El poder mental y las fuerzas elementales
Los humanos tenemos muchas preocupaciones, que por lo general se producen por nuestros defectos mentales. Entre las más comunes se encuentra la angustia frente a la estabilidad monetaria, que muchas veces se desbalancea por nuestro mal manejo del dinero.
Los humanos tenemos muchas preocupaciones, que por lo general se producen por nuestros defectos mentales. Entre las más comunes se encuentra la angustia frente a la estabilidad monetaria, que muchas veces se desbalancea por nuestro mal manejo del dinero.
Ser estables en la propia economía no es solamente ganar dinero para cumplir nuestras necesidades, también es tener la sabiduría para invertirlo, dispensarlo y gastarlo.
Cuando decimos invertir, nos referimos a cómo mover el dinero para producir más. Dispensarlo sabiamente es cuando comprendemos cómo debemos dosificar la salida de este dinero de nuestro bolsillo. Y, finalmente, con gastarlo nos referimos a las salidas de dinero que no retornan, que generalmente son destinadas a necesidades básicas o malgastadas en objetos acumulables que no necesitamos y que realmente solo cumplen la función de satisfacer nuestro defecto de avaricia.
La herramienta más poderosa para neutralizar esta energía defectuosa es la mente, nuestro poder mental, que nos conduce al análisis de nuestro comportamiento, nos hace observarnos a nosotros mismos, a entender nuestros hábitos y a ver nuestra problemática económica desde otra luz. Es entonces que nos debemos cuestionar en qué estamos gastando nuestro dinero, en qué lo estamos invirtiendo y, sobre todo, entender si efectivamente estamos dosificándolo sabiamente.
Recordemos que la mente es una herramienta supremamente poderosa, que no solo reflexiona, sino que tiene el poder de la proyección positiva y de comandar los elementos de la naturaleza. La mente puede encausar la vibración y orientar la energía.
Hemos comentado en varias ocasiones que los elementales son el alma de las plantas que se manifiesta en otras dimensiones. Los elementales impregnan con su energía áurica el cuerpo físico de la planta con tanta fuerza, que muebles de más de cien años conservan aún el brillo y la luz del alma del elemental.
Las plantas están impregnadas de esa energía vital que crea un ambiente propicio de alta y buena vibración. Nuestra mente es capaz de registrar esta vibración positiva, que a su vez activa el poder mental y hace que su fuerza de proyección sea dirigida y proyectada.
En la naturaleza existe una diversidad enorme de elementales, cada uno con especialidades. El elemental del eucalipto, por ejemplo, se inclina al aspecto de la limpieza, mientras que el mirto, por otro lado, tiende a estabilizar y subir la energía. Es por esto que se hace un combinado de ambas, dada su profunda relación con la buena vibración y el cuidado de los bienes materiales.
Otro ejemplo maravilloso es el estoraque, un árbol que crece en distintas partes del mundo y cuya resina balsámica se recolecta y se utiliza para sahumerios en iglesias griegas y en perfumería. En aromaterapia se utiliza para el despertar y la reflexión profunda, y es ideal para los trabajos energéticos de la meditación en la economía y en la conciencia de los bienes materiales.
Cuando hagamos baños y sahumerios, es necesario que nos demos órdenes positivas, con fe y convencimiento: “yo voy a salir adelante”, “yo alcanzaré la estabilidad económica en mi vida”, “mi poder mental puede cuidar y administrar mis recursos actuales”, “yo seré un ejemplo para quienes me rodean”, “mi cuerpo y mi aura están cambiando a una vibración positiva”.
Siempre que hagamos operaciones elementales, debemos cerrarlas y guiarlas con nuestro poder mental.