Caléndula, la flor maravilla
La ‘Calendula officinalis’ es una de las maravillas de la botánica terapéutica y de la botánica cosmética. Se caracteriza por ser astringente, lo que da tono y reafirmación a la piel. Es antiséptica, controla la flora normal y la secreción degradada en la piel. Es antibacteriana, fungicida y antiinflamatoria; reduce en segundos la inflamación producida por el acné. En la Antigüedad, la caléndula era reconocida por sus beneficios cicatrizantes y por su poder desmanchador. No por nada, a la caléndula también se le conoce como “flor maravilla”.
Sus usos tradicionales son innumerables, entre ellos se resaltan:
- Ingerida, es excelente para combatir los cólicos menstruales.
- Es un colorante magnífico para la producción de alimentos.
- Es altamente digestiva.
- Puede llegar a sanar úlceras.
- Es antiséptica y antibacteriana.
- Sana úlceras gástricas y duodenales.
- Alivia las várices.
- Calma lesiones de quemaduras y picaduras de insectos.
- Es antihongos.
Ahora bien, producir una infusión o un producto a base de caléndula es sumamente complicado, ya que de la flor solo se pueden utilizar los pétalos y, para extraer todos sus beneficios, se requieren procedimientos avanzados de estandarización de extractos. Solo una fórmula con el balance hídrico exacto puede ejercer las características benéficas esperadas para el tratamiento de la piel.
Principios activos de la caléndula que actúan para el cuidado de la piel
Primero, encontramos los flavonoides de la caléndula, que tienen la propiedad de activar la circulación superficial y relajar el músculo o la piel. Esto la hace ideal para eliminar las ojeras (ya que activa la circulación) o para disminuir la cuperosis, que son esas venitas que pueden aparecer en la cara.
Los mucílagos, que son gelatinas azucaradas de ciertas plantas, tienen características antiinflamatorias y son prodigiosas para el manejo del acné.
Aparte de lo anterior, encontramos en la caléndula una mezcla perfecta de aceites esenciales y saponinas, que son jabones naturales, y que ayudan a aclarar las zonas hiperpigmentadas de la piel, homogeneizando así su tono.
Finalmente, encontramos las materias resinosas y carotenoides de la caléndula, que ayudan a controlar la secreción grasa y sudoral.
En este sentido, una loción facial de caléndula es antiacné, antigrasa, antimanchas y mejoradora de la circulación.
Curiosamente, a pesar de la gran cantidad de beneficios que se conocen de la caléndula, la ciencia aún no ha podido dar con la totalidad de bondades que puede otorgarnos esta flor. Aun hoy, hay sustancias consideradas “misteriosas” de la caléndula, pero que, en definitiva, están directamente ligadas a sus cualidades medicinales y cosméticas.