Cómo desdoblarse
Hemos hablado muchas veces de cómo el proceso de desdoblamiento es simple y normal. Salir en astral no es algo de maestros o de tener poderes mágicos, es algo de todos nosotros. A veces, este proceso se presenta de manera consciente, en otras es espontáneo y en ocasiones es inducido, pero siempre nos abre una ventana a un panorama absolutamente asombroso.
Hemos hablado muchas veces de cómo el proceso de desdoblamiento es simple y normal. Salir en astral no es algo de maestros o de tener poderes mágicos, es algo de todos nosotros. A veces, este proceso se presenta de manera consciente, en otras es espontáneo y en ocasiones es inducido, pero siempre nos abre una ventana a un panorama absolutamente asombroso.
En el astral nos podemos mover con toda libertad, percibir otras dimensiones, entender a cabalidad todo tipo de conocimientos y percibir otros seres. En el astral hay grandes y medianas jerarquías, pero no hay religiones, promesas vacías o amenazas de condenación.
Es aquí donde se ve el resultado de cada minuto de meditación y nos enfrentamos a la bellísima posibilidad de evolucionar. Entendemos rápidamente la importancia de trabajar unidos y de no forzar ideales.
El desdoblamiento es un principio de conciencia, es querer darse cuenta de las diferentes dimensiones que existen, es lograr la iluminación de la que hablaban los padres del desierto musulmán, la misma conciencia del Kriya de la que hablaba Babaji, y la luz que ve el ciego en la alegoría de la vida milagrosa de Jesús.
Desdoblarse es un proceso natural del hombre, para el que debemos despojarnos del misterio, para así facilitarlo de manera consciente.
Lo más importante para lograr desdoblarse es eliminar el miedo y el cansancio. No existe un momento ideal, simplemente es un instante en el que hay sueño, pero también hay conciencia.
Ahora bien, sí existen algunas recomendaciones, por ejemplo, eliminar cualquier olor fuerte, sonidos o colores. Otro punto clave es tener clara la conciencia inmediata, práctica que ciertos grupos de budistas realizan con frecuencia: en todo momento se debe saber en qué lugar se está, qué se está haciendo, quién se es y cuál es su misión.
Repetirse: “Yo soy …”, “mi objetivo en la vida es…”, “estoy en mi habitación, sentado en mi silla, meditando”. Es tan efectiva esta práctica que si la hacemos de manera recurrente al momento de desdoblarnos, podremos definitivamente manejar el cuerpo astral a voluntad.
Debemos quitarnos el miedo al desdoblamiento, que el cuerpo vibra y que es normal. Un temor recurrente es el de “no poder volver” al cuerpo, pero todos tenemos el cordón de plata, que es una energía indescriptible que une el cuerpo material con los demás cuerpos.
También existe el miedo a los seres maléficos u oscuros, porque estamos contaminados por tantas historias y películas de espantos, pero esto también es distinto a la realidad. La maldad existe, eso es cierto, sin embargo, en la naturaleza hay un balance y un equilibrio que es fomentado por seres de ley que existen en las dimensiones del tiempo.
Por todas estas razones, no debemos tener miedo, cansancio o pereza. El desdoblamiento es una experiencia normal y, simplemente, bellísima.