La maldición del faraón Tutankamón

Posted on11/20/2017 by

En 1922 se dio uno de los acontecimientos más grandes de la arqueología moderna: el descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón, uno de los más enigmáticos dirigentes del antiguo Egipto.

En 1922 se dio uno de los acontecimientos más grandes de la arqueología moderna: el descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón, uno de los más enigmáticos dirigentes del antiguo Egipto.

El descubrimiento fue dirigido por el arqueólogo Howard Carter, quien, con apoyo de grandes contribuyentes interesados, logró organizar la investigación, expedición y excavación de la tumba.

Culminada la extenuaste tarea, todos los del equipo presente ingresaron a la tumba y fue cuando cayeron en la cuenta de dos cosas: primero, concordaron en que la tumba ya había sido abierta con anterioridad, pero que aparentemente no se habían llevado nada de los maravillosos objetos que ahí se encontraban; y segundo, descubrieron que aquel era el tesoro más grande que se hubiera encontrado hasta entonces en arqueología.

La cámara, que contaba con cuatro habitaciones, estaba llena de todo tipo de objetos, joyas, oro, inscripciones y estatuas de gran valor. Al adentrarse hacia la cámara mortuoria, presidida por una estatua gigante de Anubis, el equipo de arqueólogos y patrocinadores descubrieron que los sellos de los cofres de los órganos del faraón y la momia estaban intactos, nadie había abierto las tapas hasta ese 26 de noviembre de 1922.

Como era de esperarse, el equipo se apresuró a abrir todos los sellos. Uno de los patrocinadores más importantes, el señor Cárnavon, fue de los primeros, un gran entusiasta de la egiptología. Pero en menos de dos meses falleció de septicemia, en Egipto, y, curiosamente, su perro, que se encontraba en Inglaterra, murió en el mismo instante que su dueño.

Tal como le sucedió a Cárnavon, todos los demás del equipo que participaron en el rompimiento de los sellos fueron muriendo sucesivamente, de infecciones, infartos, caídas y suicidios. Fueron más de veinte muertes asociadas a este incidente. Únicamente Howard Carter sobrevivió por 17 años más y muchos dicen que esto se debió a que él sabía qué no tocar dentro de la tumba. Otros afirman que de alguna forma sabía cómo revertir las tablillas de las maldiciones; tablillas custodiadas por los espíritus de las minas enterradas en la arena, como los custodios de las guacas indígenas. ¿Será cierto todo esto?


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