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Las discusiones en el matrimonio

Posted on07/28/2017 by

Como en casi todas las situaciones del ser humano, en el matrimonio también existen momentos de desacuerdos y discusiones, en los que la línea entre la agresividad y el sometimiento es muy fina.

Como en casi todas las situaciones del ser humano, en el matrimonio también existen momentos de desacuerdos y discusiones, en los que la línea entre la agresividad y el sometimiento es muy fina.

En todos los hogares se discute y se atraviesan crisis, pero la clave es mantener un equilibrio para sobrellevar esos momentos difíciles. En la convivencia pueden existir muchos desacuerdos y diferencias de opinión, y comunicarlos puede plantear polémicas, por lo que es importante ser sensatos, aun en discusiones sencillas.

Unas de las condiciones más importantes para que un matrimonio perdure es saber discutir, saber ceder, saber hacer un alto cuando es necesario; mantenerse firmes en el momento adecuado, hacerlo siempre de forma amable, ser receptivo y versátil, y aceptar cuando se está equivocado con una actitud de conciencia.

En todo matrimonio existe un concepto clave, que, si se entendiera en profundidad, no existirían ni los divorcios ni las separaciones: ¡la prioridad! La mayoría de discordias se presentan por esta razón, ya que las prioridades, o su orden, varían entre los cónyuges, a veces de manera inconsciente.

Las prioridades están determinadas por la cultura, la educación, la sensibilidad, el género y la evolución espiritual. De estas circunstancias nacen tendencias como el machismo, el autosacrificio injustificado, la anulación de las mujeres y el desaforo de los hombres. Los cónyuges deben tener una educación similar en su sensibilidad y límites; de ser muy diferente, puede llegar una separación inminente. La sensibilidad está en la mente y simplemente se refiere al poder de discernimiento: qué es correcto, qué es soportable, qué es estético, qué es degradable, qué es exagerado, qué es precario.

El género también marca prioridades muy variadas entre la pareja y, aunque tenemos miles de patrones que pueden mostrar estas diferencias, podemos afirmar, por ejemplo, que para las mujeres suele ser una prioridad el orden y la limpieza, mientras que para el hombre podría ser más importante la seguridad y la estabilidad.

Es trascendental que, al momento de discutir, seamos conscientes de la diferencia de prioridades con nuestra pareja y que seamos capaces de calmarnos, entender y buscar un punto medio. Por esto, es importante no herir, no dejar recuerdo de una frase desagradable, no volver al pasado, pero, sobre todo, perdonar y discutir con ternura.

 


Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©

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