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Enigmas insólitos que se burlan de la historia

Posted on11/20/2017 by

Actualmente, no es un secreto la existencia de una gran cantidad de elementos, narraciones, objetos y variadas evidencias que se oponen al hilo establecido por la historia. Para la mayoría de historiadores estas evidencias son un dolor de cabeza, pero les queda imposible negar su veracidad.

Actualmente, no es un secreto la existencia de una gran cantidad de elementos, narraciones, objetos y variadas evidencias que se oponen al hilo establecido por la historia. Para la mayoría de historiadores estas evidencias son un dolor de cabeza, pero les queda imposible negar su veracidad.

Uno de los fenómenos más sencillos, pero que más se burla de la historia, es el hierro. Todos sabemos que, puro, es un metal que a la intemperie se oxida y se agrieta, hasta el punto de acabarlo por completo. En la Antigüedad se calentaba a altas temperaturas y se golpeaba con herramientas para eliminar la escoria y volverlo más fuerte y resistente a la oxidación. Pero este proceso, a pesar de ser muy ingenioso y eficaz, no impedía la oxidación de la pieza a largo plazo.

Ahora bien, en tiempos modernos se descubrió el acero, que es hierro que en su estructura contiene carbono. El proceso de su creación no es sencillo, ya que el hierro es un metal y el carbono no, pero los ingenieros modernos son capaces de afrontar este inconveniente gracias al conocimiento que existe sobre moléculas y estructuras atómicas.

Este conocimiento, se supone que es moderno, del siglo XX, pero es aquí donde surgen objetos que desafían esta suposición. Se han encontrado elementos de hierro con unas características increíbles y que ponen en duda el curso establecido de los inventos. Este es el caso de las espadas de Ulfberht, o Espadas Vikingas de Ulfberht, que son de un acero de pureza sorprendente, una fundición de varios elementos, cuyo análisis reveló que solo es posible de crear con gran tecnología. Tecnología que ni hoy existe, mucho menos en el pasado.

A estas espadas se le han hecho todo tipo de análisis e investigaciones, pero los expertos no han podido identificar su edad exacta. Algunos les estipulan más de mil años, otros diez mil y unos más han dicho que hasta más de veinte mil años. Las espadas siguen siendo todo un misterio, pues el hierro con el que están hechas no tiene escoria, es tan puro, que se le conoce como “acero de crisol”. Son objetos que parecieran haber sido diseñados en el futuro y transportados al pasado.

Las Espadas Vikingas de Ulfberht no son los únicos elementos que se burlan de la historia, otro ejemplo maravilloso es el Pilar de Asoka, en India. Este pequeño pilar, de acero, es único y misterioso, pues, a pesar de haber pasado milenios a la intemperie, no se ha oxidado o deteriorado en lo mínimo, de hecho, sus inscripciones en sánscrito antiguo siguen exactas. El pilar que se observa es apenas una parte de toda la columna, bajo tierra hay varios metros más de este hierro atemporal que termina en una base espléndida. Se dice que es de la época de Asoka, pero es mucho más antiguo. Entonces recordamos a los devas de cabeza grande que llegaron a India en las vimanas, o aves de luz, y que trajeron con ellos el conocimiento de la magia metalúrgica y la magia de las piedras. Como el Pilar de Asoka, existen muchas otras columnas insólitas.

En Alemania, en el parque Nacional de Köttenforst, hay otro pilar misterioso, que se conoce como el Hombre de Hierro. Este pilar es una pieza rectangular de un metro y veinte centímetros que termina en otra pieza que se encuentra enterrada y que sorprende porque, a pesar de estar en un bosque húmedo, no muestra el menor signo de deterioro u oxidación. A esta columna le han hecho varios análisis y los expertos concuerdan en que contiene carbono, manganeso y silicio, una mezcla que se utiliza en los edificios modernos. Nadie ha podido determinar su edad, no tiene inscripciones ni evidencias que lo relacionen a una época o cultura en particular, solo existe lo que se sabe de las crónicas antiquísimas que dicen que el objeto habría sido transportado en el siglo XVIII desde un terreno de magos vikingos; los magos de la Leyenda del Árbol.

Como este hay muchos otros objetos que se ríen de nuestra historia y de los que seguiremos hablando.


Propiedad intelectual de Hilda Strauss. Todos los derechos reservados ©

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