Mes de la Mujer
En este mes, en el que celebramos el Día Internacional de la Mujer, vemos que al rededor del mundo se celebra su igualdad con el hombre, un día especial en el que se recuerda que ellas tienen los mismos derechos.
Aunque hemos avanzado cantidades, si ponemos en perspectiva que el primer Día Internacional de la Mujer se dio en plena revolución industrial, hoy entendemos que aún hay demasiado camino por recorrer. Es realmente absurdo tener solo una fecha en la que celebramos que somos iguales, cuando no hay nada más evidente que tanto hombres como mujeres somos humanos, con los mismos derechos.
Somos el Ser interno manifestándose en carros maravillosos de luz; somos negros, blancos, amarillos, rojos, piel canela; somos hombres, mujeres; todos iguales a los ojos de Dios.
Aún sabiendo esta verdad, aprovechemos estas fechas para hablar de un hermoso mensaje de amor, hablemos de mujer.
La energía femenina es iluminada, gigante, secreta, naciente; en una cueva, en un pesebre, en el útero de la bóveda celeste, en la matriz de la profundidad de la meditación, por eso, la «Madre Mar» de los kogis, la vida, es la Inmaculada Concepción que se crea eternamente.
En China se habla de la Sagrada Madre Naturaleza, Shing Mú; en India, de la Madre Divina; en Egipto, de la Sagrada Imagen de Isis y, para nosotros, la Divina Madre María, que pisa la Luna creciente de los primeros chakras y aplasta la serpiente de la energía inferior, con sus hábitos puros azul y blanco y, al igual que Shing Mú, tiene un niño alzado, porque es la madre del Cristo.
La Madre Divina es red, malla, tejido, tantra, energía que sube, inspiración, presencia, fuerza que se establece, hogar, casa, familia, esfera celeste, espiral, giro, redondez.
La mujer es orden, administración, método, constancia, cuidado, creación… La mujer y la madre son figuras sagradas y son un altar en el corazón del hombre evolucionado… En el cerebro de la mujer solo existe armonía y equilibrio… La mujer es la madre del Ahimsha o de la no violencia… La mujer es el pilar de la tolerancia y del respeto por el otro.
En este Mes de la Mujer, reflexionemos con amor para comprender realmente la igualdad, sin sesgos ni juicios. Todos somos seres humanos con el poder de la magia y del Ser en el centro corazón.
Que nada nos separe y que nada nos robe el poder de avanzar en el camino ascendente de la luz.