La comprensión hacia los demás
Como humanos, tenemos un grave problema de conciencia y valoración, que se ve reflejado en nuestra verdadera incapacidad de entender o comprender a los demás. La mamá no entiende el comportamiento del hijo, el hijo no entiende el del papá, el esposo no comprende a su pareja y el hermano no entiende el comportamiento de su hermana.
Como humanos, tenemos un grave problema de conciencia y valoración, que se ve reflejado en nuestra verdadera incapacidad de entender o comprender a los demás. La mamá no entiende el comportamiento del hijo, el hijo no entiende el del papá, el esposo no comprende a su pareja y el hermano no entiende el comportamiento de su hermana.
Pero todo es problema de cada uno de nosotros y que normalmente podemos demarcar en tres aspectos:
- La conciencia
Nadie quiere aceptar sus defectos, sus falencias o miedos, pero todos quieren ser comprendidos, valorados y tolerados por los demás, cuando nosotros mismos no lo hacemos por ellos. En esta medida, nuestra actitud es equívoca. - La sobrevaloración
Siempre esperamos que los demás actúen o reaccionen de una forma específica y, cuando no obran de la manera que esperábamos, entonces nos resentimos y decepcionamos. Pero esta actitud también está equivocada, ya que ese actuar es propio de la persona, lo que nosotros esperamos es una invención nuestra. - La subvaloración
Muchas veces desconocemos absolutamente la capacidad mental o espiritual de una persona, pero la mente adapta o busca diversos aspectos para rechazarla.
Como seres humanos, no debemos postergar el análisis y el trabajo de estos tres componentes a través de la herramienta más eficaz: la meditación.
Por último, reflexionemos en las siguientes frases:
«Dios reside en cada ser del universo como una llama viva y eterna, muy particular e irrepetible. Él es nuestra superalma»
«La humanidad es un grupo de amor y ayuda mutua, sin embargo, los resultados se presentan a la ley divina individualmente»