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Historias de Hiperbórea

Publicado en23/08/2017 Por

Hiperbórea es un continente perdido, una tierra maravillosa cuya historia se ha olvidado con el pasar de los tiempos. Pero, aun después de tantos años, la humanidad conserva una pequeña noción, narraciones consideradas mitos o historias fantásticas. Desafortunadamente, muchos la han confundido con los vikingos o con la historia de la Atlántida.

Hiperbórea es un continente perdido, una tierra maravillosa cuya historia se ha olvidado con el pasar de los tiempos. Pero, aun después de tantos años, la humanidad conserva una pequeña noción, narraciones consideradas mitos o historias fantásticas. Desafortunadamente, muchos la han confundido con los vikingos o con la historia de la Atlántida.

 

Cuando la nieve no cubría los polos, existían en el Polo Norte las tierras del paraíso, del Bóreas. Selvas y montes cónicos que estaban en su centro son descritos en los libros sagrados con detalles maravillosos, en los libros hindúes y en sus templos más antiguos se ven narraciones de Hiperbórea y también en el ‘Avesta’ de los persas se leen algunos pasajes de estas extraordinarias tierras.

 

Recordemos que la religión persa es hermana gemela de las religiones védicas y que en los últimos siglos ha sido prácticamente borrada de la faz de la Tierra. Variadas guerras y grupos extremistas se han dedicado a destruir sistemáticamente todo lo que está relacionado con esta asombrosa cultura. Para nuestro infortunio, solo quedan algunas partes de estos escritos.

 

Ahondando más en las historias de Hiperbórea, vemos que coinciden perfectamente entre diversas culturas: las sagas de Islandia, la historia antigua sagrada del ‘Avesta’ persa y de los vedas hablan de la misma manera de estas tierras.

 

Y es que, si lo vemos con detenimiento, podemos entender que solo las áreas del Polo pueden ser aquellas tierras asombrosas que tienen un amanecer de 45 días y en las que el Sol alumbra dando vueltas en el horizonte. Si aún nos quedan dudas, podemos confirmar esta verdad cuando se habla de los resplandores hermosos que vienen de las regiones subterráneas y tiñen de verde las auroras. En definitiva, los textos hablan del Polo y de las auroras boreales.

 

Las auroras boreales son un efecto del campo magnético de la Tierra, de las ráfagas de energía que se originan en las tormentas del Sol y del resplandor verde que se filtra en el hielo del Polo, que es subterráneo. Las auroras son la unión de las energías de la Tierra con las energías que llegan del Sol. Los vikingos y los lapones hablaron de las auroras, estos últimos, describiéndolas como “la boda de la Madre Tierra con el Sol”.

 

En los libros védicos se habla del Polo como Utara, lugar al que llegaron los seres azules desde la luz. Esta pequeña porción de tierra es aquella en la que se alza el arco verde que nos comunica con los héroes del espacio, y es la tierra en la que se inician los “enormes túneles de luz”, los “túneles de día”; los túneles que tiene la Tierra, la Luna, Venus y todas las esferas celestes. Esto es algo que en tiempos pasados era normal, pero que ahora aún es un misterio.

 

Todo lo anterior es apenas uno de los muchos ejemplos que reiteran que la ciencia y la historia sagrada coinciden a la perfección.

 


Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©

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