Año nuevo y Era de Acuario
Los chinos celebran el año nuevo en la segunda luna nueva después de la entrada de invierno, es decir, teniendo en cuenta el solsticio de invierno.
Este año, esa fecha, muy especial para China y otros países asiáticos, se celebra el 1 de febrero y corresponde al año 4719.
En la tradición china existen desde hace miles de años las rutinas de limpieza de la casa, lavar hacia afuera, lavar todo. Ellos tienen el Festival de la Luz, que se está celebrando en este momento. Muchos de los agüeros que hay en Occidente vienen de la tradición de china, como regalar plata en bolsas rojas de buena suerte (principalmente a niños), se hacen ofrendas de dulces y se preparan linternas y adornos con papeles de arroz. Las flores abiertas también son símbolo de buen augurio, probablemente, originario de los aromas y las plantas olorosas de buen augurio.
Previamente a esta noche, se saludan «Kung Shi», que significa: «Humildemente te deseo alegría y felicidad».
Todo esto es razón de celebración y alegría, pero debemos además sumarle otro maravilloso elemento. Como muchos de ustedes saben, esta fecha del nuevo año lunar chino coincide espectacularmente con la fecha del 4 de febrero, que marca la entrada de los ciclos de Acuario, que se basa en las más importantes estrellas de la constelación, particularmente Oltai, estrella de la que se habla en las antiguas tradiciones, pero que hoy nadie lo hace.
Tristemente, hoy la astrología ha pasado a un nivel trivial, de tradiciones cotidianas y no se entiende a profundidad que para los horóscopos y cartas astrales sí existe una influencia planetaria, pero que la base en que se apoya debe ser más completa y absolutamente real.
Entrar en Acuario no es una historia improvisada, producto de la imaginación de alguien. Acuario es real, es la era de los milagros tecnológicos, del verdadero desarrollo del Ser y del saber, y ya ha comenzado.
Muy pronto se descubrirán enigmas y leyes desconocidas del espacio-tiempo, la teletransportación de objetos, se descubrirá el mecanismo de la telepatía, avanzaremos en la implantación de sofisticadas maquinarias al cuerpo; esta sí será la era de la biónica.
Se descubrirán fuerzas desconocidas en el hombre, se llevarán a cabo muchos experimentos multidimensionales, el ser humano comprenderá lo peligroso que puede ser el manejo de la fusión y la fisión nuclear, pero que también puede ser el paso a una gran era de desarrollo y el hombre, entonces, abandonará su posición autodestructiva.
Se redescubrirá la Tierra, serán develados los misterios de las tierras sagradas, entraremos en contacto con las santas ciudades que nacen en los polos, conoceremos el verdadero origen de las auroras y los inventos y descubrimientos estarán asistidos por seres extraterrestres (muchos de ellos ya están entre nosotros). La gente de afuera es de diferentes razas (negros, amarillos, blancos y rojos), de personalidades y figuras imponentes, ceremoniosos, comprometidos, amorosos, concentrados en la misión que tienen, un poco desajustados y desadaptados por razones obvias, pero con toda la fuerza en el proyecto acuariano de la revolución de la conciencia.
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