El Shinto

Posted on06/27/2022 by


Por desconocimiento, muchos piensan que el Shinto es una simple devoción a divinidades «cuasi naturales», pero lo cierto es que el Shinto cree en la integración del tejido natural con el cosmos, por esto, el cuidado de los japoneses con el aire, el equilibrio de la montaña y la estética de las formas.

En el Shinto, las divinidades mencionadas son conocidas como «Kami». En Occidente, muchos lo han traducido como «Dios», por tanto, concederán que los seguidores del Shinto son politeístas, pero esto no es más que un simple error, ya que Kami realmente significa «Espíritu sagrado».

Los Kami, según la tradición Shinto, son la esencia de la naturaleza y, de cierta forma, son como los devas o los elementales. Estas divinidades están conectadas con la Madre Naturaleza y el Padre del Corazón. En este sentido, son perfectos conocedores de la conciencia del poder del corazón que une al cosmos con todos los organismos existentes.

Aunque parecidos a los devas y elementales, los Kami del Shinto son más que solo elementos: pertenecen a los fenómenos naturales y cósmicos, y están asociados a fuerzas grandes. Para compararlos con nuestra cultura, tendríamos que unir la religión con la física cuántica, la biología y la filosofía.

Esta ley que conecta a los Kami y a todos los seres del universo encaja en uno de los dos conceptos centrales que hay en el Shinto, que son importantísimos: energía vital y purificación.

La energía vital nace de la fuerza del Ser, esa fuerza de vida que existe en todos y que en Shinto se conoce como «Musubi». Esa energía, a su vez, vincula a todos los seres mediante el poder del corazón.

Existen para el Shinto los puntos de partida naturales, los núcleos que tienen un Kami relacionado, un fenómenos natural, una labor del campo, un bosque, un árbol gigante, un nacimiento de agua; todos tienen un Musubi que los caracteriza y, a la vez, tienen el poder de unir fuerzas. En ese sentido, el Shinto comprende perfectamente la ley de causa y efecto o la ley del karma.

Por otro lado, encontramos la purificación: el ser humano, en su inconciencia, con frecuencia se impurifica y esto hace que cometa muchos errores. Para esto se hacen las purificaciones llamadas «Harai», para restaurar la alegría, que en Shinto es «Hare».

Las purificaciones se hacen principalmente para estimular el crecimiento espiritual, para recuperar la claridad o conciencia, para ser alegres y jóvenes en el interior del alma, y para hacer que retorne a nosotros el equilibrio o el balance perdido.


Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©

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