividentes, tenían la intuición superior despierta, todos ellos oían lo que ocurría en varias dimensiones, eran conscientes de sus distintos cuerpos y por lo tanto tenían muy fluido el poder del desdoblamiento, en resumidas cuentas eran seres superiores.
Y efectivamente hace poco tiempo se encontraron restos en China, de seres humanos de talla superior a la nuestra y en el pasado son varios los descubrimientos arqueológicos que hablan de una gente del pasado remoto, muy especial, de la que no hay mayor noticia y que eran prácticamente magos, por todo lo que se dice que podían hacer y por todo lo que se dice de su desarrollo tecnológico y espiritual.
A esto se unen las tradiciones de Hawaii, de la isla de Pascua, de la gente de Samoa, las historias del Shinto que hablan de los ocho millones de seres grandes, están basadas en la tradición Lemur, igual ocurre con el Shinto de Corea, todo es mucho más viejo de lo que se sabe, se dice o se aparenta. El Shinto es muy completo, habla de la alquimia de la naturaleza, de los elementales de la tierra, habla de hadas, de seres del mundo de la mente, habla de seres del astral, de la madre naturaleza, de la armonía de los grandes seres en conjunto con los pequeños seres, en profunda relación con el tejido de luz, algunos de estos aspectos vigentes actualmente y otros que solo pudieran ser posibles en aquella época. y el Shinto es definitivamente Lemur.
En India encontramos una epopeya conocida como Ramayana, que como todos los textos antiguos, no se está seguro de su datación, su historia guarda parte del secreto de Lemuria, es la narración del encuentro de los Lemures con los Atlantes, con otros nombres o con los nombres de esa tradición, en aquella época.
Lemuria es un misterio, una realidad sin datos, un mundo sin historia, una verdad de la que no se habla, por remota, por ignorada, por desconocida, una circunstancia de millones de años de antigüedad que se ha perdido en la memoria de los pralayas y de los manvantaras.
LES HABLABA EN DÍAS PASADOS DE LEMURIA
La ciencia siempre había dicho que Lemuria era imposible, que esos hundimientos tipo Atlántida eran un mito, recientemente la National Geographic, realizó un documental del descubrimiento de todo un continente hundido, en lo que corresponde a Nueva Zelanda, las islas cercanas a Australia, ya le pusieron nombre, se llama Zealandia, pero eso no es lo mismo que Gondwana, lo que descubrieron fue simplemente el segmento SUR de Lemuria, así de simple, pero al subir por la fractura del Pacífico y prolongar esa tierra hasta las ruinas de Yonaguni, en frente del Japón, se descubriría Lemuria, en un pasado más remoto que la misma Atlántida, pronto se descubrirán más restos de ciudades, más ruinas que indican la existencia de Lemuria y será posible conocer el nacimiento, en un pasado de luz, de las sagradas enseñanzas del Tao, veamos lo que dice National Geographic:
Zealandia, un nuevo continente en el océano Pacífico
Las evidencias geológicas y geofísicas de las dos últimas décadas demuestran que Zealandia es un continente coherente que permanece sumergido en un 94% de su extensión
Zealandia es el nombre de un continente oculto que permanece sumergido en un 94% de su extensión, según un sorprendente estudio publicado en GSA Today, el diario de la Sociedad Geológica de América. “Sostenemos que las evidencias geológicas y geofísicas, especialmente aquellas acumuladas en las dos últimas décadas, demuestran que Zealandia no es una colección de fragmentos continentales parcialmente sumergidos, sino un continente coherente de 4,9 millones de kilómetros cuadrados”, explican los autores del estudio. “Zealandia es el séptimo continente geológico más grande y, además, es el más reciente, el más fino y el más sumergido”, afirma Nick Mortimer, el autor principal del estudio.
Nueva Zelanda y Nueva Caledonia forman parte de este nuevo continente que antiguamente formaba parte del supercontinente Gondwana y que se comenzó a separar en el Cretácico tardío. Zealandia es aproximadamente tan grande como la India, su punto más elevado es el monte Cook de Nueva Zelanda, con 3.724 metros sobre el nivel del mar, y su profundidad máxima corresponde a las llanuras abisales oceánicas de entre 2.500 y 4.000 metros de profundidad. El grosor de la corteza continental de Zealandia varía entre los diez y los treinta kilómetros y se incrementa hasta los cuarenta kilómetros bajo algunas partes de la isla Sur, una de las dos mayores islas de Nueva Zelanda.