Objetos enigmáticos
En nuestra historia, nos hemos encontrado varias veces con objetos maravillosos y sorprendentes que, simplemente, no encajan en el sistema establecido de fechas e inventos. Aquellos que, por la inusual incertidumbre que nos producen, se convierten en curiosidades de museos y en la piedra en el zapato de la ciencia. Y es que, si nos imaginamos algo altamente sofisticado, que data de muchos años antes de la Edad de Piedra, nos ponemos a pensar cómo es posible.
En nuestra historia, nos hemos encontrado varias veces con objetos maravillosos y sorprendentes que, simplemente, no encajan en el sistema establecido de fechas e inventos. Aquellos que, por la inusual incertidumbre que nos producen, se convierten en curiosidades de museos y en la piedra en el zapato de la ciencia. Y es que, si nos imaginamos algo altamente sofisticado, que data de muchos años antes de la Edad de Piedra, nos ponemos a pensar cómo es posible.
En Nueva Delhi y Bangalore encontramos unos de estos maravillosos objetos. Se trata de columnas de acero purísimo, que han sido talladas en diversas ocasiones, se destacan por su datación, que podría considerarse absurda y, sobre todo, sorprenden porque no presentan ni el mínimo rastro de óxido. Misteriosamente, están hechas de hierro, pero tienen un elemento antioxidante en su aleación que aún no ha podido definir la ciencia.
Estas reliquias resultan aún más impactantes si consideramos que apenas hace unos 200 años que nuestra humanidad logró la extracción y purificación del aluminio y escasamente unas décadas desde que logró la purificación del durísimo platino, gracias a hornos de alto punto de fusión. Lo curioso de todo esto es que en Tiahuanaco se encontraron también objetos de platino, cobre y aluminio puros, descubrimiento que en su momento fue un escándalo, pero que se ha ido olvidando con los años.
En China hubo un caso parecido que aún hoy genera asombro: en los años cincuenta, durante la construcción de una escuela, un grupo de obreros encontró la tumba de un guerrero del año 300 d.C., quien tenía como adorno un cinturón de aluminio puro, con un diseño casi moderno. La ciencia de ese entonces se escandalizó y aseveró que tal vez había sido dejado en tiempos más modernos, pero lo maravilloso es que la tumba estaba intacta, nunca había sido saqueada. Además, las pruebas de carbono constataron que tanto la tumba y todos sus objetos, incluyendo el cinturón, databan de más de 1.600 años atrás.
Entonces nos preguntamos: ¿cómo puede existir un cinturón de aluminio puro, cuando la purificación del aluminio es tan moderna?, ¿cómo contradecir el estudio de fechas que realizó la universidad de Nanjing? Aluminio puro solamente se pudo extraer en la exposición universal de París en 1885, toda una novedad para esa época. ¿Cómo entender que existe un objeto que no corresponde con esta realidad?
Estos son apenas algunos de los enigmas que abundan en nuestra historia.