¿El maestro espiritual nace o se hace?
La verdad es que un maestro espiritual nace y se hace. Un maestro será guía para la humanidad, y tiene por ley ser ejemplar y diferente al común de las personas.
Un maestro espiritual es un ser especial, sus palabras serán siempre conciliadoras y veraces. Será, además, un restaurador de paz y amigo de la no violencia, por encima de su confort o gusto particular.
Un maestro está regido por las leyes a las que estamos sujetos todos los seres: karma, causa y efecto. Por karma, un maestro espiritual nace especial, su forma de pensar y de expresarse es distinta desde el comienzo, y la luz de la conciencia se ve en sus ojos desde niño.
La sabiduría básica de un maestro es universal y no es exclusiva de una religión o creencia. Un verdadero maestro no estará afiliado a un credo por obligación, sino que sentirá en su corazón que allí es donde tiene su misión y que, de alguna forma, está determinado que debe ayudar a ese grupo y, para hacerlo, es necesario pertenecer a él.
Un maestro nace con una estructura mental especial que luego perfeccionará con la práctica y el ejercicio mental y espiritual de su rango. Un maestro debe recorrer todos los campos del saber y las disciplinas espirituales.
Un maestro ve a Dios en todas partes, en la ciencia, en el arte, en la filosofía, en las religiones orientales y occidentales. Un maestro deberá meditar mucho, porque su conocimiento proviene directamente del corazón. Está más cerca de su verdadero ser, se comunica en la profundidad de su conocimiento con la Divina Madre del Universo y recibe el conocimiento de la naturaleza de labios a oídos.
Un maestro nace con el destino de comunicar la sabiduría del alma, y se hace en la meditación y en su autoconocimiento interior.