Raza de Gigantes
¿Existieron los gigantes de los que nos hablan los hebreos, los vedas y los vikingos?
¿Existieron los gigantes de los que nos hablan los hebreos, los vedas y los vikingos?
Durante la historia de nuestra humanidad, se han descubierto diversos hallazgos tan maravillosos como misteriosos, elementos que evidencian la existencia de otras humanidades y otras razas de proporciones magnánimas.
Si observamos los descubrimientos arqueológicos de Italia, encontramos asombrosos hallazgos, como la ciudad enterrada de Capena, muy cerca de Roma, la ciudad sumergida de Lilibea, cerca de Sicilia, y la ciudad escondida del estrecho de la isla de Linosa. Todas se destacan por su extraordinaria y peculiar arquitectura: encontramos escaleras gigantes, esculturas enormes, piedras monumentales, de tal precisión, que aun con la tecnología más moderna no se pueden imitar. Las tallas en piedra son perfectas y representan figuras humanas y de animales, pero, si observamos de cerca y si analizamos la erosión del material, vemos que su antigüedad y datación son imposibles; contar en años no bastaría. Es entonces que nos remontamos a la época bíblica en la que se hablaba de los nefilim, los gigantes del espacio que poblaron las islas desde el Polo.
¿Cómo se crearon todas estas tallas? ¿Cómo se transportaron las gigantescas piedras desde lugares tan lejanos? ¿Sería la misma tecnología que se utilizó para construir las pirámides?
Si nos alejamos de Italia y nos vamos a territorio norteamericano, encontramos en Texas el descubrimiento arqueológico de varias huellas de manos y pies humanos de una proporción sobrehumana. El análisis realizado plantea que debían formar parte de un cuerpo de por lo menos cuatro metros de alto. Otro factor increíble de este hallazgo es que fueron encontradas con huellas de dinosaurios. La ciencia no ha podido explicar este hecho y lo ha catalogado como un descubrimiento anacrónico, salido de tiempo.
Dentro de esta misma categoría encontramos el descubrimiento del cráneo de un neandertal de cuarenta mil años que presenta un hueco proveniente de un proyectil. Pero ¿hace cuarenta mil años existía esta tecnología? La perforación ha sido estudiada por expertos en armas, balística y forenses de todo el mundo, y todos concluyen que se trata, sin duda, de una herida de bala. Extraño, ¿verdad?
Otro descubrimiento maravilloso, y que se sale de nuestro entendimiento, son las ruinas escalonadas encontradas en el mar de Okinawa, en Japón. Su arquitectura se asemeja a la de Baalbek, con escaleras gigantes y tallas majestuosas. El gobierno japonés lo ha llamado oficialmente “El monumento Yonaguni”, pero muchos locales lo conocen como la “Ciudad de Gigantes”. Su datación es imposible, al igual que los descubrimientos anteriores, pero sí se puede afirmar que su construcción debió darse cuando el lugar no estaba cubierto por agua de mar, eso quiere decir que debió darse en la época glacial. Lo fascinante de este descubrimiento, además de sus escaleras gigantes, son sus tallas admirables, en las que se evidencian dibujos de naves despegando con una ubicación geográfica exacta.
Todos los ejemplos anteriores son claras evidencias de la existencia de otras humanidades en el pasado.