Maravillas extraterrestres
Existe una historia de la que muy pocos hablan, porque implica generar todo tipo de problemas que comprometen soberanías y generan líos internacionales. Se trata de las grandes mallas de construcciones subterráneas que existen a lo largo de la Tierra, son tan antiguas, que datarlas es simplemente imposible, pero también son tan maravillosas y sorprendentes, que unen países y culturas.
Existe una historia de la que muy pocos hablan, porque implica generar todo tipo de problemas que comprometen soberanías y generan líos internacionales. Se trata de las grandes mallas de construcciones subterráneas que existen a lo largo de la Tierra, son tan antiguas, que datarlas es simplemente imposible, pero también son tan maravillosas y sorprendentes, que unen países y culturas.
Un ejemplo de estas maravillosas construcciones es la red de túneles construidos por civilizaciones extraterrestres que comienzan en Ecuador, conocidas como las Cuevas de los Tayos, y que atraviesan subterráneamente al país hasta llegar a la Sierra Nevada de Santa Marta, y otras hasta Mérida en Venezuela. Si se les pregunta a los indígenas, tranquilamente responden que, efectivamente, son túneles que llevan al Atlántico en Colombia y a regiones de Venezuela.
Sobre estas cuevas hay muchas teorías, por ejemplo, se dice que las descubrió el padre Carlo Crespi, un cura italiano inteligentísimo, pero realmente no fue así. El cura supo de la existencia de las cuevas gracias a unas láminas que los indígenas le regalaron, las cuales tenían inscripciones persas y babilonias. Las láminas de oro le fueron misteriosamente robadas, pero para nuestra fortuna, existen fotografías de las inscripciones, que el padre mandó a tomar en su momento.
Como estas láminas existen otros casos extraordinarios de objetos que nos hablan de culturas extraterrestres, como es el caso de los Discos de Dropa, encontrados cerca del Tíbet hace unas décadas. Estos discos también fueron descubiertos en cuevas o túneles sin fin aparente y, junto a ellos, se encontraron también esqueletos humanoides muy pequeños, de estructura delgada, cabeza grande y cuencas oculares particulares. Siempre se consideró que eran esqueletos de alguna especie de simio, pero, al revisar los discos, se entiende con claridad que estos no son de este mundo y que los túneles fueron construidos por inteligencias extraterrestres.
En su momento, los discos pasaron por muchas manos, que realizaron gran cantidad de estudios y análisis, pero la mayoría de información y especímenes desaparecieron misteriosamente con el pasar de los años. Gracias a importantes notas de expertos, como el doctor Tsum Um Nui, aún tenemos datos sobre lo descubierto, además, hay fotografías de todo y, actualmente, se están haciendo varios análisis sobre algunos restos que fueron confiscados hace apenas unos años.
Los Discos de Dropa no deben ser confundidos con otros discos antiguos, como los de Desto o los Bi. Los Discos de Dropa, también conocidos como los Platos de Shanballah, son mucho más antiguos y complejos; en ellos podemos ver mapas claros de los túneles y galerías, unos inclusive indican la trayectoria que se debe seguir para llegar a Siberia, al desierto de Gobi o hasta lo que hoy en día es Francia. En los mapas se encuentran también lagos subterráneos y puntos en los que supuestamente se encuentran bodegas con elementos para el futuro.
Los Dropa hablan de tres conceptos primordiales: La memoria, la conciencia del Ser y la conciencia de la Red del universo como los elementos principales para descifrar la “Gran Clave”
Todo nuestro planeta está conectado a través de túneles de millones de años de antigüedad y, como las Cuevas de los Tayos, existen un sinnúmero de construcciones milenarias que aún debemos descubrir. En los años venideros, el hombre encontrará objetos maravillosos que ayudarán en el progreso de la ciencia y descubrirá muchas de estas construcciones extraterrestres, tan antiguas y tan esplendorosas, que nuestros libros de historia serán meros objetos curiosos.