Tipos de lectores

El primero es aquel lector que ha desarrollado su capacidad de lectura y que encuentra placer en ella. El segundo es aquel que ha desarrollado la capacidad de lectura, pero que no goza de la actividad.

Entre estas dos categorías, encontramos también lectores que leen a gran velocidad, como también otros que leen lentamente. Inclusive, lectores voraces podrían mejorar la rapidez de su lectura considerablemente, para así utilizar el tiempo ahorrado en otras labores o leyendo otros libros.

Por medio de la prueba de lectura, se ha puesto en evidencia que hay estudiantes que aspiran a carreras de grado superior y no llegan al nivel de lectura propio de los primeros años de bachillerato. Se ha observado, además en contra de lo que suele decirse, que las personas comprenden tanto peor cuanto más despacio leen.

Esto es especialmente cierto en aquellos que no encuentran placer en la lectura, que no desarrollan a profundidad esta habilidad y, sobre todo, que muestran poco interés en lo que sea que estén leyendo.

Muchos consideran que ser un buen lector se inculca en los niños desde que son muy jóvenes, y que, si ya de adultos no son buenos lectores, ya no hay nada que hacer para cambiarlo. Lo cierto es que, aunque esto ayuda sustancialmente, ya que los niños en estas edades son especialmente propensos a aprender y a asimilar con recuerdos positivos, un adulto puede aumentar su rapidez de lectura y su comprensión considerablemente, siguiendo buenos hábitos, consejos y teniendo constancia, pero, lo más importante, es querer mejorar y hacerlo con paciencia.

Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©