Partida súbita de un ser querido
Todos hemos oído de casos en los que una persona, sin razón aparente o sin previos problemas físicos, muere súbitamente.
La razón de esto es realmente simple, a esta persona “le tocaba”.
Todo ser humano tiene una tarea o misión que cumplir en cada encarnación, y cuando este tipo de situaciones se da, es porque muy probablemente esta persona ya había finalizado su misión y, por lo tanto, llegó el momento en que debía perder su cuerpo.
Pero, recordemos, que perder el cuerpo es solo cambiar de vestido, el alma de esta persona vivirá el bardo, para luego reencarnar y seguir su proceso evolutivo con una nueva vida y misión. La persona que se va no sufre.
Los que nos quedamos de este lado, sufrimos, pues solemos apegarnos con fuerza a las personas que nos rodean, y una muerte súbita de algún ser querido, nos toma por sorpresa. Pero, para las leyes divinas, es un proceso simple, a esa persona le tocaba desencarnar.