¿Cómo alcalinizar el organismo?
“Somos lo que comemos”
Como dijo Ludwig Feuerbach, antropólogo alemán del siglo XIX, “Somos lo que comemos”. Por tanto, si nuestra alimentación se fundamenta en comidas ácidas, como los azúcares, tortas, panes, bebidas estimulantes, carnes rojas, lácteos, azúcar, frituras, sodas, etc.; invariablemente, tendremos una fuerte tendencia a la acidificación y como consecuencia, una mayor riesgo de enfermarnos. Por esto, es importante conocer cuáles son los alimentos alcalinos que no deben faltar en nuestra dieta y cuales son aquellos alimentos que debemos comer con moderación o definitivamente, dejar de consumir.
Debido que somos organismos múltiples con muchos factores en equilibrio, más allá de una alimentación ácida, existen otros elementos acidificantes. Por ejemplo, la falta de actividades y ejercicios al aire libre, los pensamientos negativos, el estrés, la deshidratación, los químicos y las drogas, las preocupaciones, la depresión; sentimientos como la ira, rabia, miedo, y el desamor, son sólo algunos ejemplos de acidificantes mayores. Sin embargo, pensando en positivo, también tenemos factores alcalinizantes, como la espiritualidad, dormir bien, meditar, respirar profundamente, disfrutar de una agradable conversación con un ser querido, una buena película y sentimientos como el amor, cariño, respeto, paciencia, el perdón, la tolerancia, etc., son todos, igualmente, alcalinizantes mayores.
Como vimos antes, el cuerpo tratará, correctamente y sanamente, de compensar el pH alterado neutralizando ácidos con minerales alcalinos, razón por la cual debemos asegurar el consumo de minerales y nutrientes generadores de alcalinidad, incluidos principalmente en los vegetales (Ej. Algas) y frutas. En este punto, no debemos eliminar por completo los alimentos ácidos, sólo debemos administrarlos sabiamente. La proporción de alimentos alcalinos versus los alimentos ácidos debe ser de 80/20, de aquí el nombre de la famosa “Dieta del 80/20”. Esto es un 80% de productos alcalinos y un 20% de alimentos ácidos hasta que se revierta el ciclo de acidez generado por nuestra alimentación y estilo de vida.