¿Aburrimiento?

Un tema que probablemente pase desapercibido, pero que, siendo tan generalizado y teniendo tanta importancia en la vida espiritual, merece toda la atención del caso.

La pregunta es la siguiente:

• ¿Por qué siento que mi vida pasa inútilmente?
• ¿Por qué tengo este vacío tan grande en el corazón?
• ¿Por qué todo me desilusiona y no me satisface?
• ¿Por qué a pesar de cumplir con mis deberes de padre o madre, de trabajo o de estudio, de hijo, esposo o esposa, siento que algo me hace falta?
• ¿Por qué a pesar de estar tan ocupado u ocupada todo el día, en el fondo lo que siento es evidente ABURRIMIENTO?
• ¿Por qué todo esto me causa desesperación y angustia?
• ¿Por qué esta rutina me persigue y me aniquila?
• ¿Por qué el descontento?, ¿por qué el miedo?, y ¿por qué mi alma me grita que aparte de tener hijos, pareja, ocupación, dinero, amigos, familia y desarrollo intelectual, debo cultivar algo que dure o permanezca más que todo aquello que es tan pasajero e ilusorio?

Analicemos primero a grandes rasgos el panorama del mundo actual. En todos los rincones de este planeta hay guerra, por una cosa o por otra, en mayor o menor magnitud, la humanidad por tendencia natural, lleva cualquier pequeño desacuerdo hasta las más crueles consecuencias, la gente se destruye por cosas intrascendentes, pueblos enteros mueren de hambre o frío, por una idea o por el enfoque equivocado de una teoría, la causa de esto es el fanatismo, el desamor, la inconsciencia.

La ciencia escoge el camino más lento para llegar a Dios, la mayoría de los científicos presumen de sabios y equivocadamente creen estar cerca de la clave del conocimiento, no se dan cuenta que solo comprenden a medias, solo una pequeña fracción del funcionamiento del mundo físico, ellos mismos imponen límites a otras posibilidades, simplemente niegan lo que no entienden y desconocen descaradamente las evidencias.

Los hombres y las mujeres importantes que dirigen las naciones, los gremios y las grandes empresas, adoptan poses bibliotecarias y engreídas, su única meta es el dinero, no reconocen otro aspecto como finalidad, menosprecian a los demás y desconocen la importancia de su trabajo, poco a poco se convierten en máquinas de pensar al estilo únicamente de los últimos libros y teorías que han salido sobre negocios y política internacional, entonces por obvias razones se convierten en seres fríos, de ideas preconcebidas, es gente que sabe ver en los demás, solamente la conveniencia, en su corazón hay amor, pero no puede ser demostrado porque existen infinidad de mentiras y poses falsas que obstaculizan el verdadero estado feliz del espíritu y su justa y perfecta influencia, desafortunadamente, en muchos casos estamos dirigidos por seres como estos y en otros casos peores somos sus hijos, su pareja o su familia.

La humanidad se olvidó de algo que se llama disciplina, nadie quiere saber de algo que signifique sacrificio, trabajo duro y tenacidad, todos quieren alcanzar estados espirituales avanzados y perfeccionar su mente, con un manual sencillo, escuchando solo una vez algo edificante, amparándose y parasitando en el trabajo de otros, o simplemente acogiéndose a un grupo que promete la salvación por arte de magia y casi por correspondencia. La gente está eliminando de su corazón el hecho de que existe un Dios que crea y anima el universo, la humanidad reemplaza su aspecto religioso por otros que son solo ilusión y pérdida inestimable de tiempo, todas las religiones son necesarias y existen por voluntad de Dios, todas son verdades y predican la verdad, todas tienen defectos y cometen errores, porque están conformadas por humanos que viven su propia lucha interna de transformación. Pero es necesario tener en desarrollo un aspecto trascendental, es conveniente tener una vida espiritual, despertar interés por lo que está más allá de esta materia, todas las religiones que existen regalan permanentemente a la humanidad la posibilidad del cambio y la certeza de que Dios está presente en todo, desconocer esta verdad es de necios, todas las religiones son divinas y su única y común finalidad es alcanzar a Dios.

