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El Yoga

Publicado en15/11/2024 Por

Existen disciplinas que tienen propósitos evolutivos y humanistas, que no forman parte de las grandes religiones, ni de las sectas nuevas; tal es el caso del Yoga.

Yoga es un camino maravilloso en el que el practicante se sumerge dentro de su interior y formula las grandes preguntas de la existencia; las respuestas las encuentra en el propio silencio de su meditación.

¿Pero qué es Yoga?

Es un estilo de vida, es una filosofía de vida y es una actitud frente a la vida. Exactamente el término parece originarse en el Palí antiguo, predecesor del sanscrito, la palabra raíz es Yuj que significa unir, unificar.

El Yogui debe trascender las circunstancias del diario vivir, tiene que observar el mismo equilibrio más allá de los cambios, de la felicidad o de la tristeza, para esto deberá ser simple, humilde de corazón, sin sesgos, fuerte, desapegado, tranquilo y debe tener en mente y de manera constante el desarrollo espiritual y el despertar de la conciencia.

El Yoga es un conjunto de caminos y de guías, experimentadas durante miles de años por seres superiores que han dado muestras de haber conseguido estados sublimes de conocimiento superior y autorrealización.

No ha sido posible establecer la antigüedad del Yoga, y aunque algunos separan esta disciplina de la antigua Civilización Védica,  es precisamente en los libros sagrados de los Vedas y del Vedanta, en donde podemos encontrar grandes conocimientos de las distintas corrientes del Yoga, corrientes que han sido practicadas sin modificación por tibetanos, hinduistas y budistas durante la existencia de civilizaciones enteras.

El Yoga no es ritualístico ni su doctrina descansa en argumentos de sacrificios u oficios externos; el Yoga es esencialmente práctico, su plataforma es la búsqueda interior y el desarrollo de la conciencia. Con ese objetivo fijo se han dado los lineamientos de muchos sistemas que incluyen prácticas psicofísicas, de control mental y de corte puramente espiritual.

Con el pasar de los años han desaparecido las comunidades cerradas de Yoguis Sanyasines o renunciantes que solamente enseñaban a unos pocos discípulos privilegiados; actualmente el Yoga es más abierto, más conocido, menos exclusivo y sus guías son claramente menos esotéricas. En tiempos pasados los maestros comunicaban estos secretos en los ashran, a puerta cerrada y de labios a oídos a muy escogidos alumnos, hoy el conocimiento se ha propagado y puesto en manos de quien quiera asimilarlo.

Hace más de Mil Ochocientos años, un Yogui iluminado conocido como Patanjali, creó uno de los más bellos escritos yóguicos, se trata de los Sutras, en ellos se habla de los distintos aspectos del Yoga, pero lo más interesante es la clasificación de los pasos o fases del Sistema.

En primer lugar nos habla del Yama, frases sublimes de preceptos morales distintos a los filosóficos  comunes, en ellos se habla de la no violencia. En segundo lugar, encontramos los textos del Niyana o recomendaciones de purificación, el escrito es una guía para limpiezas internas y externas y explica la importancia de la verdad. La tercera parte menciona la secuencia de Asanas o posiciones ideales del cuerpo para la sanación, el equilibrio y la concentración. En cuarto lugar están los Pranayanas, todo sobre la respiración o el control de la entrada y salida del prana o aire por los pulmones. La quinta parte es el Pratiahara, el control mental, nos enseña a dominar la mente mediante la paciencia, observándola como a una niña inquieta que tarde o temprano se aplaca y se doblega. En sexto lugar explica el Dharana o concentración en un solo punto, mal llamada por los que no saben interpretar los textos sagrados como “mente en blanco”. La séptima parte es un tratado sobre la meditación a la que denomina Diana, es semejante a prolongar el Dharana durante un espacio de tiempo, con un objetivo místico y el último aspecto de los Sutras del Yoga es el Shanadi o estado de iluminación, es una disposición espiritual suprafísica en la que existe un encuentro con el ser interior, quien lo logra puede considerarse despierto o consiente. Esta percepción de alta sensibilidad coincide con las enseñanzas de Jesús, con los estados búdicos de Sidarta y con las narraciones de Santa Teresa, San Francisco  y San Juan de la cruz.

