Sucesos extraordinarios en la Biblia

En la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, ocurren una serie de hechos que nos señalan con evidencia la intervención de fuerzas sobrenaturales o de seres superiores. Cuando Jesús dice: «Mi reino no es de este mundo», lo decía literalmente: Jesús vino de mundos más avanzados.

La Biblia está llena de estos sucesos, que parecieran no tener explicación, pero que, si nos deshacemos de convenciones mentales y de ideas tradicionales, podemos ver la lógica sencilla detrás de cada uno: intervención de seres de fuera de este mundo.

Las narraciones de la Biblia son muy claras, de hecho, no dejan espacio a la duda o a la imaginación; se habla sin tapujos de sucesos tal como ocurrieron. Este es el caso del profeta Ezequiel, que dice: «Cuando miré, había un viento tormentoso del norte aproximándose, y una gran nube rodeada de brillo con un fuego continuo encendido, y en medio del fuego se hallaba el bronce más resplandeciente, y vi una rueda sobre la Tierra. En cuanto al aspecto de la rueda y de su fabricación, brilla con el resplandor de una luz de cristal». Y menciona cómo esas ruedas podían viajar a donde fuera, dirigirse «a donde sea, en cualquier dirección».

También habla de los seres o de las naves, no se sabe exactamente de cuál, y dice: «En cuanto al aspecto de sus caras, cada una tenía de frente un rostro de un hombre, las cuatro tenían el rostro de un león al lado derecho y las cuatro un rostro de un buey al lado izquierdo y las cuatro tenían la cara de un águila por detrás». Este pasaje narra hechos extraordinarios que hablan de carros de fuego, de presencia de ángeles, de haces de luz que bajan del Cielo y de nubes que se mueven y guían.

Inclusive, vemos cómo muchas pinturas del siglo XV y XVI muestran imágenes claras de ovnis, que están representando las narraciones bíblicas que son tan claras y contundentes, que no podrían mostrar otra cosa.

El Génesis es un libro que solo mencionan para hablar del Paraíso y de Adán y Eva, pero han querido “tapar” o “no mencionar” todo lo que se habla de seres extraordinarios venidos del espacio, los Nephilim, los gigantes. ¿Cuáles eran los hijos de Dios y cuáles eran las hijas de los hombres?, ¿podríamos pensar que la especie humana fue mejorada por una raza que venía de afuera?, ¿por qué los ángeles del Cielo anuncian a Abraham que su esposa Sara, ya muy entrada en años, concebiría un hijo especial, y así ocurre con varios seres? ¿Qué contienen estos sistemas de anunciación por parte de seres sobrenaturales o ángeles?

Varios de ellos fueron anunciados: la Virgen, los patriarcas de la Biblia, fueron anunciados por seres resplandecientes. ¿Anunciaban la llegada de seres de otro mundo, o la mezcla de la especie humana con los venidos de las estrellas?, ¿o anunciaban estas dos posibilidades?

Uno de los hechos más llamativos de la Biblia es la transfiguración de Jesús, narrado en tres de los cuatro evangelios autorizados. En ellos se habla de cómo Jesús cambia su aspecto a uno sobrenatural y de cómo se muestra acompañado de dos seres que vivieron en otros tiempos. El hecho ocurrió en presencia de discípulos cuando se encontraban meditando en un monte. La narración dice: «Resplandeció su rostro como el Sol y sus vestidos se hicieron blancos como la luz», y cuando esto ocurrió, aparecieron cerca de él, Moisés y Elías, dos grandes profetas del judaísmo. Entonces, al ver los discípulos a estos tres seres sobrenaturales, incluido Jesús, le dijeron: «¿Hacemos tres enramadas, una para ti, una para Moisés y otra para Elías?», y en ese momento una nube brillante de luz los cubrió y salió una voz desde esa nube. Esto causó conmoción y temor en los discípulos. Lo anterior ocurrió frente a Pedro, a Juan y a su hermano Santiago, seres muy avanzados que estaban acostumbrados a hechos trascendentales y a los milagros de Jesús.

Si analizamos a las dos figuras que aparecieron al lado de Jesús, vemos que uno de ellos es Moisés, un ser sobrenatural que viajó con su pueblo durante cuarenta años por el desierto, mientras una nube grande y luminosa lo guiaba y lo protegía. Moisés fue quien subió al monte Sinaí y entró en la nube luminosa para, después de varios días, bajar con las Tablas de la Ley.

Elías, el segundo que aparece al lado de Jesús en su transmutación, fue otro ser muy especial: tenía el poder de separar las aguas y de viajar en el espacio. Además, Elías no murió, sino que simplemente desapareció. En el Libro de los Reyes del Antiguo Testamento se habla de cuando el patriarca Eliseo sucede al profeta Elías, y dice: «Elías dobla su manto y aparta las aguas», y cuando pasaron al otro lado, aparecen los carros de fuego de Elías y posteriormente aparece un carro de fuego con caballos de fuego y de luz separados del carro, y Elías subió al carro en un resplandor y en un torbellino, y nunca más se le volvió a ver.»

Elías era un ser poderoso que conocía los misterios de manejar los elementos; un ser muy especial del que no se ha podido saber cuándo vivió en la Tierra, al igual que Moisés.

Todo lo anterior nos habla de hechos sobrenaturales y maravillosos, de seres superiores que nos han acompañado y guiado durante nuestra historia.

Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©