Las razas de Colombia
El tema de las razas en Colombia es tan extenso como sus lenguas y dialectos. El remanente indígena en nuestro país es significativo, aunque no tan grande como quisiéramos.
El tema de las razas en Colombia es tan extenso como sus lenguas y dialectos. El remanente indígena en nuestro país es significativo, aunque no tan grande como quisiéramos.
En América, la mezcla racial comenzó mucho antes del Descubrimiento y la Colonia. Inició hace miles de años, cuando la raza roja, derivada de las razas polares, descendió de los polos y se unió a los antiquísimos pueblos de Tiahuanaco, en lo que hoy conocemos como Perú y Bolivia. De estas mezclas nacieron los incas, los mayas, los mapuches y la gente de la selva, como los conocidos muinanes. Del conocimiento ancestral de estos bellos seres nació el mito de la gente que viene del centro de la Tierra, que se originó con base en las ciudades sagradas de la dimensión astral.
Antes de la llegada de los españoles existían en el territorio colombiano una buena cantidad de razas particulares, cada pueblo indígena se podía constituir casi como una raza propia.
- Los caribes, que habitaban las costas atlántica y pacífica, indígenas altivos y elegantes, independientes, aguerridos y bélicos.
- Los quechuas, venidos del Perú por el corredor del Ecuador, poblaron Pasto, Valle del Cauca y toda la región de Antioquia.
- Los chibchas, también conocidos como la raza muisca, habitaron las tierras de Bacatá o Funza, hoy Bogotá y la sabana, también Tunja, Chiquinquirá, Sogamoso y parte de Santander.
De estos grupos indígenas se derivaron razas bellísimas, como los caribes de la Sierra Nevada de Santa Marta, la raza de los pijaos y los chibchas “altos” de Jontión. Las tres cordilleras, la selva y el llano para entonces estaban habitadas por diversas tribus guerreras y de razas autóctonas que llegaron del gran núcleo muinane del Amazonas.
Ahora bien, durante la conquista española llegó a nuestra tierra una gran migración desordenada, con una gran variedad de razas. Primero encontramos a la hermosa raza negra, que ya existía en España y que fue traída para realizar trabajos pesados y para perseguir indígenas.
La otra gran raza que llegó fue la de los grandes conquistadores, todos de origen europeo, a quienes durante siglos se les ha denominado incorrectamente como caucásicos. Realmente esta raza debería llamarse cáucaso-celta-árabe, y esto porque España ha tenido una historia muy extensa de invasiones, entre ellas, la árabe.
Desde mil años antes de Cristo se sabe que la península ibérica fue invadida por los celtas y los iberos. Estos datos están corridos en el tiempo, pues realmente tres mil años antes de Cristo ya existían en este territorio asentamientos germanos, astores y cántabros, procedentes de una mezcla que llegó del norte de Europa y de Oriente, una raza aria-uralo-caucásica bellísima, que luego se mezclaría con los celtas.
Por esa misma época, la península fue invadida por los griegos y los punos, creando una amalgama de varias razas blancas con fuerte componente indo. Toda esta situación dividió la ahora España en tres grandes grupos: los tarragones, los lusitanos y los baéticos.
Después de Cristo llegaron al territorio las invasiones bárbaras, de los alemanes antiguos, dividiendo a Hispania en uno de los grandes reinos de los suevos y visigodos. Después, como ya conocemos, España fue invadida en diferentes periodos por los árabes, a través del estrecho de Gibraltar, perdiendo su nombre de Hispania y pasando a tener nombres curiosos como el califato occidental de Córdoba o la tierra omeya de Córdoba en poder de los moros.
El remanente ibérico del norte peleó durante siglos para expulsar a los árabes hacia África, dejándoles solamente el pequeño reino de Granada, al sur.
La división de España con Portugal nació de las diferencias entre las dominaciones de Francia y las romanas en la península. Luego, de estos grandes reinos, junto a la gran influencia judía de siglos, nacieron las grandes expansiones en las que España y Portugal prácticamente se repartieron América y África.
Esta gran mezcla racial que acabamos de identificar fue la que nos llegó con los conquistadores hace más de quinientos años y que crearía en nuestro continente una nueva propuesta racial.
Las razas que fueron los componentes iniciales para nuestra gran mezcla colombiana fueron entonces:
- Los caucásicos-celtiberos-arábigos, energéticos y violentos conquistadores, imponentes e inteligentes.
- Los indígenas, altivos, espirituales, con una cultura semejante a los incas en organización y civilización.
- Los negros, raza fuerte, valiente, generosa, energética, paciente y noble.
De estas tres grandes razas nacieron los diferentes grupos colombianos:
- Los blancos.
- Los mestizos con predominio europeo.
- Los mestizos con predominio indígena (criollos).
- Los mulatos o morenos con rasgos blancos.
- Los mulatos o morenos con predominio negro.
- Los zambos con predominio indígena.
- Los zambos con predominio negro.
Quedan también las razas indígenas puras, que aún existen y que han sobrevivido gracias a un factor innegable de nuestro país: la geografía, que dificultó en gran medida la conquista y la colonización de estas bellas razas.