La Biblia, testamentos y origen judío
Lo que conocemos como las sagradas escrituras de la Biblia, son un libro cristiano.
Decimos lo anterior, ya que para los judíos no existe un Nuevo Testamento, para ellos, el Antiguo Testamento es el Tanaj y la Torá. Son los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, lo que para nosotros es el Pentateuco. También los judíos tienen la Mishná, el Talmud, el Shulján, el Mishné y el Zohar, que no forman parte de la Biblia que nosotros conocemos.
La Biblia, entonces, es cristiana, pero, en definitiva, tiene gran influencia judía. Y es que, sin ir más lejos, Jesús era judío, y el Antiguo Testamento es judío. Son dos religiones que comparten el mismo origen, su diferencia es Jesús y es el Nuevo Testamento, que está inspirado en el ministerio de Jesús.
Ahora bien, entre nuestra Biblia cristiana también hay un sinnúmero de variaciones y se debe a que desde hace más de dos mil años se han venido creando diferentes corrientes de la religión cristiana, que terminan modificando o variando los textos originales de la Biblia.
Se dice, por ejemplo, que si la nombran como «Sagrada Biblia», entonces, es la versión católica, pero si la nombran como «Santa Biblia», entonces, es cristiana o evangélica y, por tanto, es distinta. Se dice también que si es la «Versión del Nuevo Mundo» o que si es la «Reina Valera», entonces, sí obedece al Concilio de Trento, en donde incluyeron siete libros al Antiguo Testamento. Siete libros que nadie lee, que san Pablo dijo que los judíos tenían la palabra de Dios, pero que también dijo que Jesús los había reprendido.
De cualquier forma, lo que sí podemos notar hoy es que los libros del Antiguo Testamento están relativamente intactos, no han sufrido tantas modificaciones, como los libros del Nuevo Testamento, que han sido interpretados, agregados, recortados, suprimidos, escogidos y otros miles de acciones que han sufrido a manos humanas.
Esto ha hecho que el mensaje de Jesús, con el pasar de los años, lastimosamente, se haya desfigurado.