El caso es que estamos en este mundo, que es algo así como un gran colegio, en el que estamos para prepararnos y alcanzar la perfección y al que tenemos que acostumbrarnos y aprender a amar, porque por ahora es la casa nuestra y el espacio escogido por nuestro espíritu interno, para que el alma reconquiste la felicidad.

Cuando una persona siente que su vida no tiene una meta definida, cuando siente angustia, porque todo lo que hace no llena el vacío de su corazón, cuando lo que siente permanentemente es aburrimiento, dado que todo lo que hace carece totalmente de importancia, es porque su ser interno está preparándole el camino para la profundización del conocimiento, es porque el espíritu puro y crístico que vive en el corazón de todos nosotros quiere que seamos más espíritu y menos materia, él en su infinita perfección se vale de ese mecanismo para concentrar nuestra atención en aspectos más elevados.  Cuando esto ocurre debemos hacer urgentemente un balance, de nuestras responsabilidades y de nuestra vida espiritual, nuestras primeras meditaciones y concentraciones las debemos dedicar a esa reflexión, con profundidad y cuidado, en el ruido de la ciudad o en la paz del campo, la época de retirarse a meditar en una caverna ya pasó de moda, es un trabajo urgente que hay que realizar aquí y ahora, el tiempo por el que pasamos es crítico, eso es cierto, pero no es el fin, todo va a mejorar, la humanidad avanzará mucho espiritualmente.

¿Cómo hacemos este balance?, ¿Cómo dedicamos nuestras primeras meditaciones a este primer balance?:

Primero que todo hay que entender que la meditación es una disciplina, no es una religión rara, ni es practicar magia, juzgar así la meditación solo revela ignorancia y falta de documentación, meditar es vernos interiormente, educar nuestra mente como a una hija, ver interiormente el mundo del Padre, su creación, saber que todas las respuestas están dentro de uno mismo  ¿puede ser malo esto?,  oigamos a los demás, pero inteligentemente, examinemos sus argumentos, no actuemos porque sí, o porque eso tradicionalmente se ha juzgado de esa forma, pero en el fondo no tiene explicación ni base para decirlo, recordemos que las disciplinas orientales denominan todo, obviamente, con nombres orientales, esto es lógico, ese es su idioma y hablar en otras lenguas ¿es pecado?

• Balance:   Sentémonos cómodos en una silla con espaldar o acostémonos en un momento del día en el que no tengamos sueño, en una colchoneta o en la cama, se cierran los ojos y poco a poco quitamos importancia a los ruidos y a las incomodidades externas, en ese instante emprendemos un viaje hacia nuestro interior.

Tomemos una pequeña fracción de tiempo, los últimos 15 días, por ejemplo, ¿en qué gastamos nuestro tiempo?, ¿a quién dedicamos todas nuestras actividades? Entendamos en este estado de meditación que todo es pasajero, los muebles, las casas, los trabajos, el dinero, las responsabilidades, todo eso tiene fin, dura poco, y no merece tanta atención y tanto tiempo de parte nuestra, entonces la pregunta es ¿qué es perdurable?, ¿qué es eterno?, ¿qué es importante? Estos calificativos pertenecen únicamente al espíritu.

¿Y la mente qué papel desempeña?

Examinemos la mente en este balance, la mente es un instrumento maravilloso que Dios nos ha regalado para que podamos percibir el mundo, la mente es el mecanismo que existe para que el hombre conecte el espíritu con la materia, lo real con la ilusión. Desde un punto de vista más particular, nuestra mente es un conjunto de deseos, miedos y traumas, por cosas lógicamente pasajeras, preguntémonos en la meditación  ¿cuáles son mis deseos?, contestémonos esa pregunta completamente, escudriñemos en secreto hasta el último rincón de la mente, sea cual fuere nuestra respuesta todo aquello que deseamos carece completamente de valor, porque el deseo dura poco y las cosas que deseamos también duran poco y nosotros que tenemos un espíritu inmortal no podemos alcanzar la felicidad con cosas pasajeras. Preguntémonos también:

¿Cuáles son mis miedos y mis traumas?

