Las magas vikingas se llamaban Volvas y tenían un manual atlante
Hechiceras de la época vikinga: las temidas y respetadas völvas.
Antiguamente se conocía la existencia de las Volvas entre los vikingos, unas mujeres muy sabias que conocían de plantas, de pieles y de sueños, ellas se sumergían en el mundo del tiempo, según esas historias, y podían predecir cosas, mover energías, hacer maldiciones, desatar quietudes y hacer “amarrados”, se decía que tenían poderes especiales por su disciplina, una disciplina que estaba en una educación especial que ellas recibían, una educación que llegaba “del mar”, entraban en un conjunto de enseñanzas para el manejo de la luz llamadas Galdrar, ese Galdrar era como una universidad y se conocía que ellas “tenían la luz”, en aquella época una Volva era muy respetada, por iluminada, por poderosa y porque sus palabras se convertían en hechos, en Alemania les decían las Valas, esa luz de ellas se traducía en Magia y esa magia tenía el nombre de Seidr, precisamente en la revista noruega ThorNews nos hablan del Seidr:
Hechiceras de la época vikinga: las temidas y respetadas völvas
En la época vikinga, las völvas (mujeres chamanes) eran temidas y respetadas: ejercían el seiðr (magia nórdica), y supuestamente estaban en contacto directo con Odín, padre de los dioses. La palabra völva deriva del nórdico antiguo vǫlva, que significa “portadora de la vara”, una hechicera y vidente itinerante que recibía un buen pago por sus servicios. Varias tumbas de mujeres halladas en Escandinavia contienen lo que se cree que es la vara o varita de una völva. Estas tumbas son a menudo ricas y bien equipadas, lo que demuestra que estas mujeres estaban involucradas en la práctica de la magia.
Las völvas eran las intérpretes religiosas principales de la antigua sociedad nórdica. El ejemplo más famoso de la predicción de una völva lo encontramos en el poema édico Völuspá (nórdico antiguo: Vǫluspá, que significa “Profecía de la Völva”). El poema cuenta la historia de la creación del mundo hasta su final venidero en el Ragnarök (“El Crepúsculo de los Dioses”), relato contado por una bruja nórdica que habla dirigiéndose a Odín.
La völva era por lo general una mujer mayor que vivía apartada de la sociedad vikinga normal. A menudo eran llamadas en situaciones de crisis, y con frecuencia eran seguidas por un grupo de jóvenes. En el rico enterramiento del barco de Oseberg, se encontraron los restos de dos ancianas y un inmenso ajuar funerario. Además de cientos de otros objetos, las dos mujeres traían con ellas cuatro trineos de caballos, un carro ricamente decorado, siete camas y varios tapices tejidos. Había también huesos de animales de alrededor de quince caballos, un gato, una becada euroasiática, una serreta, un toro, una vaca y cuatro perros.
Una magia poderosa
El Seiðr (o seid) se encuentra en algún lugar intermedio entre la religión y la magia, y era practicado por las völvas de la antigua sociedad nórdica. Esta práctica estaba asociada al dios Odín y la diosa Freyja; diosa del amor, la belleza, la fertilidad y el sexo –pero también de la guerra y la muerte– y del seiðr. Las völvas dominaban el arte mágico del seiðr, y podían observar y anticipar el futuro para que la gente estuviese preparada para lo que les esperaba.
Conocer el destino, saber cuándo habría años malos y cuándo buenas cosechas, era una importante fuente de poder. Daba a la gente la oportunidad de hacer planes para el futuro, para que pudieran superar los tiempos difíciles, y también les aportaba esperanza.
Sabemos por documentos escritos, hallazgos arqueológicos y excavaciones, que el seiðr era parte importante de las creencias religiosas de los antiguos nórdicos. Quien dominaba esta magia en la época vikinga tenía acceso a otros mundos y poderes míticos.
Sabemos que las völvas utilizaban toda una variedad de rituales, como canciones y palabras especiales, y durante la práctica del seiðr a menudo caían en trance para poder encontrar las respuestas a las preguntas que se le habían planteado. En la Saga de Erik el Rojo encontramos una descripción de la völva Torb jörg Lítil völva, quien ejercía en Groenlandia:
“Así, cuando llegó por la noche, acompañada por el hombre que había sido enviado a encontrarse con ella, estaba vestida de la siguiente manera: se cubría con un manto azul, con cordones para el cuello e incrustado con gemas hasta llegar a la falda. En el cuello llevaba cuentas de vidrio. Cubría su cabeza con una capucha negra de piel de cordero, forrada de armiño.
Llevaba una vara en su mano, rematada por un pomo; ésta se encontraba adornada con bronce e incrustaciones de piedras preciosas en torno al pomo. Se ceñía con una faja de pelo suave, y en ella llevaba una gran bolsa de piel en la que guardaba los talismanes que iba a necesitar, según su sabiduría.
En los pies llevaba peludos zapatos de piel de becerro, con largas correas de fuerte aspecto para atarlos, y grandes herretes de bronce en sus extremos. En las manos llevaba guantes de piel de armiño, de color blanco y peludos por dentro”.
El lado oscuro
Una hechicera nórdica también podía utilizar sus poderes para hacer el mal, maldecir a otras personas e invocar dificultades y malos años. Las völvas tenían la capacidad de hacer enfermar a las personas, llevarlas a la locura o la muerte, y provocar accidentes. Fuentes escritas demuestran que los hombres también podían practicar el seiðr, aunque su papel era mucho menos respetado que el de sus colegas femeninas.
Eran las chamanas del conocimiento rúnico divino, las que conocían el secreto del árbol en el centro del cuerpo humano, las que sabían cómo procesar luz y esa luz se convertía en poder para ellas, porque podía iluminarles su parte oscura. Por esto ellas sabían de encantamientos, ellas sabían los secretos de la educación del Galdrar y sabían cómo salirse de la materia y entrar en el tiempo. Eran muy sabias y amorosas con todos, esto también lo aprendían, eran tolerantes, muy políticas, muy diplomáticas, muy mesuradas, amigas de todo el mundo y eran conciliadoras, hacían que las parejas se amistaran, que las amistades se restablecieran y que la gente se reconciliara, eran como maestras, hasta ahí todo muy bien, PERO, una volva brava, una volva enfurecida era de mucho respeto, nadie quería importunarlas porque según las crónicas de época, tenían el poder o el encantamiento de la maldición y esto tenía cuentos y evidencias, habían magos hombres los Seidr Madr, pero no eran tan respetados ni tan temidos, ni tan tenidos por efectivos, como las volvas.
Muy a menudo la historia ha confundido las Volvas con las Wiccas o Witch, con las famosas brujas inglesas, esto es inexacto porque una bruja era una vidente de conocimiento pastoril, conocía de cosechas y de tradiciones. Mientras que una volva era de un status mucho más elaborado, eran conocedoras profundas de las Runas, de las piedras, de los Dolmen, eran iluminadas, había una luz que estaba con ellas, tenían muchos poderes, no solo de la videncia, su trabajo era absorber el conocimiento para el que eran elegidas y a su vez, toda la vida, buscaban entre las niñas, dos posibles volvas, mientas tanto eran llamadas para hacer asesorías, consultorías, para juzgar, para reorganizar, para amistar poderosos, eso era una volva, una mujer superior de altísima espiritualidad que sabía cómo desdoblarse conscientemente, por esto, en esas épocas, no se podía engañar a una volva, de esto no habíamos hablado, pero les hablaré más de esto próximamente, hablaremos de los maestros Vitki, de las Runas, el tema es muy interesante.