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El fin del mundo… los tres días de oscuridad

Posted on09/24/2018

Siempre han existido quienes disfrutan del sufrimiento y la angustia ajena. Hay personajes que se dedican a implantar miedos en las personas, ya sea por bromistas o por pura fascinación y amarillismo. Entre ellos se encuentran aquellas personas que hablan del fin del mundo, que anuncian tragedias, para luego reírse de lo que “predijeron” o ganar fama por haberlo evitado.

Siempre han existido quienes disfrutan del sufrimiento y la angustia ajena. Hay personajes que se dedican a implantar miedos en las personas, ya sea por bromistas o por pura fascinación y amarillismo. Entre ellos se encuentran aquellas personas que hablan del fin del mundo, que anuncian tragedias, para luego reírse de lo que “predijeron” o ganar fama por haberlo evitado.

Podemos pensar que es absurdo, pero casos ha habido de líderes de sectas modernas, quienes anunciaron un apocalipsis y, al no suceder, se escudaron diciendo que eran héroes, porque, según ellos, gracias a sus plegarias la tragedia se había evitado.

Estos personajes que infunden miedo usan cualquier método para que sus mentiras parezcan tener fundamento: hablan de los mayas, de miedos tradicionales, de la física, de la actividad del Sol y hasta recurren a la Nasa.

Hace un tiempo se generó una noticia que decía que la NASA anunciaba los tan temidos tres días de oscuridad. Debido a la internet, la noticia rápidamente se volvió viral y el pánico comenzó a cundir. Las personas, sin investigar más, creyeron que era verdad porque “lo decía la NASA”, siendo que esta agencia nunca dijo nada de esto.

Pero esta noticia, como muchas otras, fue mentira, fue producto de personas malas y amarillistas que querían asustar. En otras ocasiones se ha hablado de todo tipo de escenarios absurdos, y los argumentos parecen realismo mágico: se ha dicho que la galaxia entraría en una extraña penumbra, en la que hasta la inteligencia se inactiva; o de un eclipse galáctico y que por 72 horas habría una oscuridad muy grande, por lo que se tendría que guardar comida y cirios benditos para alumbrarnos.

Otros de estos falsos guías se han apoyado en los conocimientos modernos de astrofísica y nos han engañado con teorías de fotones, de rayos fulminantes del centro de la galaxia, de la estrella oscura de la nube de Oort, o de la posible colisión del cinturón de Kuiper con la Tierra. Estos son apenas algunos de los cuentos absurdos que la humanidad se ha inventado durante siglos y siglos, y que se han reforzado con la ciencia moderna.

Lo cierto es que el cosmos es dinámico, está en constante movimiento. Todos los astros se mueven y cambian. Los peligros cósmicos sí existen, pero la realidad es que siempre han existido. Por ejemplo, nuestro Sol es una estrella común, con características propias que han prevalecido durante millones de años, tiene ciclos, manchas y erupciones.

Nada de esto es nuevo, lleva pasando desde hace miles de años. El problema es que nuestro planeta está rodeado de aparatos que hemos posicionado nosotros y de los que dependemos. Si estos satélites llegaran a destruirse, efectivamente tendríamos una crisis económica, mas no sería un apocalipsis, no desapareceríamos como raza. La posibilidad de que un meteorito se estrelle o de que haya una gran erupción volcánica que genere un efecto invernadero, existe, pero desde siempre ha sido así.

Desde el año 2000, ha habido muchas teorías y premoniciones apocalípticas, unas tan devastadoras, que les ha costado la vida a cientos de personas inocentes e ingenuas que han creído las mentiras de desvergonzados personajes. Algunas han sido tan graves, que la misma NASA y otras agencias espaciales han tenido que intervenir, emitiendo comunicados oficiales en los que desmienten esas informaciones e intentan calmar al público en pánico.

Como individuos, debemos ser un poco más críticos, no tragar entero. Debemos informarnos, investigar y preguntar antes de creer tanta mentira que se encuentra en las redes o en internet. El mundo no se va a acabar, esto es una simple falacia y manipulación de mentes enfermas y desinformadas.

 

 


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