Esto también exige por parte de nosotros en esta misma meditación una respuesta detallada, reconozcamos uno a uno los temores que nos atormentan y los traumas que nos limitan, seamos sinceros en el secreto de nuestra meditación con nosotros mismos y cuando finalicemos el balance propongámonos dos cosas:

• Primero: Vamos a adoptar una disciplina trascendental para cultivar nuestro espíritu, todos los días vamos a hacer meditación, por lo menos durante algunos minutos, es lo único verdadero que vamos a hacer y hablando con sinceridad es lo único que nos vamos a llevar y permanecerá con nosotros.

• Segundo: Vamos a cambiar el modo de vida, vamos a renovar nuestra forma de pensar y nuestro orden de prioridades, vamos a cumplir a cabalidad con nuestras responsabilidades morales en todos los aspectos, debemos inculcar en nuestra gente querida el auto-análisis y el hábito de la meditación, vamos a desechar todo eso que nos impide avanzar física y espiritualmente, hay que acabar con las barreras que los demás y la tradición nos imponen, debemos ser seres felices porque ese es el verdadero estado de Dios, la suprema dicha, rechacemos todo aquello que juzgue violentamente cualquier cosa o idea, eliminemos la violencia, debemos ser estrictos, pero no hay que confundir la severidad con el desamor, esta es la causa de nuestra angustia, de nuestra sensación de vacío, de nuestro aburrimiento, está dentro de nosotros mismos, en nuestra mente, la respuesta no hay que buscarla afuera, solo bastan unos pocos minutos de meditación para ver dónde está el problema, eliminemos toda la basura mental que no nos deja entender con claridad la voz de la conciencia y restemos poco a poco importancia a los deseos y a los miedos.  Físicamente hagamos también renovación, preguntémonos sobre nuestro estado físico, qué comemos, de qué manera maltratamos nuestro cuerpo, dónde vivimos, deshagámonos de todo aquello que no sirve, limpiemos nuestra casa y nuestro cuerpo.

Todos los días hagamos por lo menos la siguiente meditación siempre a la misma hora (cualquiera):

Meditación:

Adoptemos una posición cómoda, sentados o acostados, y hagamos la práctica de relajación detallada que ya otras veces he indicado en este programa. Alejémonos de los ruidos y las incomodidades externas y fijemos nuestra atención en nuestro enorme mundo interior, así con los ojos cerrados observemos la naturaleza como el gran cuerpo de Dios, entendamos, la montaña, el río, la ciudad, el edificio, el perro, el caballo, el presidente, el que hace el aseo, todos son el cuerpo de Dios, todos comparten el mismo origen divino, la diferencia solo existe en la mente, las denominaciones son mentales, es por esto que se dice que Dios está en todas partes. En tanto se comprenda y se asimile con más intensidad esta verdad, más próximo se está del supremo estado de felicidad física, mental y espiritual.

Recorramos mentalmente toda la naturaleza y veamos a Dios en todas partes, sumidos en profundo estado de meditación, esto es lo que hacen los grandes yoguis, esta es toda la disciplina misteriosa y complicada del yoga:  Buscar la respuesta dentro de sí mismo y ver a Dios en todas partes, al final regresemos suavemente al sitio donde estamos, si podemos repetir mentalmente algún mantra durante esta meditación, alcanzaremos más concentración y redoblaremos el efecto, no fallemos un solo día, este es el estado más elevado de oración. Cómo no vamos a sentirnos tristes, desilusionados y angustiados, si desconocemos dónde está la verdadera Felicidad, si ignoramos que es tan fácil alcanzarla, porque se encuentra dentro de nosotros mismos.