Energía de los aromas
La ciencia de los aromas nació en Oriente hace cientos de años. Los antiguos maestros, de sabidurías milenarias, conocían el importantísimo efecto que las esencias volátiles de las plantas tienen sobre cuerpo y mente.
Se sabe también que estos maestros conocían el poder de los aromas para estimular el cauce de la luz astral hacia otros lugares, con el fin de producir efectos curativos, de protección o estimulación de procesos sicofísicos.
Las esencias naturales, cuya labor original es atraer insectos polinizadores, han sido extraídas tradicionalmente por el ser humano a través de la destilación, aunque en los últimos tiempos se han desarrollado nuevos métodos que facilitan el proceso y mejoran el rendimiento.
Curiosamente, la capacidad terapéutica de las esencias naturales ha propiciado nuevas investigaciones y la creación de una ciencia nueva: la ciencia de los aromas.
Actualmente, los aromas benéficos de las plantas pueden ser aplicados de tres formas:
1. Baños perfumados
2. Gotas esenciales oleosas
3. Esencias concentradas
Cada una de estas prácticas presenta diferentes propiedades y poderes asociados con la energía de los perfumes.
En próximos artículos hablaremos de cómo los aromas y esencias, a través de varios ejercicios y prácticas, pueden realzar y magnetizar el aura.