¿Es bueno bañarse con sal?

En la química son conocidos como sales una cantidad de elementos, entre ellos, los sulfatos, todos los cloruros, los carbonatos, etc., pero, en este caso, nos referimos específicamente a la sal de cocina, o cloruro de sodio, con la cual se practican normalmente estos baños.

Existen dos tipos de sal de mesa: la marina, como la que proviene de Manaure en la Guajira, y la sal gema que proviene de minas, como la de Zipaquirá. Estos dos tipos de sal pueden pasar por distintos procesos que les confieren algunas características particulares. Está la sal refinada y yodada, que consumimos todos los días; la sal vigua; la sal de piedra o de pedrés, que aún está en su estado más natural, como en las minas; y la sal marina, gruesa y sin refinar.

Todas estas sales, en su estado sólido o disueltas en agua, tienen una vibración energética muy fuerte, una vibración Yang activa, incompatible para la emanación continua de la refulgencia energética humana.

Es una irresponsabilidad inventar procedimientos energéticos sin conocimientos profundos de las leyes herméticas.

Al hacerse un baño de sal, el cuerpo se impregna de la solución y, en cuanto el agua se evapora, los microcristales actúan como un filtro negativo que desordena la emanación áurica. Es como si vistiéramos de sedas y terciopelo y pasáramos a cubrirnos con la tela más burda. La sal en ese estado ya nada tiene de la energía y su luz es como la de cualquier mineral o metal común.

Ahora bien, muchos se preguntan si bañarse en el mar es bueno. Esta es una cuestión distinta. El agua de los mares no solo tiene sal, también otros compuestos, otras sales, los famosos oligoelementos, contiene plancton, microalgas, etc.

El agua de mar es viva, llena de energía, bañarse en estas aguas es positivo y beneficioso. Pero, no es lo mismo sumergirse en el agua de mar que tomar un baño en casa de agua limpia con sal de mesa: así sea sal marina, no es positivo ni benéfico de ninguna manera.

Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©