Fundamentos místicos en los grandes movimientos

Este es el caso de muchas organizaciones, movimientos o religiones que tienen orígenes místicos.

El cristianismo, por ejemplo, tiene profundas raíces místicas de diversas fuentes. Por un lado, la raíz mística hebrea, nacida de los grandes maestros y doctores en Cábalah y Shemá del viejo judaísmo. De aquí nace la base mágica cimentada en las séfiras y en los nombres y cierres sagrados de la religión hebrea, que, a su vez, tenían clara influencia del Egipto sagrado.

El cristianismo también tiene raíces místicas de la India, lugar en el que vivió Jesús durante gran parte de sus «años perdidos». Allí fue conocido como el Santo Issa, un misterio bellísimo de la vida del Adorable Salvador del Mundo.

Otro ejemplo claro, que queremos nombrar por su inspiración mística y no porque estemos de acuerdo con lo sucedido, es Adolfo Hitler, que fue educado en un convento benedictino muy especial: el Austriaco Benedictino de Lambach, y su mentor fue Adolf Josef Lanz, un extraño personaje que estudió el origen celta de la Orden Benedictina y que luego escribió famosos tratados ocultos en la vieja Alemania y en Austria.

Hitler se educó viendo la cruz gamada inscrita en los blasones del convento de Lambach y sabía que esa cruz compartía una historia antigua en el nacimiento del lenguaje ogham y en la misma concepción de la sabiduría védica.

Sabía que la cruz gamada, o la esvástica, había sido utilizada por el budismo desde el año 250 antes de Cristo y de la relación de la cruz en movimiento con la rotación terrestre. Pertenecía a la Orden de Thule y conocía los fundamentos de la revolución de la conciencia, la base teórica y práctica de las Waffen-SS y de los miembros secretos del nacionalsocialismo.

Lastimosamente, todos estos conocimientos fueron tomados desde el punto de vista equivocado. Hitler obró profundamente mal y desaprovechó una circunstancia histórica muy especial, en la que habría ayudado a muchos. Lamentablemente, se concentró en la raza y en el poder de forma distorsionada, dado que es imposible pensar en la pureza racial en esta época, en la que, por ley y profecía, debe formarse una nueva raza mundial, producto de la mezcla.

Al igual que él, muchos han tenido una inspiración mística equivocada, o acertada. Personajes como Einstein, Edison, Da Vinci, Botticelli, la Orden del Temple, la Orden del Cisne, los cátaros, el rosacrucismo, los mismos masones antiguos eran de origen judaico, los alquimistas, los mitos del rey Arturo, de Parsifal y Lohengrin, los desacreditados druidas, los remanentes modernos de la raza navaja en Norteamérica, y muchos otros que quedan en el tintero.

La intención de este pasaje es compartir que el conocimiento espiritual ha estado presente siempre, que algunos lo han malinterpretado y que muchos otros lo han seguido de manera acertada, pero que siempre ha sido la piedra angular de los más grandes movimientos y de las más grandes personalidades del mundo, y que será descubierto, analizado y comprendido en esta era, para que la humanidad pueda avanzar, con seguridad, un peldaño más en la escalera de la evolución.

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