Nacimiento de un ser de luz

Navidad también es una época de ajetreo, en la que recibimos más y también gastamos más. Un momento de corre-corre, de afán e impaciencia, cuando el recogimiento y la reflexión espiritual pasan a un segundo plano.

Esto en gran medida se debe a que la mayoría de nosotros desconocemos el verdadero significado de la Navidad, de lo que realmente se celebra en esta época. Dada la falta de conocimiento, muchos caen en los discursos disparatados de gente sin fundamentos, que se aprovechan de la ingenuidad de la gente.

Cuando estas personas hablan del origen de la Navidad, hablan sin fundamento, sin conocer el tema, sin investigar, sin saber del conocimiento oculto, sin manejar el lenguaje de los símbolos herméticos; entonces, hacen mezclas indebidas, dicen mentiras y descienden tanto en su ansiedad que desvirtúan el tema, lo desfiguran y le quitan su belleza.

¿Por qué ocurren estos casos deformados de la interpretación? Simplemente, porque estos personajes saben que ha llegado la época del cambio y la gente está ávida de la verdad, entonces, ellos se «inventan» estas explicaciones y buscan la forma de que la gente las reciba.

Pero la verdad es mucho más sencilla: nuestra humanidad celebra en diciembre el nacimiento de la luz, representada en un Cristo de luz, un ser de luz.

Un ser de luz es el que ha encarnado la evolución dentro de sí mismo, es un ser con sus cuerpos y auras iluminadas con la luz transmutada de su propia energía interna. Como ser de luz, conoce los misterios de la naturaleza y los elementos por lo que es capaz de:

• Manipular los elementos, pues entra en comunión con ellos.
• Dominar la tierra, sus movimientos y elementales.
• Dominar las nubes, las lluvias y los huracanes.
• Aplacar la fuerza de los volcanes y la furia desbocada del agua.
• Caminar sobre el aire, el agua y el fuego.
• Ver a distancia lo que sucede.
• Hacerse infinitamente liviano e infinitamente pesado.
• Desaparecer su cuerpo a voluntad.
• Ser clarividente.
• Tiene el poder del presentimiento.
• Tiene poder mental ilimitado.
• Tiene el don de la ubicuidad.

Eso es un ser de luz, un Cristo de luz, un ser que se convierte en parte de las civilizaciones, un ser que está fundido con cada corazón.

La misión de un Cristo de luz
La misión de un ser de luz es enseñarle a la humanidad el gran milagro de la unificación y del poder del corazón, es decir, está encargado de enseñar a la humanidad lo que son ellos, su grandiosa experiencia de evolución y conciencia. La unificación es la unión del Cristo interno nuestro con nosotros, con nuestra alma, con nuestra mente, es la boda interior iniciática.

El poder del corazón es el conocimiento más grande que existe en el cosmos: todos los organismos que conforman el cosmos tienen un centro corazón, un punto común y trascendental que comunica a todos en el tiempo y en el espacio. Esa es la gran enseñanza de Nuestro Señor Jesucristo, desvirtuada y olvidada por la fatal ley del destino.

La época de Navidad, cuando celebramos este milagro, es realmente la semilla o un punto de partida para reactivar la memoria. La Navidad es el recuerdo de lo que somos en el secreto del corazón, de lo que podemos reconquistar en el trabajo espiritual, de que podemos ser tan despiertos e iluminados como Jesús nos enseñó.

Con la meditación inicia nuestro proceso de evolución.

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