Leer entre líneas
Cuando leemos textos sagrados o narraciones herméticas, es absolutamente indispensable que sepamos leer entre líneas.
Debemos entender que esta clase de textos buscan transmitir un mensaje específico a través de símbolos e imágenes, a través de ideas ocultas entre líneas, por lo tanto, no podemos leerlos a letra muerta.
Esta es una verdad tan grande, que cuando Jesús, Nuestro Señor, le dice a Nicodemo: “Es necesario nacer dos veces”, Nicodemo le interpela: “¿Y cómo se puede nacer de nuevo ya estando formados?”, y Jesús le habla del nacimiento segundo de agua y fuego.
Este, como muchos otros ejemplos de textos antiguos, muestran que ese conocimiento se encuentra oculto en simbolismos alquímicos de indiscutible poder y verdad.
Los grandes escritos antiguos, incluyendo los libros sagrados y las narraciones que fueron escritas por clarividentes, son simbólicas. Incluso, importantes libros infantiles, a los que muchos toman por meros cuentos de cuna, son profundamente espirituales, escritos por seres maravillosos que florecieron en su época por su inteligencia y, al mismo tiempo, por su educación.
Uno de los autores más destacados de este tipo fue Charles Perrault, que vivió en la Francia del siglo XVII. En un lenguaje bellísimo y absolutamente espiritual escribió cuentos como ‘La bella durmiente del bosque’, ‘Pulgarcito’ y ‘Cenicienta’, todas, narraciones lindísimas, con mensajes ocultos aún más maravillosos.
También encontramos al extraordinario Hans Christian Andersen –quien fue considerado loco en el siglo XIX–, el escritor de narraciones tan bellas como ‘La niña de las cerillas’, ‘El patito feo’ y ‘La sirenita’.
Finalmente, otros autores que debemos resaltar fueron los geniales hermanos Grimm, que escribieron ‘Blancanieves’ y ‘Hansel y Gretel’.
Todos estos cuentos fueron escritos en el lenguaje cifrado de los grandes iniciados, cada cuento de estos es como un libro sagrado de gran significado.