El Yoga es un sistema sublime y único, de origen misterioso y a ojos de muchos, algo exótico, por sus características orientales, sin embargo, de profunda aplicación humana.

En este sentido se ajusta a la personalidad o carácter de las personas y a su sensibilidad particular, esta es la simple razón de la existencia de las diferentes modalidades del yoga, concebidas para que cada mentalidad adopte y desarrolle la que pueda practicar con mayor afinidad y facilidad.

El Hatha-Yoga, por ejemplo es el Yoga del ejercicio, pero no debe entenderse como un deporte frío, es una disciplina sicofísica y energética, en la que se busca controlar la mente, por medio del entrenamiento del cuerpo, debido a que el cuerpo es considerado como un vehículo del espíritu y una herramienta de meditación. El Hatha-Yoga ha sido malinterpretado y descendido al nivel de gimnasia circense.

El Raja-Yoga es el yoga del control psíquico, conocido popularmente como meditación trascendental, en esta modalidad se busca en primer lugar controlar la ira, la soberbia, la sensualidad y el deseo de acumular, ese control de la emoción inferior conduce al despertar de la energía interna, en este sistema es importante el desapego y la concentración.

El Bhakti-Yoga es la misma devoción o el amor a Dios como camino y meta, en esta modalidad intervienen los nombres sagrados, las imágenes, las ofrendas, los altares, las lecturas devocionales de los libros sagrados; para  lograr un  progreso significativo es necesario tener pureza de corazón y humildad.

El Mantra-Yoga es un sistema en vía de extinción, debido a que estaba restringido a la enseñanza de ciertos Mantras particulares o especiales a cada discípulo, el maestro seleccionaba el Mantra y lo recomendaba al practicante, su pronunciación potenciaría las fuerzas internas a favor de la evolución espiritual. Esa pronunciación no es fácil, debe existir un entrenamiento intensivo que comprende la repetición mental, la vocalización física y la resonancia cerebro-mental.

El Karma-Yoga es el mismo servicio desinteresado o sacrificio por la humanidad, al Karma-Yoga pertenece todo aquel que supera todas las barreras de relación y comunicación con sus semejantes, el perfecto practicante de esta disciplina obra como un santo que ayuda sin esperar nada a cambio.

Existe también el Gnana o Ñani-Yoga, basado en el estudio de los idiomas y libros sagrados, el Gran Yoga de la inteligencia, en India se reconoce como aquella disciplina que busca comprender la existencia y presencia divina por medios teóricos.

Y tal vez, el Yoga más extenso y complejo es el Kundalini-Yoga que se confunde con el Tantra-Yoga o Yoga de las Polaridades. Su contexto es puramente energético, abarca el estudio de las concentraciones de luz en el cuerpo, lo mismo que los conductos que conducen la energía vital y que tienen profunda relación con el sistema nervioso y el sistema circulatorio. A esta disciplina pertenece el conocimiento de los Chakras y de la Energía ascendente; práctica y teoría que actualmente se ha vulgarizado por causa de no pocos charlatanes que la aprovechan con fines económicos. Los Chakras no son tema sencillo ni elemental, son toda una ciencia que requiere dedicación y entendimiento de textos y prácticas antiguas, recordemos que el yogui debe registrar en la práctica lo que estudia en la teoría.

Los grandes iluminados o Rishis aseguran que todos los seres humanos debemos recorrer todas las sendas del Yoga para alcanzar la conciencia. Esa sentencia trascendental encaja perfectamente en la existencia de una clave psico-biológica de perfección que todos debemos transitar en el eterno retorno. 

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