Rituales de Navidad y Año Nuevo
Hagamos rápidamente un recuento de lo que se debe hacer en el mes de diciembre para aprovechar al máximo la energía mental exaltada del fin de año, para encauzar la fuerza de renovación que todos tenemos en estas fechas.
Diciembre inicia su expansión energética el siete, la Noche de las Velitas, ese día es de iluminación y de oración.
El 21 de diciembre es el siguiente día de gran energía del mes. Es el solsticio de invierno, día de la meditación de la mente, que es una de las más importantes del año. Si revisamos debidamente el objetivo o la misión de esta fecha, nos daremos cuenta de que aquí está la clave del éxito y la prosperidad, que solo llegan cuando seamos ordenados, cuidadosos, valientes, optimistas, arrojados, trabajadores, y cuando apreciemos el esfuerzo de los demás.
El 24 y el 25 de diciembre son días bellísimos, cuando hacemos nuevamente una carta: más esotérica, y está pensada para pedir los regalos al Niño Dios. Podemos leer más sobre esta carta en nuestro libro La Navidad.
Finalmente, para el 31 de diciembre hacemos la Práctica del Pino y la Esencia de Año Nuevo.
Durante todo el mes de diciembre, del 1 al 30 debemos hacer la Rutina de Limpieza, sumamente importante, y un Baño de Plantas una vez al año no es suficiente. Por esto, existen prácticas periódicas en todo el año, para generar continuidad y mantenernos a nosotros y a nuestro hogar limpios de energías negativas, larvas y otras fuerzas negras.
Recordemos que estamos en constante intercambio energético, que lleva a que nuestra aura recoja de nuevo manchas, larvas; haciéndose pesada, opaca, negativa, y convirtiéndose en antena de problemas y depresión.
La solución es hacer baños periódicos y sahumerios durante todo el año, por lo menos cada tres meses. En diciembre se hace la limpieza en los 30 primeros días y la iluminación el día 31.